miércoles, 12 de marzo de 2014

Capitulo 29

Blas: -se acerca a mí sin ninguna expresión en la cara y se queda en frente de mí-.
Ana: -¿Qué veo? Esta demasiado cansado, se le nota a leguas, le abrazo-.
Blas: -me abraza con muchísimo cuidado. Noto como sonríe-.
Ana: perdón.
Blas: ¿Perdón qué?
Ana: no acordarme de ti, amor. Lo siento, lo siento muchísimo.
Blas: no pasa nada –se separa de mi y me coge la cara con las dos manos y se queda a muy pocos centímetros de mí- ya pasó. Me recodaste y aquí estoy.
Ana: -me lo quedo mirando aun con mis brazos en su cintura, le sonrío como puedo-.
Blas: -se acerca a mí y me besa-.
Necesitaba este beso como lo que más. Le adoro, le quiero, le amo tanto pero tanto…
Ana: ¿Has descansado?
Blas: -me mira y suelta una pequeña risa- eso no importa ahora, amor. Túmbate. –ayuda a que me tumbe en la cama-.
Ana: sí que importa… se te nota el cansancio a kilómetros.
Blas: lo importante es que tú estas bien.
Ana: y que te recuerdo.
Blas: -sonríe- exacto.
Ana: ¿Fuiste a casa?
Blas: no te preocupes por mí.
Ana: -me lo quedo mirando mientras el acaricia mi mano-.
Blas: -me sonríe- ¿Qué?
Ana: -me encojo de hombros- no sé.
Blas: -sigue sonriendo-.
Ana: ¿Le dijiste algo a tu madre?
Blas: sí. Tuve que llamarla porque no podía más.
Ana: se quedo preocupada ¿No?
Blas: mucho…
Ana: pues en cuanto salgas por esa puerta la llamas ¿eh? Que no quiero que se preocupes más, todo esta bien.
Blas: -sonríe- sí… todo esta bien –repite la frase feliz-.

Y Blas se queda conmigo un rato. Después el tiene que salir y entra el doctor.

Tomás: a ver Ana, ahora te haremos una prueba para ver si tu golpe en la cabeza esta bien ¿si?
Ana: -asiento con la cabeza- ¿Cuánto tiempo tendré que quedarme aquí?
Tomás: no lo sé hasta que no tenga los resultados de la prueba.
Ana: vale.

*Narra Blas*

Cuando he entrado a la habitación y la he visto sonriéndome, sabiendo que ella me reconocía no sabía que hacer. “Por fin” me repetía mientras iba hacía la habitación.
Cuando el doctor ha entrado a la sala de espera y me ha dicho esas palabras… “Blas, Ana ya te recuerda” creo que han sido las mejores palabras y las que más felicidad han causado en mí después de las de… lo de Auryn, que por cierto se lo tengo que contar...
Llego a la sala espera sonriente, creo que más sonriente que nunca, y me acerco a los demás que me miran sonrientes, como si notasen mi felicidad, saben que Ana me recordó.

Álvaro: ¿Qué? ¿Todo bien? –dice sonriendo-.
Blas: -lo miro sonriendo y creo que se me llenan los ojos de lágrimas- sí.
Marta: ¿Te recordó? –me mira sonriente, feliz por lo que estaba pasando-.
Blas: -la miro- sí, me reconoce. Sabe quien soy.
Dani: que mal trago, joder.
Blas: ¿A mí me lo vas a contar? Madre mía… hablando de madre, voy a llamar a la mía.

Me levanto y salgo de la sala de espera, me quedo parado al lado de la maquina expendedora de refrescos, pero decido ir a la calle, necesito que me de el aire. Camino por los pasillos hasta llegar, noto cómo el sol caliente de verano toca mi piel y veo que estoy sonriendo y que todo ha pasado. Saco el móvil del bolsillo de mi pantalón y busco el numero de mi madre en la agenda.

*conexión telefónica*

María Jesus: ¿Quién?
Blas: mamá ¿No me tienes guardado en la agenda? –digo riéndome-.
María Jesus: ¡Ayyy mi Chiqui! Esque estuve trasteando el móvil y se me perdieron los contactos.
Blas: ay… ¡Cuando aprenderás!
María Jesus: no lo sé, lo único que sé es que algo bueno hay… ¡Estas feliz! ¿Cómo esta Ana?
Blas: ya me reconoció, me recordó. Sabe quién soy.
María Jesus: ¿Sí? Cómo me alegro Chiqui…
Blas: incluso me preguntó por ti.
María Jesus: ay mi Ana… ¿Qué dijo?
Blas: manda saludos y dice que no te preocupes que esta bien.
María Jesus: -ríe- vaya tela… ¡Cómo no me voy a preocupar! Vaya cosas tiene.
Blas: sí… -ríe- ella es así.
María Jesus: bueno mi amor, tengo que colgarte ¿Vale?
Blas: vale.
María Jesus: cualquier cosa, me llamas. Sea bueno o malo ¿sí?
Blas: por supuesto mamá. Te amo.
María Jesus: y yo a ti. Muchos besitos.

*fin de conexión telefónica*

Hablar con mi madre siempre me mejora el ánimo, y después de estar con Ana así de bien me ha alegrado aún más de lo que pensaba.

(…)

*Narra Ana*

Los chicos han estado dando pequeños conciertos en salas que han llenado y nosotras hemos ido a todos, ya empiezan a tener un número considerable de seguidores y yo estoy muy feliz por ellos, aunque tengo miedo de que esto me separe un poco de Blas, pero al fin y al cabo es lo que le hace feliz a él.
Estamos todos reunidos en casa de David, los chicos tienen algo que decirnos, quedan dos semanas para que tenga que volver a Barcelona para acabar mis estudios y ya después podré venirme aquí a vivir, a buscar un trabajo y a hacer mi vida aquí, con Blas. Estoy feliz pero algo me lleva rondando en la cabeza hace días últimamente veo a Blas raro, distante. He intentando hablar con él pero siempre me dice que no pasa nada, que todo esta bien y cambia el tema rápidamente.

David: bueno estamos aquí porque… -se calla-.
Marta: ¿Por qué? –dice impaciente-.
Dani: a ver, es… es un tema difícil.
Marta: ¿Por qué? –vuelve a repetir impaciente-.
Dani: porque tiene que ver con Auryn.
Miro a Blas y él ni si quiera me esta mirando ¿Qué coño pasa?
Ana: ¿Malo?
Dani: bueno… depende como se mire.
Marta: ¿Lo podéis decir ya? –dice mientras se le acaba la paciencia, aunque no es la única-.
Carlos: mirad… hace como ¿Cuatro? ¿Cinco semanas? Hablamos con Magí y no dijo que esto iba a empezar a hacerse grande porque… porque todo ya esta pasando, como habéis visto. Sacamos un single que fue bastante aclamado y firmamos muchos… ahora… vamos a sacar un disco y todo se va a complicar. No vamos a poder estar siempre con vosotras, y el tema de David, Álvaro y Blas es que tienen que tener más cuidado con el tema de novias.
Es verdad han crecido, que han firmado muchos singles, han llenado salas, ha subido su número de seguidores muy rápido pero…¿Para esto? ¿Realmente va a ser feliz Blas así?
Marta: ¿Y por qué no lo dijisteis antes? ¿Eh? ¿Por qué? –y alza la voz, indignada-.
David: Marta… lo hablamos y lo decidimos así.
Blas: era mejor.
Ana: ¿Mejor? –lo miro-.
Blas: -noto en su mirada como pide perdón pero estoy demasiado cabreada como para pensar en eso- sí Ana… era mucho mejor.
Ana: -me río- ¿Nos habéis tomado por gilipollas? Tenemos una edad para saber que es bueno y que es malo ¿Sabes? Y si esto es malo, en su parte, lo hubieseis dicho en su momento no un mes más tarde.
Blas: pero Ana, esque…

Yo me levanto y me voy. No quiero saber nada de este tema… ¿O sí? Salgo de casa de David con una indignación notable y me voy a la mía. No quiero hablar con nadie.
Cuando llego a casa me tiro en el sofá y me pongo a pensar. ¿Por qué Blas no me dijo esto antes? ¿Era por esto que estaba tan raro? Él no será feliz. Arriba del escenario yo lo veía el más feliz del mundo, disfruta pero una vez cuando baja y me ve es como un impedimento para celebrarlo del todo bien, es como que tiene miedo.

Después de un rato dándole vueltas a la cabeza tocan al timbre. ¿Mi prima o Miriam no saben que las llaves se inventaron para algo? Me levanto del sofá y me dirijo a la puerta y la abro.

Ana: pero vosotras no sabéis que –y me callo cuando veo que a quien tengo delante de mí es a Blas-.
Blas: -sólo me mira-.
Ana: -me aparto de la puerta- pasa.
Blas entra sin decir nada y se sienta en el sofá. Cierro la puerta y me dirijo al salón por el pequeño pasillo y lo veo ahí,  sentado en el sofá con los codos en las rodillas y sus manos dejadas caer. Me mira y yo voy a sentarme a su lado.

Ana: ¿Quieres algo de beber o comer?
Blas: no, no.
Ana: Blas… ¿Por qué no me lo contaste? ¿Por qué? ¿Qué pasa? Tener 18 años me quita derecho a asumir estas “responsabilidades” ¿No?
Blas: ¡No! Claro que no.
Ana: ¿Entonces?
Blas: tenía… tengo miedo. Mucho Ana, mucho miedo.
Ana: lo sé. Sé que tienes miedo, vi tu mirada arriba del escenario y cuando bajabas y me veías ¿Qué te crees? ¿Qué soy tonta?
Blas: no… no quiero fama. No quiero que todo el mundo sepa mi vida, con quien estoy, que hago, no quiero.
Ana: lo que te hace feliz, la música, comporta eso.
Blas: tengo miedo de nosotros Ana. ¿No te das cuenta? De nuestra relación. De que todo esto acabe por algo que a mí me hace feliz. Pero esque me hace feliz la música y tú.
No, no tengas miedo, pequeño. Yo soy el estorbo para cumplir su sueño. Lo miro, y doliéndome mucho le respondo.
Ana: entonces, tendré que apártame yo.
Blas: ¿Cómo? –me mira atónito-.
Ana: sí Blas, es lo mejor… ¿No crees? No vas a ser feliz con las dos cosas y no voy a ser yo quién impida tu sueño.
Blas: Ana, Ana. Espera. No sabes lo que estas diciendo o lo estoy interpretando mal –noto una pequeña desesperación en sus palabras-.
Ana: -lo miro-.
Blas: ¿Estarás de broma?
Ana: -niego con la cabeza doliéndome muy dentro-.
Blas: Ana, venga ya –me va abrazar-.
Ana: -impido que me abrace- no. Esto tiene que ser así. Para que tú seas feliz y disfrutes haciendo lo que te gusta y cumplas tu sueño yo tendré que apartarme.
Blas: Ana, no. Otra vez… -noto como duelen sus palabras incluso a mí recordando lo mal que lo pasé sin él- otra vez no. Porfavor.
Ana: para mí es difícil pero… es lo mejor para ti.
Blas: ¿Lo mejor? ¿¡Lo mejor!? –me dice gritando-.
Ana: yo me voy de aquí dos semanas, vosotros vais a sacar disco ¿Crees que me vas a ver mucho? ¿Crees que esto nos va a aportar algo?
Blas: -se queda callado- pero estando contigo me da igual todo. Dejo la música de lado.
Ana: -lo miro- ¿¡Qué!? Ni de coña.
Blas: no voy a dejar que esto nos separe, te lo digo de verdad.
Ana: vale. Vale. Intentemos seguir con esto. Intentémoslo.
Y para nada pienso así. No quiero seguir con esto por el simple hecho.
Blas: no piensas así.
Ana: -suspiro-.
Blas: Ana, yo tampoco soy tonto.
Ana: esque no vas a dejar escapar tu sueño.
Blas: ahora estoy a tiempo de salir de Auryn, más adelante, no.
Ana: ¿Qué dices? No permitiría eso nunca.
Blas: -sólo me mira-.
Ana: Blas… no vamos a llegar a ningún sitio.
Blas: -suspira- ¿Estás segura?
Ana: no.
Blas me abraza y yo sólo le respondo el abrazo y hundo mi cabeza entre su hombro derecho y su pecho. Creo que toda esta situación me esta superando. Quiero que él cumpla su sueño feliz y no mirando por nadie más, y por mí va a mirar. Yo también tengo miedo de todo. Y me cae una lagrima cosa que lleva a que sorba por la nariz.
Blas: Ana, hey, hey… -me intenta separar para mirarme-.
Yo hago fuerza para que no me separe de él y él deja de intentar separarme y me da un beso en la cabeza.
Blas: ¿Qué pasa? –me pregunta muy bajito-.
Ana: yo también tengo miedo Blas, me da miedo que tú te hagas famoso y lo nuestro se vaya a tomar viento, te amo no creas que no… pero es mejor cortar por lo sano amor… es mejor prevenir que curar.
Blas: -cierra los ojos con fuerza- pero ¿Y si todo sale bien? ¿Qué? ¿Eh?
Ana: ¿Y si no?
Blas: no mires lo negativo mi niña. Mira lo positivo.
Ana: es difícil.
Blas: pero tenemos que intentarlo. No quiero que te arrepientas de algo así mi niña. Yo lo hice y no quiero que vivas con eso.
Y entiendo el porque de todo. Él sabe que si lo hago me voy a arrepentir, lo sé hasta yo, pero esque es mejor así. Aunque… ¿Por qué no intentarlo? Dejar todo correr sería una tontería… ¿No? no sé que decir así que me quedo callada abrazándole.
Blas me separa de él pero sin soltarme, me coge la cara con las dos manos y me seca las lagrimas.
Blas: no llores.
Ana: -asiento con la cabeza porque no sé que más hacer-.
Blas: dime algo. Habla.
Ana: sería una tontería dejarlo.
Blas: -sonríe y me da un beso en la mejilla- todo va a estar bien, ya verás.

Y nos quedamos ahí. Sigue metido en mi cabeza que dejarlo y cortar por lo sano sería lo mejor que podríamos hacer, y miro por él, por su felicidad. Yo seré una parte pero él no va a estar feliz teniendo las dos cosas, no lo va a ser. Lo sé.

Al día siguiente me despierto, me ducho y me visto. Voy a la cocina, ahí esta Miriam con Carlos ¿Qué hace aquí?

Miriam: buenos días amor –sonríe-.
Ana: hola… -me acerco a darle dos besos a Carlos-.
Carlos: ¿Cómo estás?
Ana: no lo sé. –me siento y alargo el brazo para coger un vaso y la leche-.
Carlos: ¿Qué pasa?
Ana: nada… ¿Qué haces aquí?
Carlos: ¿Me estas echando? –me dice con cara de ofendido, bromeando-.
Ana: -suelto una pequeña risa- claro que no tonto. Sólo que me ha extrañado.
Carlos: sé que estas mal.
Ana: -miro al vaso que ya esta lleno de leche y le doy vueltas con la cucharilla-.
Carlos: ¿Qué pasa?
Ana: -niego con la cabeza- nada.
Carlos: no me hagas sacártelo con pinzas, loquis. Que te saco las tripas.
Ana: -me río-.
Miriam: tienes mala cara… ¿Has dormido bien?
Ana: -niego con la cabeza- no.
Carlos: Blas.
Ana: -lo miro- ¿Qué pasa?
Carlos: dímelo tú.
Miriam: basta ya de este juego de niños pequeños. Ana ¿Qué coño te pasa?
Ana: ayer intenté dejar a Blas.
Miriam: -me mira sorprendida- ¿Por qué?
Ana: porque a él le hace feliz la música, pero… tiene miedo. Tiene miedo de que todo se vaya a la mierda por culpa de eso pero a la vez quiere que sigamos juntos y la única manera que hay de que el  cumpla su sueño, que es dedicarse a la música profesionalmente, yo me aleje de él y sea feliz con eso.
Carlos: pero no es la opción.
Ana: -miro a Carlos- me dijo que aún estaba a tiempo de dejar Auryn ¿Sabes?
Miriam: ¿Qué? –me dice mirándome atónita- pero si es su sueño.
Carlos: madre mía.
Ana: y yo soy el impedimento, ¿Qué hago? ¿Y si esto por lo que sea no sale bien? Se jode algún día, por lo que sea. Ha dejado pasar la oportunidad de su vida, porque de estas solo hay una en toda la vida. No me perdonaría ser yo la causante de todo esto.
Carlos: pero ¿Y si sale bien?
Ana: Carlos, tú le ves la cara arriba del escenario, y cuando baja y cuando me ve a mí. ¿Qué pasa?
Carlos: -se queda callado durante un momento- es verdad… Él hablo conmigo y me dijo que quería la música por encima de todo pero también a ti.
Ana: pero no se puede tener todo, y él no va a querer dejarme a mí ni a la música, entonces tengo que ser yo quien haga eso.
Carlos: pero le quieres…
Ana: -me río- por eso mismo.
Carlos: ¿Por eso mismo? –me pregunta sin entender-.
Ana: porque como le amo no quiero que deje esta  oportunidad.
Carlos: -suspira- no sé, Ana. Deberías pensarlo bien… no te arrepientas después como él.


Creo que no soy consciente de lo que quiero hacer, pero sólo estoy mirando por él. Nadie me va a entender pero… es esto y ya está. 


Perdonad el tiempo sin subir, pero intento hacer capítulos que valgan la pena y no subir cualquier chorrada... Comentadme que tal os va pareciendo la novela porque... ¡Es el penúltimo capítulo! Pero en nada esta la segunda parte :) ya sabéis que tenéis los links de Twitter y Ask arriba de la página y si queréis que os avise sólo me lo tenéis que decir :). Un besazo enorme y gracias por leer la novela. Much loveeee!!!♥

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