jueves, 28 de noviembre de 2013

Capitulo 15.

 Álvaro: no dejes de hablarle, de verdad. Piensa lo difícil que tiene que ser para ella esto. Te quiere y te lo ha dicho, pero tiene que respetar a su novio. No lo esta haciendo nada mal, Blas. Esta haciendo lo correcto. ¿Qué prefieres que ni si quiera te hable o aunque sea ser amigos?
Blas: joder, tío. Es verdad. ¿Por qué he sido tan egoísta?
Álvaro: no lo sé, porque tú no eres así.
Blas: y con ella, que la quiero… soy así. Me estoy dando un asco…
Álvaro: anda, anda. Cállate y no digas es. Habla con ella y ya está, seguro que lo entiende. Pongo la mano en el fuego, vaya.
Blas: sí, eso haré…
Álvaro: cuando tú veas, pero no tardes.

Nos quedamos aquí hablando. La verdad es que Álvaro me da mucho apoyo, es un gran amigo.

Narra Ana.

Son las 21:00h y me llama Carlos.

*conexión telefónica*

Carlos: ¡Hola mi niña loquis de Barcelonaaaa!
Ana: ah ¿Qué tienes mas niñas loquis? Que bonito.
Carlos: no, tú eres mi única niña loquis del world.
Ana: ah bueno. Me quedo tranquila.
Carlos: ¿Qué te pasa?
Ana: ¿A mi? Nada.
Carlos: claro. Sí. Y yo soy una estrella mundial ¿sabes o no?
Ana: ¿Ah sí? Mi amigo es una estrella mundial y no lo sabía, que bien oye.
Carlos: Ana en serio.
Ana: nada
Carlos: Ana, te lo digo de verdad ¿eh? ¿Qué te pasa?
Ana: -suspiro-.
Carlos: ¿Quééééé?
Ana: Blas, Carlos, Blas.
Carlos: ¿Qué pasa con Blas? Esta hecho un loquis.
Ana: he quedado hoy con él.
Carlos: ¡Olo! ¿Y qué?
Ana: -le explico todo-.
Carlos: ¿Qué dices? ¿Qué has hecho cuando te a besado?
Ana: separarme.
Carlos: un gesto enorme por tu parte.
Ana: pero no quería Carlos. No quería separarme.
Carlos: lo sé cariño. Lo sé. Pero tiene que ser así.
Ana: lo sé.
Carlos: ¿Quieres quedar para hablar mejor?
Ana: mañana ¿vale?
Carlos: ¡Claro! Pero por la tarde ¿si?
Ana: vale. Me voy a dormir ya.
Carlos: vale, un besazo y no estés mal.
Ana: no –me río- un besito.

*fin de conexión telefónica*

Pasan dos días. Ayer quede con Carlos y me animó bastante. Ahora mismo son las cinco de la tarde estoy aquí, sentada en el sofá “mirando la tele” esta noche no he dormido nada. Ni ayer. No sé nada de Blas, y aunque Miriam, Marta y Carlos me animen un poco, sólo es un poco. Me llega un whatsapp de Blas. Genial.

*conversación de whatsapp*

Blas: Ana ¿sigues queriendo hablar conmigo? No quiero molestar *enviado a las 17:15*
Ana: claro, claro que quiero hablar contigo. ¿Qué pasa? *enviado a las 17:18*
Blas: tengo que hablar contigo *enviado a las 17:18*
Ana: claro… ¿Cuándo? *enviado a las 17:19*
Blas: ya. Lo necesito. *enviado a las 17:19*
Ana: ¿ya? Bueno, vale. ¿Dónde quedamos? *enviado a las 17:20*
Blas: te paso a buscar en 10 minutos ¿Okey? *enviado a las 17:22*
Ana: claro *enviado a las 17:25*
Blas: gracias. *enviado a las 17:25*

*fin de conexión de whatsapp*

No he pensado dos veces en decirle que sí. Si necesita hablar, aquí estaré. Da igual lo que haya pasado, yo estaré aquí para Blas.
Me arreglo, no mucho por eso. Y no tengo que decir donde voy básicamente porque estoy sola en casa. Imaginaros donde están Miriam y Marta…

Tocan al telefonillo y yo cojo mi bolso y bajo. No me creo que este siendo tan fuerte respecto a Blas.

Ana: -salgo del portal- hola –sonrío-.
Blas: -me abraza- gracias por no decirme que no.
Ana: -me quedo petrificada, ¿Qué es tan importante para él?- no las des.
Blas: ¿vamos a mi casa?
Ana: … claro.

¿En serio? Nos ponemos a caminar y vamos al piso de Blas. Esto es surrealista. No sé como estoy haciendo esto sin soltar una lagrima.
Cuando llegamos al bloque de Blas, subimos en el ascensor y supongo que a decidido no decir palabra hasta llegar a su casa. Salimos del ascensor y entramos a su piso. Nunca he estado aquí. Es bonito. Tiene mucha música.

Blas: siéntate –me señala el sofá- ¿quieres algo de beber?
Ana: agua, porfavor.
Blas: vale.

Va a la cocina y yo me siento en el sofá. Menos mal que tiene el aire puesto porque si no… llega y se sienta a mi lado dejando el vaso de agua en la pequeña mesa que tiene delante del sofá.

Ana: ¿Qué querías hablar?
Blas: … -suspira- fui muy egoísta el otro día. Lo sé.
Ana: bueno.
Blas: sólo quiero decirte que, aunque estés con…
Ana: Erik.
Blas: aunque estés con Erik, yo… no quiero dejar de hablarte. Quiero tener aunque sea tu amistad. El otro día me porte como un crio y no, no estuvo bien, y quería disculparme.
Ana: claro –le sonrío, para mi esto es muy difícil- tienes mi amistad desde siempre, Blas. Y tus disculpas guárdatelas, no hace falta que las des.
Blas: claro que hace falta, me porte como un niñato.
Ana: no te preocupes, de verdad.

Le llega un whatsapp y él lo mira, y veo que sigue teniendo ese fondo de pantalla que puso en Navidad. La foto que nos hicimos en el parque. Y entonces, entiendo, que me quiere, que de verdad sigue sintiendo por mí. Entonces entiendo que yo por Erik no siento nada comparado con lo que siento por él. Entiendo que en mi corazón no hay sitio para más daño, para más sufrimiento, sé que en mi corazón pone Blas. Y no sé porque, presión quizá, me pongo a llorar. No quiero. No quiero llorar delante de Blas, me las lagrimas empiezan a correr por las mejillas y no puedo evitarlo de ninguna forma.

Blas: -me mira y deja el móvil. Me abraza- ¿Qué pasa Ana? ¿Por qué lloras? –no llores mi niña, no soporto verte llorar –piensa-.
Ana: -le abrazo, le abrazo fuerte. Le siento, siento a mi Blas. A quien realmente quiero-.
Blas: ¿Qué pasa? –vuelve a decir susurrando-.
Ana: -tengo mi cabeza hundida en su hombro- que te quiero. Te quiero mucho, Blas. Te quiero demasiado como para verte y no decirte lo especial que eres para mi. A pesar de lo que hiciste, esto es lo que siento. Lo siento por Erik. Pero… -no puedo seguir hablando-.
Blas: hey, hey. Ana, mírame –me separa y me coge la cabeza mirándome y limpiándome las lagrimas con sus manos- escúchame. Deja de llorar, lo primero.
Ana: -sólo lo miro-.
Blas: no llores, no llores Ana. Para.
Ana: -no puedo dejar de llorar, pero que idiota soy por dios-.
Blas: tú y yo sabemos que estas con Erik. Lo sabemos muy bien. Pero… yo no puedo verte así. Me supera. Así que tienes que hacer lo que tu corazón diga, mi niña. No pienses ni en mi, ni en Erik. Sé egoísta y piensa en ti. Piensa en ti Ana.
Ana: amigos, Blas –no pienso en mí-.
Blas: pues amigos. Pero no llores.
Ana: -niego con la cabeza-.
Blas: venga va, que te pones fea cuando lloras ¿no ves?
Ana: sí –me río-.
Blas: va no llores. ¿Quieres ver una película?
Ana: como quieras –sonrío-.
Blas: -sonríe-.

Me quedo ahí con Blas.
Pasan 3 días más. Erik no me llama. No me dice nada. No responde mis whatsapps. No sé que coño pasa. He quedado con los chicos todos los días y con Blas… sé que le amo. Lo sé de sobras. Pero esto tiene que ser así. Miriam y Álvaro yo sé que tienen algo, pero no lo dicen, y Miriam desvía siempre el tema. Pero la conozco y sé que sí.
Hoy vamos a salir de fiesta y hemos quedado en la puerta de la discoteca. Así que nosotras nos arreglamos, cenamos un poco y nos vamos a la discoteca y allí están los chicos. Los saludamos y entramos.

Carlos: fiesta loquiiiiiiiiis. Ana ¿Bailamos?
Ana: claro –sonrío y me levanto y vamos a la pista-.
Se unen Dani y Blas. Miriam está con Álvaro de tonteo en los sofás. Marta con David por ahí perdidos.
Nos lo estamos pasando muy bien. Y a pesar de saber lo mismo de siempre, saber que Blas me ama, y yo a él y podríamos estar muy bien, no me importa con lo bien que me lo estoy pasando.
De repente giro la cabeza y veo a Erik besándose con otra chica. ¿Qué cojones? ¿No estaba en Alicante? ¿no estaba conmigo? Se me cae una lagrima, de rabia supongo.

Carlos: mi loquis, cielo ¿Qué pasa?
Ana: -miro a Erik señalando con la cabeza- es Erik.                              
Carlos: ¿Qué? –me dice mirándome con una cara que definirla “flipando” es poco-.
Ana: sí. –me dirijo a él-.
Blas: ¿Dónde va?
Carlos: -señala a Erik- ¿ves a ese dándose el lote con la rubia?
Blas: sí.
Carlos: es Erik.
Blas: -sale detrás de mi seguido por Carlos y Dani-.
Llego donde Erik.
Ana: -le toco el hombro-.
Erik: -para de liarse con la chica y me mira- A-A-Ana…
Ana: ¡Anda! Sí.
Erik: Ana yo…
Ana: ¿Qué?
Erik: …
Ana: ¿¡QUE HIJO DE PUTA!? ¿QUÉ?
Erik: ¿Hijo de puta? ¡QUE SEPAS QUE ESTOY CON ELLA DESDE HACE 3 MESES!
Ana: ¿Qué? –le pego un guantazo, en toda la cara y delante de toda la gente- HIJO DE PUTA. ME HAS ENGAÑADO. TÚ ERAS EL QUE NUNCA ME IBA A HACER DAÑO. Y ESTANDO CONMIGO HAS ESTADO CON ELLA ¿ALICANTE? UNA MIERDA. PUDRETE. PUDRETE CON ESTA TÍA.
Erik: ME PUDRIRÉ FELIZ PORQUE ESTA EL TRIPE DE BUENA QUE TÚ ¡GORDA!
Carlos, Blas y Dani se meten.
Dani: ¡EEEEEEEH! CUIDADITO CHAVAL.
Carlos: CALLATE LA BOCA EH GILIPOLLAS.
Blas: EH, TÚ PEDAZO DE ANORMAL. RESPETALA.
Ana: -lo miro y por no armar más alboroto me voy de ahí-.
Blas viene detrás de mí.

Yo salgo de la discoteca, no sé ni donde voy. Camino sin rumbo alguno. Lloro. No paro de llorar. “no te voy a hacer daño” Y UNA MIERDA. UNA MIERDA. TODOS SON IGUALES. TENGO ODIO. ODIO A MI MISMA POR ESTAR CON ÉL. POR CONFIAR EN ÉL. ME ODIO. AHORA MISMO QUE ME ATROPELLE UN COCHE. ME DA IGUAL. Suena mi móvil, es Blas. Ni se lo cojo. No quiero saber nada de nadie. Ni si quiera de Blas. Sigo caminado sin rumbo alguno y paro en un parque y me siento en el césped de este, llorando y creo que hasta le pego al suelo. ¿Cómo puedo ser tan gilipollas? Encima me a insultado.
Me tiro ahí sentada una hora. He apagado el móvil porque no dejaban de llamarme. Y a las 4 am veo que alguien camina por el parque, y viene hacia mí. Y es él. Blas. Llega a mi, se arrodilla delante de mí y me abraza, casi llorando.

Blas: -abrazándome- no hagas esto nunca más, Ana. Nunca. Porfavor. Pensaba que te había pasado algo.
Ana: -lo abrazo llorando- ¿Por qué me pasa esto a mi Blas? ¿Por qué? ¿Qué he hecho mal? ¿Soy mala?
Blas: hey, hey, hey –se separa y me coge la cabeza- no has hecho nada mal y ni mucho menos eres mala. No lo vuelvas a decir, nunca.
Ana: ¿entonces porque con cada tío que estoy me hace sufrir? –digo cosas inconscientemente sin penar el daño que le puedo hacer a Blas-.
Blas: -recuerda que él también me hizo daño- Ana. Ana. Escúchame. No sabemos valorarte. Somos idiotas, no sabemos verlo que tenemos hasta que lo perdemos. Y ese gilipollas de Erik, que se quede con la rubia. A la mierda, Ana.
Ana: no te incluyas, no te incluyas con esos dos gilipollas –Cristian y Erik-.
Blas: me incluyó porque yo también te hice daño.
Ana: pero lo hiciste por mí. Ellos no han hecho nada nunca por mí.
Blas: puto día en el que te dije que cortásemos aquella relación. Mierda. Joder.
Ana: Blas. Para. No te eches las culpas de nada.
Blas: la tengo. Tengo la culpa de todo esto. Si no te hubiese dejado tu ahora no estarías así, pasándolo mal. Estarías conmigo. Feliz.
Ana: -lloro, se me caen las lagrimas-.
Blas: no estés mal, Ana. Porfavor.

A la mierda todo. A la mierda. Quiero que deje de echarse las culpas, da igual si las tiene o no. Pero que pare. Le amo. Él es el único que a sabido valorarme y hacer las cosas por mí, aunque el también iba a sufrir. Lo hizo por mí. Y me a esperado todo este tiempo. Me a esperado sin pensar en como vendría.

Ana: Blas, te amo. Te amo, nunca he dejado de amarte. Has estado por encima de todos.
Blas: -me mira y suena su móvil- es tu prima ¿Quieres hablar con ella?
Ana: -niego con la cabeza-.
Blas: -hablando por el móvil- dime Marta… sí, sí estoy con ella… esta bien… sí… ¿todos?... vale, ahora iremos. No preocuparos más esta bien… un beso. –cuelga- Carlos esta que se sale.
Ana: ¿Por?
Blas: estaba muy preocupado.
Ana: no podía hablar con nadie.
Blas: lo entiendo, no te preocupes.
Yo me lo quedo mirando. ¿Se lo pondría demasiado fácil ahora si vuelvo a con él? él me mira fijamente.

*narra Blas*

Menos mal que esta bien. Dios había pensado lo peor, y… pff fuera estos pensamientos, esta bien, aquí delante de mí. No dice nada, me mira. Sólo quiero besarla y abrazarla y decirle que siempre la voy a cuidar, que siempre voy a estar con ella. Pero… no es el momento, ahora no. Sólo la miro. Pobrecita, joder. Y yo se lo hice pasar mal, que idiota fui, joder. Pero pensé en ella, y sólo en ella. Yo lo he pasado realmente mal estos meses sin saber nada, pero no es el momento de decirle nada.

*Narra Ana*

No hace nada. Me esta mirando y ya está. Quiero abrazarle así que… ¿Por qué no?

Ana: -le abrazo-.
Blas: -me corresponde el abrazo- ¿estas mejor?
Ana: ahora contigo, sí.
Blas: -me abraza más fuerte y puedo notar como sonríe-.
Ana: -me separo, quiero besarle pero… es mejor que no-.
Blas: ¿volvemos a casa?
Ana: -asiento-.
Blas: vamos, va.

Nos levantamos del suelo. Y nos ponemos a caminar. Quiero que Blas me abrace, pero camina como si nada. ¿Qué le pasa? Lo noto raro.

Ana: -me paro en seco- Blas.
Blas: -se para- ¿Qué?
Ana: ¿Qué te pasa?
Blas: nada ¿Qué tendría que pasar?
Ana: no lo sé, estás raro.
Blas: ¿Raro? –sabe por donde voy-.
Ana: sí.
Blas: no quiero que parezca que ahora que Erik te a hecho eso me tire a por ti. No quiero eso.
Ana: -lo miro-.
Blas: -me pasa un brazo por la espalda- vamos.
Ana: -le paso un brazo yo también y seguimos caminando-.

No voy a insistir, que tenga que pasar todo como tenga que pasar. Llegamos a casa y subimos, estaban todos.

Miriam: -me da un abrazo que casi escupo los pulmones por la boca- tía, que susto.
Ana: pero que me ahogas.
Miriam: -me suelta- que sepas, que casi mato al gilipollas ese.
Ana: ¿Qué dices?
Álvaro: lo que oyes. Le quería pegar.
Ana: ¡Hala!
Miriam: ni hala ni nada, el muy gilipollas. Encima te insulta. Esque de verdad que hostia, que hostia tiene.
Marta: ¿Qué dices? Ese no tiene ni media hostia, puto gilipollas. Todos te hacen daño, Ana. No mereces pasarlo mal y no saben valorarte.
Miriam: joder, esque que guantazo tienen.
Blas: -mira hacia el suelo, sabiendo que él también me hizo daño-.
Ana: -miro a Blas. Joder sé que lo hizo por mí y no quiero que este así mal-.
Carlos: yo le hubiese pegado, eh. Pero esque soy poca cosa Ana, y me avientan rápido.
Ana: -me río- no hace falta pegar a nadie. Olvidaros del tema.
Dani: una mina en la puerta de su casa, yo lo veo.
Ana: -me sigo riendo- jajajaja.
David: Ana, no estés triste ¿Eh? Mereces a alguien que de verdad te valoré, eres muy buena y no mereces esto, te lo digo de corazón.
Ana: ay, porfavor. –lo abrazo- gracias.
Blas: -se sale a la terraza-.
David: -me dice bajito al oído- Blas lo hizo por ti.
Ana: -me separo-.
Dani: bueno yo me voy a ir ¿llevo a alguien?
Carlos: yo tengo carné, ¡Ja!
Dani: me refiero a quien no tenga media cabeza.
Carlos: ¿Media cabeza?
Dani: sí.
Carlos: madre mía ajajaja
David: llévame a mi ¿no?
Álvaro: y a mi, anda.

Parece que todos se han olvidado de Blas.

Miriam: bueno yo me voy a dormir.
Marta: y yo –se despide de David dándole un beso y se va-.
Álvaro: -se acerca a Miriam y la abraza- buenas noches.
Miriam: buenas noches.
Álvaro: -le da un beso-.
Dani: ¡Hostia! Aquí hay más tema.
Álvaro: cállate, anda.
Miriam: -se pone roja- bueno, buenas noches chicos. Nos vemos mañana –se va de ahí todo avergonzada-.
Ana: pues nada, oye. Voy a avisar a Blas.
Álvaro: ¡Hostia, Blas!
Dani: seguro que se quiere ir andando.
Álvaro: no creo. Le voy a preguntar.

Álvaro va al balcón y yo me quedo aquí, con los chicos y me empiezan a hablar.
En la terraza…



Holiiiiiii! Espero que os guste el capitulo y me lo comentéis!!! :D un besazo a todas y gracias por la paciencia que tenéis esperando a que suba jajaja besazo enormeeeeeeee♥

domingo, 24 de noviembre de 2013

Capítulo 14.

Miriam sale de la habitación y yo me quedo ahí, intentando dormir un rato, pero se queda en el intento.

Entra Miriam a las 18:00 en punto, ve que estoy despierta y hablamos otro ratito. Marta se ha ido con David. A las 18:15h me meto en la ducha y después salgo, me seco el pelo y me arreglo.
Estamos en el salón y mi cara no es de felicidad, si no de tristeza ¿Por qué? Yo no lo sé. Pican al timbre de abajo.

Miriam: abro –se levanta-.
Ana: dile que no estoy.
Miriam: Ana, porfavor.
Ana: Miriam de verdad, dile que no estoy, porfavor.
Miriam: -coge el telefonillo- ¿Quién? … Sí, ahora baja –cuelga-.
Ana: maldita.
Miriam: Blas te espera –me sonríe-.
Ana: eres una maldita.
Miriam: va anda, que lo estas deseando.
Ana: -me levanto y cojo mi bolso- como lo sabes.
Miriam: fuera el miedo Ana, haz caso a tu corazón.
Ana: -la abrazo- nos vemos luego. Me sabe super mal dejarte aquí…
Miriam: he quedado con Álvaro, por mi no te preocupes.
Ana: anda que pierdes el tiempo jajajaja.

Yo bajo por el ascensor temblando. Literalmente, tiemblo. Salgo del ascensor y veo a Blas fuera del portal, esperándome, a mí. Dios. Salgo.

Blas: -sonríe- hola –me da dos besos-.
Ana: -sonrío como puedo- hola.
Blas: ¿Vamos?
Ana: sí, claro. -¿Dónde vamos? Ni pregunto-.

Llevamos como 10 minutos caminando y no he soltado palabra, ni él tampoco.

Le quiero, es así. No sé que hacer, que decir. No sé ni si quiera que hago aquí con él, no tiene lógica que estemos caminando como dos extraños.

Al cabo de unos minutos decide hablar. Supongo que para él también es difícil.

Blas: bueno y ¿Qué? ¿Cómo llevas el estar en Madrid otra vez?
Ana: bien, ya lo echaba de menos –sonrío-.
Blas: ahora te hartarás, 2 meses aquí con esta calor.
Ana: ya, pero bueno, se soportará.
Blas: sí.
Ana: y a parte de lo que me comentaste el otro día ¿Cómo te ha ido el año?
Blas: bueno… ha ido.
Ana: ¿todo bien?
Blas: supongo… A sido raro. Muy raro.
Ana: ¿Por qué?
Blas: no lo sé. Supongo que… todo lo que pasó y no sé.
Ana: bueno… todo tiene arreglo.
Blas: supongo. Yo te agradezco muchísimo que sigas dirigiéndome la palabra después de todo.
Ana: fue lo mejor, tenias razón. No hubiésemos llegado a ningún lado, hubiésemos sufrido.
Blas: me di cuenta que sufrir hubiese valido la pena sabiendo que estaba contigo.
Ana: -lo miro y suena mi móvil-.

Es Erik. Joder.

Ana: dame un segundo –sonrío-.
Blas: claro –sonríe-.

No me alejo de él y respondo.

*conexión telefónica*

Erik: ¡Hola amor!
Ana: hola cielo.
Erik: ¿Qué tal?
Ana: bien ¿y tú?
Erik: bien, acabo de llegar a Alicante.
Ana: ¿El viaje bien?
Erik: sí, todo genial.
Ana: bien pues, me alegro. Tengo que colgarte Erik. Luego hablamos.
Erik: vale amor, luego te llamo, te amo.
Ana: y yo a ti –Ana, mentirosa de mierda –pienso- te quiero, un beso.

*fin de conexión telefónica*

¿Estoy preparada para las preguntas de Blas? ¿Estoy preparada para decirle que tengo novio? No. No lo estoy, pero es la realidad.

Blas: -me mira- veo que…
Ana: tengo novio, sí…
Blas: pero… yo… esto…
Ana: no hace falta que digas nada, tranquilo.
Blas: pero Ana… yo… yo esperé por ti. Esperé que volvieras y…
Ana: yo no podía.
Blas: ni yo, yo tampoco podía. Pero esperé.
Ana: bueno… las cosas sucedieron así, Blas. Yo… yo lo sentí así en ese momento.
Blas: bueno, tienes todo tu derecho, yo te deje.
Ana: pero podemos ser amigos, Blas. Tú no sabias cómo vendría yo. No sabias.
Blas: sí, claro. Podemos ser amigos –no lo piensa así-.
Ana: claro… -no, no quiero ser tu amiga, no quiero-.
Blas: me tengo que ir… se ha hecho tarde.
Ana: Blas…
Blas: lo siento –esta nervioso- nos vemos mañana, si eso –se intenta ir-.
Ana: -lo cojo del brazo, no pienso dejar que se vaya, no- Blas escúchame.
Blas: ¿Qué quieres que escuche? Ana no puedo tenerte delante sabiendo que no puedo besarte, no puedo. Sigo amándote, sigo enamorado de ti ¿Qué te crees? ¿Qué te olvide? No, yo no te olvide, no hice más que pasarlo mal todo el puto año. Te amo y nadie lo va a cambiar, sé que lo hice mal dejándote ir, lo sé y me arrepiento, mucho, muchísimo. Saber que es mi culpa el que no estemos juntos hoy, no sabes lo que me duele. Este tiempo para mi no me a servido para olvidarte si no, para quererte más aun. No te culpo de que ahora este con otro chico, fui yo quien no supo valorar. Pero lo siento, no puedo estar contigo tan normal, no puedo.
Ana: -me quedo sin palabras- Blas…
Blas: mejor me voy, de verdad –tenia los ojos cristalinos-.
Ana: no, no quiero que te vayas.
Blas: ¿Qué pinto aquí contigo? Nada.
Ana: como tu dices, no fui yo quien quiso que a pesar de la distancia estuviésemos separados, pero… he sufrido mucho, estoy con Erik pero… sé que no le quiero como te quiero a ti, sé que no voy a querer a nadie tanto como te quiero a ti. Tú sigues en mi cabeza, en mi corazón, y las mariposas en mi estomago cuando te ven o escuchan tu nombre siguen aquí. Si estoy con Erik es porque cuando le conocí, él me llenaba un poquito el vacio que tenía.
Blas: -me besa-.

¿Qué? ¿De verdad? ¿Me ha dado un beso? No. No. No puede ser, no puedo hacer esto. A pesar de que yo siga queriéndole como a nadie, tengo que respetar a Erik. ¿Qué hago pensando en Erik? ¿Qué hago? Pff.

Narra Blas.

La estoy besando. Mi cuerpo grita, a esperado esto durante mucho tiempo. Pero ¿Qué cojones?

Narra Ana.

Ana: -lo separo- no Blas, lo siento.
Blas: -no dice nada y me mira-.
Ana: estoy con otra persona. Lo siento no debo hacer esto.
Blas: pero quieres.
Ana: pero no debo.
Blas: Ana… los dos lo hemos pasado mal. Los dos nos seguimos queriendo. ¿Qué hay de malo?
Ana: que tú me dejaste y él sigue conmigo.
Blas: -me mira y sé que esas palabras le han dolido- no hace falta que me lo repitas ¿no?
Ana: pero es así. Es la verdad. Esta es la realidad.
Blas: verdad. nos vemos otro día ¿vale?
Ana: como quieras –no puedo hacer nada más –pienso-.
Blas: ¿quieres… quieres que te acompañe a casa?
Ana: no, no te preocupes.
Blas: como quieras –me da dos besos- nos vemos otro día.
Ana: -sonrío como puedo-.

Blas se va, y yo me quedo ahí como una idiota, viendo como se va. Ahora estoy volviendo a casa. Esto es difícil para mí. Sabiendo que le quiero, pero tengo que respetar a Erik, él no me ha hecho daño, él nunca ocupará ni me hará sentir lo que hace Blas pero a sabido que a pesar de que me iba 3 meses y sin verme, cuando volviera todo estaría igual, Blas en cambio me dejo. Llego a casa y creo que voy llorando, ni yo lo sé. Subo las escaleras y Miriam me abre la puerta.

Miriam: Ana ¿Qué pasa cielo? –me abraza-.
Ana: -vale sí, estoy llorando. Le correspondo el abrazo a Miriam-.
Miriam: ven pasa. Vamos a cerrar la puerta que hay una señora muy chafardera en esa puerta.
Ana: -me río- sí, cierto.

Entramos, dejo el bolso en una silla del comedor y nos sentamos en el sofá.

Miriam: ¿Qué a pasado? Llevas sólo una hora por ahí y vienes llorando.
Ana: lo sé. –me seco las lagrimas- ¿no estabas con Álvaro?
Miriam: al final no hemos podido quedar. ¿Qué te dijo Blas? Mira al final le voy a coger una rentintin que no lo voy a querer ni ver, eh –dice cabreada-.
Ana: no… no es eso. Me a besado, Miriam. Me a dado un puto beso.
Miriam: ¿Qué? –me mira con la cara de flipada jamás vista- ¿le has seguido el beso?
Ana: no.
Miriam: ah, y ¿Qué has hecho?
Ana: me he apartado.
Miriam: no me lo creo. Sabes bien que quieres más a Blas que a Erik.
Ana: lo sé, pero… tengo que respetar a Erik.
Miriam: has hecho bien, cielo.
Ana: me a dicho que me quería, que seguía enamorado de mí. Que me a esperado todo este tiempo, Miriam,  ha esperado por mi.
Miriam: pero te dejo.
Ana: lo sé. Pero…
Miriam: ¿Pero qué?
Ana: no lo sé. Estoy muy confundida ahora.

Llega Marta.

Marta: ¿Qué haces aquí?
Ana: pues…
Marta: ¿Has llorado?
Ana: no.
Miriam: sí.
Marta: ¡Hala cielo! ¿Por qué?

Yo le explico todo a Marta y las dos, tanto Miriam como Marta, me dicen que le haga caso a mi corazón. Así podré ser feliz.

Narra Blas.

Vuelvo a casa. Que idiota fui, pensaba que… ella volvería como vino el primer día. ¿Qué me hizo pensar eso? Creo que estaba más que claro, que esto podía pasar. No quiero su amistad, quiero su amor. Pero… ¿Por qué estoy siendo así de egoísta? Ella… ella lo único que esta haciendo es respetar a su…novio. Duele decirlo pero es así. Tiene novio.

Llego al portal de casa y esta Álvaro.

Álvaro: tío ¿Dónde estabas?
Blas: con Ana.
Álvaro: ¿Qué?
Blas: sí. ¿no estabas con Miriam?
Álvaro: ¿Qué hacías con Ana?
Blas: no quiero hablar del tema.
Álvaro: uy, algo malo pasa.
Blas: -no le puede negar esto. Necesito que me ayude- pienso- cabrón, como me conoces.
Álvaro: tú cara lo dice todo.
Blas: -suspiro-.
Álvaro: va, subimos y me lo cuentas.

Abro la puerta del portal y subimos arriba, entramos y nos sentamos en el sofá.

Blas: ¿quieres algo de beber?
Álvaro: sí, ya voy yo.
Se levanta y se va a la cocina. Yo me quedo aquí sentado, y saco mi móvil, lo desbloqueo y me quedo mirando la foto de fondo de pantalla.
Álvaro: -llega con dos cocacolas, deja una en la mesita y se sienta- deberías quitar ese fondo de pantalla Blas –abre la cocacola-.
Blas: -suspiro-.
Álvaro: va, cuéntame.
Blas: -empiezo a contarle todo lo que ha pasado con Ana, el no dice palabra alguna en todo el rato y termino- y eso.
Álvaro: ¿Qué tiene novio?
Blas: sí… -bajo la mirada-.
Álvaro: yo te lo dije, te exponías a eso. Te exponías a que ella hiciese una vida a parte en Barcelona, lo sabias Blas. Yo te lo dije.
Blas: no pensaba que esto pasaría.
Álvaro: mira tío. No tienes que ser egoísta. Ella… ella buena tiene novio allí, pero bueno no por eso tienes que dejar de hablarle ni nada. Tenemos una edad ya para saber que todo no es siempre como queremos y las cosas pasan porque nosotros dejamos que pasen.
Blas: joder tío, no deberías haberme ido ¿no?
Álvaro: a ver, te has ido en ese momento, lo entiendo. Ahora lo que tienes que hacer es hablar con ella.
Blas: -suspiro-.
Álvaro: ¿la quieres?
Blas: sí.
Álvaro: ¿Quieres que sea feliz?
Blas: sí.
Álvaro: no dejes de hablarle, de verdad. Piensa lo difícil que tiene que ser para ella esto. Te quiere y te lo ha dicho, pero tiene que respetar a su novio. No lo esta haciendo nada mal, Blas. Esta haciendo lo correcto. ¿Qué prefieres que ni si quiera te hable o aunque sea ser amigos?

Blas: ….



Aquí tenéis!!!!! Siento muchísimo de verdad no haber subido en estos días pero no he podido. Espero que os guste el capítulo y me lo comentéis por donde sea, Twitter, Ask, ¡Da igual! :D un besoteeeeeeee enorme!!!!!!♥

martes, 19 de noviembre de 2013

Capitulo 13.

Ahora tengo a Blas delante de mí. ¿Sabrá que estoy con alguien? No sé si sonreír, llorar, correr. Me esta mirando.

Ana: -no sé que hacer, de verdad-.
Blas: -me dedica una pequeña sonrisa-.
Ana: hola.
Blas: -no sabe si acercarse, no acercase, quedarse quieto, sentarse, irse, abrazarme, no sabe que hacer-.
Nadie dice nada, somos el centro de atención de todos. Pero ¿Qué pasa? Yo estoy con Erik y él me hizo más fuerte, por lo tanto….
Ana: -me acerco y le doy dos besos, y todo mi cuerpo grita, se me ponen los pelos de punta, creo que estoy ardiendo-.
Blas: ¿estas bien? –me dice susurrando-.
Ana: -asiento con la cabeza-.
Marta: bueno vamos a disfrutar de la fiesta ¿no?
Ana: claro. Voy a dejar la maleta.
Miriam: sí, yo también –sonríe-.

Miriam y yo dormiremos en la misma habitación y compartiremos armario, por lo tanto no sé como vamos a hacerlo, pero lo haremos. Entramos a la que había sido mi habitación en Navidad y veo que sigue tal cual estaba.

Miriam: -dejado la maleta tumbada en el suelo- Ana…
Ana: -a punto de llorar estoy y no sé porque. Se me han acumulado un montón de emociones-.
Miriam: no llores. Sabes que no merece la pena.
Ana: lo sé.
Miriam: pero si Blas es poquilla cosa –me dice bromeando-.
Ana: -me río- por fuera.
Miriam: lo que te hizo no demostró ser gran cosa, vaya que cuando le he visto casi lo aviento.
Ana: -me río- pobrecito.
Miriam: ¿pobrecito? Una mierda pobrecito, Ana. ¿Que no ves que es tonto? Pobrecita tú con lo que te hizo.
Ana: cierto.
Miriam: ahora vamos a salir y eh, con la cabeza bien alta. No quiero verte mala cara y te quiero ver riendo ¿vale?
Ana: sí –sonrío-.

Salimos y nos sentamos en el sofá. Nos lo estamos pasando muy bien, aunque yo ni si quiera hable y la presencia de Blas es nula prácticamente.

Carlos: ¿Y tú qué? ¿Ya eres fotógrafa? –me dice-.
Ana: no jajaja hasta el año que viene.
Carlos: cuando seamos una boyband en España tú nos harás las fotos, ¡JA!
David: boyband… ojalá.
Ana: yo creo que sí –sonrío- ¿Por qué no? Cantáis bien.
Dani: yo el que mejor.
Marta: no, todos sabéis que el que mejor canta es mi David –sonríe-.
David: -la besa- di que sí mi niña.
Ana: jajaja .-yo sé, que el que mejor canta es el que no a dicho palabra en todo el rato-.
Carlos: soy yo. ¿A que sí Ana? Tú sabes que sí.
Ana: -maldito, maldito Carlos, únicamente me río-.
Miriam: ¿cantáis?
Carlos: ¡sí!
Miriam: cantaros algo a capella.
Álvaro: claro –sonríe- ¿Cuál cantamos?
Miriam: ¿tenéis temas propios?
Álvaro: sí –sonríe-.
Miriam: pues alguno de los vuestros –sonríe-.
Álvaro: ¿Volver?
Carlos: ¡Va, sí!

Ellos se sientan en el sofá y nosotras en el suelo, y empiezan a cantar. Nunca había escuchado esta canción. Sólo “Me gusta” que fue el día que Blas y yo hablamos seriamente de lo que sentíamos. Fuera no quiero esos pensamientos en mi cabeza.
Me pongo a escuchar la canción.  Vaya letra… noto que Blas me mira “Todo vuelve a renacer si borramos el ayer lo único que quiero hacer es volver”. Dejo de mirarlo.

Miriam: ¡Wow! Lo hacéis muy bien –sonríe-.
Carlos: ¿A qué yo soy quién mejor canta? Yo lo sé.
Marta: no, quien mejor canta es David.
Dani: que va soy yo.
David: ¿No ves que lo dice alguien que tiene oído? Soy yo.
Miriam: es Álvaro.
Álvaro: -la mira sorprendido y sonriendo- gracias hombre.
Miriam: -puedo ver como se derrite delante de la mirada de Álvaro-.
Marta: Ana ¿Quién canta mejor?
Ana: -me río- todos.
Marta: no, no. Mójate.
Ana: de verdad, todos lo hacen bien –miro a los chicos-.
Carlos: -me mira y se ríe, él sabe que… para mi siempre será Blas el mejor, en todo-.
Ana: ¿Qué? –lo miro riéndome-.
Carlos: que peligro tienes.
Ana: ¿yo? Jajaja que va.

Nos quedamos más tiempo ahí, y voy a la cocina a por agua y me estoy llenando el vaso cuando entra alguien.

X: ¿me llenas uno a mi?
Ana: -mierda, para de llenar el vaso- ¿no quieres otra cosa?
X: no, no quiero beber alcohol.
Ana: pero me refiero a cocacola, fanta…
X: no, no. Agua mejor –me sonríe-.
Ana: -me muero a esa sonrisa- ¿Por qué no hablas hoy Blas?
Blas: no sé ni como estoy delante de ti hablándote, así que no preguntes.
Ana: -no digo nada y le lleno un vaso de agua-.
Blas: ¿todo bien por Barcelona?
Ana: sí, genial. ¿Y tú por aquí?
Blas: bueno. Como se a podido.
Ana: ¿Qué asó?
Blas: mi abuela falleció y eso…
Ana: -se me para todo- ala, ¿en serio? Lo siento…
Blas: no te preocupes. Son cosas que pasan ¿no?
Ana: -veo como los ojos le brillan, que no se ponga a llorar por dios- sí claro, todos acabaremos igual –¿A sonado muy duro? Sí, creo que sí-.
Blas: sin sentimientos, como mejor se está.
Ana: tienes razón… -y sí, tiene mucha razón- ¿no vas a beberte el agua?
Blas: sí, claro –se acerca a mí y coge el vaso y se bebe el agua-.
Ana: ¿Por todo lo demás bien?
Blas: sí, ahí he ido. ¿Y tú? ¿El curso bien?
Ana: sí…
Blas: me alegro. Cuando seamos una gran boyband nos podrás hacer fotos –se ríe burlándose del comentario que hizo Carlos antes-.
Ana: sí, quizá. –digo sin reirme. No, no me río, quiero llorar. Tengo a Blas delante, y… sí. Sigo enamorada de él. Pero estoy con Erik, y él de mí ya se habrá olvidado así que… sigo hablándole como una amiga-.
Blas: ¿Todo bien?
Ana: sí, claro –sonrío- vamos al salón.

Salimos al salón. Yo no sé con que cara salgo pero Miriam me mira como diciendo “tenemos que hablar” y Carlos más de lo mismo. Él a sido el único de aquí que sabe lo mal que lo pase cuando volví a Barcelona, todo lo que lloré, todo lo que extrañe, sabe lo de Erik, pero de aquí, sólo él y Marta lo saben.
Nos quedamos mas tiempo ahí, hablando, pasándolo bien. Ya se han ido todo y se va Carlos.

Carlos: ¿quieres quedar mañana para ir a dar una vuelta por la mañana?
Ana: sí claro –sonrío-.
Carlos: a las 11 paso a por ti ¿Vale?
Ana: claro –sonrío-.
Carlos: -me abraza- hasta mañana loquis.

Carlos se va.  Cierro la puerta y vuelvo al salón, sentadas en el sofá mirándome están Miriam y Marta.

Ana: ¿Qué? –las miro, me dan miedo-.
Marta: ¿Qué ha pasado con Blas?
Ana: nada. Estoy con Erik, no va a pasar nada.
Miriam: pero amas a Blas.
Marta: a Erik sólo le tienes cariño.
Ana: no me hagáis esto porfavor.
Marta: es lo mejor para ti, Ana. Mira la realidad.
Ana: la miro.
Miriam: también hay que mirar que Blas la dejó tirada por así decirlo.
Marta: pero yo sé muchas cosas de Blas, y se arrepiente.
Miriam: pero es igual, el daño esta hecho, y encontró a un chico que la trata bien e hizo que el vacio de su corazón estuviera un poquito mas lleno.
Ana: me voy a dormir ¿vale?
Miriam: mi niña, no te ralles no vale pena. Sabes que no vale la pena.
Marta: buenas noches cielo.

Yo me voy a mi habitación. Y hablo un rato con Erik que estaba despierto a las 3 am y después me voy a dormir, pero no pensando en él.
Al día siguiente me despierto y me ducho, me arreglo un poquito y desayuno poca cosa. Miriam se queda durmiendo, Marta se fue hace un rato y recibo un whatsapp de Carlos.

“Ana estoy en el portal J”

Cojo mi bolso y bajo. Saludo a Carlos y nos vamos a dar una vuelta. Y nos sentamos en una terraza a tomar un helado. En Madrid hace un calor insoportable.

Carlos: ¿Qué tal por Barcelona?
Ana: tú lo sabes.
Carlos: cierto. Pero… ¿Tan heavy a sido?
Ana: sí… bueno al principio fue peor, fue mucho peor. Ni si quiera podía dormir. Los días fueron pasando y como todo las cosas se calman y después ya conocí a Erik, que llenó un poquito el vacio ese del que te hable muchas veces.
Carlos: no sabes lo mal que me sabia no poder estar allí contigo, de verdad.
Ana: buen, me ayudaste aun estando aquí –sonrío-.
Carlos: ¡Claro! Te ayudé  y te ayudaré siempre, para mi eres como una hermana.
Ana: tú para mi también –sonrío-.
Carlos: ¿Entonces como hermano mayor debo decirte que lo que hizo Blas estuvo muy mal pero sé que lo hizo por ti y yo sé que siente cosas por ti aun? Es meter mucha mierda, que hijo de puta.
Ana: sí, es meter mucha mierda porque yo estoy con otra persona –me río-.
Carlos: jajaja que cabrón soy a veces.
Ana: no sé si podré soportarte todo el verano, eh.
Carlos: pues anda que yo a ti.
Ana: si podrás, lo saben ellos –señalo a los de la terraza- lo sabes tú, lo sé yo.
Carlos: jajajajajaja lo mismo digo, bonita.
Ana: no me saques de quicio, eh.
Carlos: no, tía ¿sabes? Ahora el chocolate se derrite y te pringas y no mola.
Ana: ¡Oh! Se acaba el mundo Carlos, yo lo veo. Di tus ultimas palabras.
Carlos:  jajajajaja. Mis ultimas palabras seguramente no irían para ti, ¡Ja!
Ana: ni las mías, mira este.
Carlos: Ana, lo del chocolate, es un tema serio. A mi el huevo kínder de verano no me gusta tanto como el que se come el huevo entero y es de chocolate.
Ana: -me empiezo a reír, pero a reír como hacía tiempo no lo hacía- Carlos eres un caso, de verdad.
Carlos: pero te hago reír, es lo importante.
Ana: ay, sí –sonrío- tú y el chocolate.
Carlos: yo me casaría con una tableta de chocolate.
Ana: ¿Y tendríais minis carloschocaletitos?
Carlos: jajajajajaja sí, tú tendrías que cuidar a alguno.
Ana: me lo comería, que lastima.
Carlos: que cruel, te comerías a mi hijo.
Ana: jajajajajajaj

Me quedo ahí con Carlos un rato más, la verdad me hace bien estar con él, me río muchísimo y me lo paso muy bien. Cuando llegan la 1 pm  volvemos a casa. Y cuando llego Miriam estaba acabando de hacer la comida.

Pasan dos días más, hemos quedado con los chicos pero Blas no ha venido, no sé porque. Yo sigo estando mal por todo lo que siento, pero estar aquí con los chicos, mi prima y Marta me distrae muchísimo.
Me estoy comiendo un almendrado tirada en el sofá con Miriam y Marta, y me llaga un whatsapp.

Blas: hola J *enviado a las 15:42*
Ana: hola *enviado a las 15:44*
Blas: ¿Cómo estas? *enviado a las 15:44*
Ana: bien, ¿Y tú? *enviado a las 15:46*
Blas: bien. ¿Quieres quedar esta tarde para dar una vuelta por Gran Vía? *enviado a las 15:17*

Ana: tías, Blas me acaba de decir de quedar.
Miriam: mándalo a la mierda.
Marta: nooooo.
Miriam: bueno no. A sido así de repente, el momento.
Ana: jajaja ¿Qué hago?
Miriam: dile que sí, lo estas deseando Ana.
Marta: pero luego no te arrepientas.
Miriam: eso Ana. Hazlo si quieres, que yo sé que sí, pero después no te arrepientas ni nada.
Ana: pfff… no lo sé.
Miriam: queda, sois “amigos” al fin y al cabo no pasa nada –sonríe-.
Ana: es verdad, como amigos… lo que somos, al fin y al cabo.
Miriam: pero como amigos Ana. Amigos –repite lentamente-.
Ana: sí.
Marta: va, dile que sí.

Ana: bueno, vale ¿A qué hora? *enviado a las 16:01*
Blas: a las… 19:00? *enviado a las 16:05*
Ana: ¿Dónde?  *enviado a las 16:06*
Blas: paso a buscarte J *enviado a las 16:06*
Ana: vale J *enviado a las 16:08*

Miriam: ¿A qué hora habéis quedado?
Ana: a las 19:00h…
Miriam: aish mi niña, disfruta.
Marta: eso, no vayas con los ánimos bajos.
Ana: -sonrío, puede que vaya con los ánimos bajos y puede que no- voy a dormir un ratito.
Miriam: vale cielo ¿puedo hablar un segundo contigo?
Ana: sí, claro.

Miriam y yo vamos a nuestra habitación y cada una nos sentamos en nuestra cama.

Miriam: tía sabes que… ¿Ayer estuve con Álvaro por la tarde?
Ana: jura.
Miriam: sí…
Ana: ¿Y qué pasó? Yo ya vi el otro día que os mirabais mucho, eh.
Miriam: sí… bueno no pasó nada, sólo hablamos y eso…
Ana: sí va. No te lo crees ni tú.
Miriam: que sí jajaja sólo que…
Ana: te gusta. Sí lo sé.
Miriam: pues eso…
Ana: uy uy uy, yo me entero si le gustas a él rápido, eh.
Miriam: ¿Sí?
Ana: claro –sonrío-.
Miriam: hecho jajajaja
Ana: jajaja vaya tela.
Miriam: no vas a dormir ¿verdad?
Ana: -la miro y me río- no.
Miriam: le quieres… le quieres mucho….
Ana: sí, joder…
Miriam: venga intenta dormir, cielo. Todo irá bien.
Ana: Miriam, no pienso en Erik, no le hecho de menos…
Miriam: pero cielo…
Ana: -se me cae una lagrima- lo siento así, es así, cuando llegué pensé en él y tal, pero cuando le vi, cuando vi a Blas Erik no ha vuelto a mi cabeza.
Miriam: -me mira- sólo te voy a decir una cosa Ana: yo ya lo sabía. Sabía que Erik era algo que bueno sí, te gustaba pero esta Blas, y mientras él este no hay lugar para nadie más en tu corazón. Haz lo que tu corazón sienta. Si amas a Blas, nadie lo va a cambiar. Ni Erik ni si viene aquí el famoso más guapo y te pide que te cases con él.
Ana: -no sé que decir así que me quedo callada-.
Miriam: duerme, cielo. Te despierto a las 18:00 ¿Si?
Ana: vale…


Miriam sale de la habitación y yo me quedo ahí, intentando dormir un rato, pero se queda en el intento.


Otro!!! Ana no piensa en Erik, si no en Blas y quedará con él ¿Qué pasará? ¿Qué sentirá Blas? Podéis comentarme el capítulo por Twitter, Ask... ya sabéis que siempre os leo y os respondo :) un besazo a todas ♥