Blas me
mira con cara de no entender nada y de tristeza, y se va.
Yo no sé
porque, quizá porque mañana les digo adiós a todos, quizá porque quiero
demasiado a Blas como para no volver a verle hasta veranos, no lo sé pero
lloro, lloro mucho. Me voy a mi habitación y me pongo el pijama.
De repente
entra Marta sin llamar.
Marta:
pero Ana –me dice abriendo los brazos y viniendo hacia mí, y me abraza-.
Ana: -la
abrazo y me limito a llorar, bueno básicamente no me salen las palabras-.
Marta: Ana
cariño ¿Por qué lloras?
Ana: -sigo
llorando, pero que llanto más tonto-.
Marta: -se
separa de mi un poquito- a ver, cuéntame.
Nos
sentamos en la cama.
Ana:
quiero demasiado a Blas para irme, Marta. Lo quiero… lo quiero mucho y no le
voy a ver en ¿Cuánto? ¿5 meses? Y luego estáis tú, Carlos, Álvaro, Dani, David…
Marta: ay,
pero cariño no llores por nosotros ¿Eh? Y lo de Blas lo entiendo… ¿pero tanto
le quieres?
Ana: me
estoy dando cuenta de que sí.. y antes de irse me a dicho que me piense si
quiero estar con él aun habiendo distancia.
Marta:
¿pero estáis juntos?
Ana: no,
no del todo… es raro. Pero no sé Marta, él me a dicho y demostrado de alguna
forma que sí me quiere y un día antes de irme me dice esto. ¿Qué hago? Esque de
verdad… -y sigo llorando-.
Marta:
pero lo habrá dicho por ti, Ana. Por que tú no estés mal en Barcelona pensando
que aquí lo tienes a él. Vamos esque pongo la mano en el fuego que a sido por
eso, porque a mi me han dicho que Blas te quiere, mucho.
Ana: sí,
si a mi también me lo a dicho que era por mí. Pero que después de todo me lo
diga, cuando lo a conseguido, me parece raro.
Marta: lo
ha hecho por ti. De verdad Ana, sé como es Blas y no haría lo típico “mientras
estas aquí nos liamos, y cuando te vayas que te vaya bonito” no, él no es así.
De verdad –me mira con una mirada de las mas sinceras-.
Ana: ya…
bueno, me gustaría dormir porfi.
Marta: ¿me
estas echando?
Ana: sí,
de alguna forma sí –me río-.
Marta: -se
ríe y me da un abrazo- piénsalo todo, pero ni se te acurra estresarte, eh.
Ana: -me
río- no.
Marta sale
de la habitación y yo me meto en la cama.
Donde
Blas.
Él estaba
llegando a su casa, cuando le envía un whatsapp a Álvaro.
*Conversación
de whatsapp*
Blas:
Álvaro ¿Dónde estas?
Álvaro: en
mi casa ¿Por qué? Es tarde ¿Qué pasa?
Blas:
¿puedo ir? Sabes que no molesto si de verdad no estoy mal.
Álvaro:
¿Mal? Vente ya y me cuentas.
Blas:
merci.
*Fin
conversación de whatsapp*
Blas se va
directo a casa de Álvaro y una vez allí, estaban sentados en el sofá.
Álvaro: uy
tío, que mala cara traes.
Blas: tío…
no sé como estoy así con Ana…
Álvaro:
así ¿Cómo?
Blas: así,
tan pillado de ella. Mañana es su último día aquí y no creo ni si quiera que me
quiera ver.
Álvaro:
¿Por qué?
Blas: me
he ido de su casa diciéndole que se pensará si quería estar así conmigo, o sea
sabiendo que me tiene aquí, y ella allí, y que no quiero que se sienta atada
por nada ¿sabes? Y lo ha entendido mal.
Álvaro: pero…
no se lo has dicho con ninguna intención ¿no?
Porque si es así, mucho me has cambiado eh Blasito.
Blas: ¡Que
va tío! Quiero mucho a Ana, y como hoy he estado super bien con ella he visto
como la distancia nos comía y… -mira hacia abajo y suspira-.
Álvaro:
eh, eh, nada de bajones. Aquí todo alegres, ella se va sí, pero si tú estas
dispuesto hace dos semanas, hoy también y mañana y pasado.
Blas: pero
nos come, las veo comiéndonos.
Álvaro:
Blas… Blas, Blas. Piensa lo que estas diciendo, tío. Tú mismo lo decías “la
distancia separa físicamente no sentimentalmente” ¿O ya no piensas así? –opta
por otro lado- ¿Soportarías a Ana besándose con otro?
Blas: no,
nunca.
Álvaro:
¿soportarías no volver a verla? ¿Qué este feliz con otro? ¿Qué nunca más la
vuelvas a abrazar o besar?
Blas:
para. Álvaro cállate.
Álvaro: la
quieres ¿no?
Blas:
mucho.
Álvaro:
entonces no te acobardes ahora, ahora no, lo tienes todo conseguido. Sigue
adelante si realmente la quieres. No le hagas daño.
Blas: ese
es el punto hermano, que no quiero hacerle daño. Cuando ella este allí y yo
aquí va a sufrir, lo sé, sé como es ella y no lo pasará bien, y paso de que
alguien a quien realmente quiero lo esté pasando mal por mi culpa.
Álvaro:
¿Qué coño dices? Tú también lo pasarás mal, Blas. ¿Qué te crees? Aquí sufriréis
los dos, pero si la quieres, no sé que estas hablando. Ella por todo lo que a
pasado y se esta lanzando al vacio por ti.
Blas: es
verdad, joder. Se esta arriesgando a hacer daño por mi culpa… que gilipollas
soy.
Álvaro:
pues sí hijo, sí.
Blas:
pff..
Álvaro:
mañana lo hablas con ella y ya está. Pero piénsalo bien ¿eh?
Blas se
queda un rato más en casa de Álvaro y después se va a la suya.
Al día
siguiente yo me despierto, paso toda la mañana aburrida en casa. Marta no esta
y Blas ni si quiera me a dado los buenos días por whatsapp. Bien, genial.
Alomejor si es de esos de “ahora que te tengo y te vas, mis sentimientos se
esfuman” él no me a demostrado eso, sé que no es así… no lo es.
Pasan las
horas y mi prima ni si quiera viene a comer. Menudo ultimo día… como yo sola y
a la tarde, a eso de las 19:30 llega mi prima.
Marta: ¡holi
Ana! Vamos a dar una vuelta –sonríe-.
Ana:
¿Ahora? No tengo ganas, lo siento.
Marta: ¿Cómo
que no? Vaaaa, no seas perri.
Ana: he
tenido todo el día para dar una vuelta, Marta.
Marta: ay
va, que te lo vas a pasar bien. Que es tú ultimo día aquí.
Ana: o
noche, porque me quedan horas.
Marta:
venga vaaaaaaa.
Ana: bueno
va, vale.
Para que
Marta no empiece a decir que estoy amargada, que no estoy amargada estoy
molesta porque llevo todo el día sólo. Incluso los chicos deberían haberme
dicho algo, digo yo. No me van a volver a ver y ni un whatapp, y el grupo que
hicieron, muerto. Me río irónicamente, como pude creer en todos ellos… en fin,
me peino y me pongo un chándal y salgo al salón.
Marta: Ana
porfavor ¿Un chándal?
Ana: sí,
no tengo ganas de arreglarme.
Marta:
tira y ponte unos tejanos aunque sea, corre.
Ana:
Marta, sabes que no tengo ganas.
Marta: que
tires –me señala la habitación-.
Por no
escucharla voy y me pongo unos tejanos y le grito.
Ana:
¡¿CAMISA, CAMISETA, JERSEY… QUE PREFIERE USTED?!
Marta:
JERSEY QUE HACE FRÍO –me grita desde el salón-.
Yo me
pongo un jersey y me maquillo un poquito, más que nada para que no me haga volver
a la habitación a arreglarme. Cuando termino salgo.
Marta:
¿Ves? Así si, que guapa, oye.
Ana: yo
soy guapa de todas formas.
Marta:
cierto.
Ana: -me
río- no, no es cierto. ¿dónde vamos?
Marta: por
ahí –me sonríe y sale por la puerta-.
Salimos y
nos ponemos a caminar, hasta que a ella la llaman al móvil.
Marta: ¿Quién?...¿ya?...
perfecto ahora vamos…adiós. Te quiero.
Ana: uuuy
¿A quién quieres tú?
Marta: ¿A
quien crees hija mia? Vaya pregunta.
Ana: a mi,
pero ¿A quién más?
Marta: -se
ríe- vamos.
Seguimos caminando
y ya sé donde vamos. Cuando llegamos al portal de la casa de David picamos y
subimos.
Mientras en
el ascensor.
Ana: ¿Por
qué venimos aquí?
Marta: a
recoger a David para irnos por ahí.
Ana: ¿Y no
puede bajar?
Marta: no
tía… me estoy haciendo pipí.
Ana: aaah,
vale vale, eso ya es otra cosa.
Total que
salimos del ascensor y abrimos la puerta. Están todas las luces apagadas… miro
a Marta con cara de “wtf?” y de repente de encienden las luces y salen todos
gritando mi nombre y hay como una fiesta montada. Me emociono. Pensaba que se habían
olvidado que mañana me iba, que no les importaba, pero mirales a todos aquí por
mí, diciendo Ana y sonriéndome.
Ana: ay –me
llevo las manos a la boca-.
Carlos: mi
loquis –viene y me abraza- ay como te quiero.
Ana: -lo
abrazo- no hacia falta.
Carlos:
-se separa indignado- ¿Cómo que no? Y esto es poco tss –me mira y sonreí y se
separa de mi-.
Álvaro:
-se acerca y me abraza- aish que te vamos a echar de menos Ana…
Ana: -le
correspondo el abrazo- y yo a vosotros… no sabes cuanto.
Luego Dani
separa a Álvaro y me abraza.
Dani: ay
pequeña, que con 18 añitos te has ganado “to mi corasssón”
Ana:
jajajajaja to tu corason, y tu el mío.
Luego abrazo
a David y busco a Blas con la mirada. Todos los veo sonriendo y cuando mi
mirada lo encuentra, sólo me esta mirando, de pie, con las manos en los
bolsillo y sin ninguna expresión en la cara. Y David me suelta y en teoría tengo
que abrazar a Blas, y el ambiente se pone tenso.
Marta: -se
da cuenta-. ¿bueno que? ¿no hay música?
David:
claaaro –se va a poner música-.
Todos nos
acomodamos en el sofá y el suelo. Blas no me a dicho nada aun ¿Qué coño le
pasa? Empieza a nevar.
Dani:
nievaaaaa.
David:
¡alaaaa! Luego si cuaja vamos a jugar fjkvdfuhdf.
Dani:
síiii.
Carlos:
haré un muñeco de nieve loquis.
Ana: ¿A
todo lo dices loquis?
Carlos: sí…
tu eres loquis también.
Ana: ala
toma así, loquis.
Estamos ahí
hablando y yo decido salir a la terraza de David, y me salgo, esta nevando pero
esto debajo de un pequeño techo. ¿Qué le pasa a Blas? Yo debería estar feliz
¿No? ¿Y por qué no? Bueno sí, Blas. Esta claro que Blas, esta clarísimo que
porque ni me a mirado en toda la noche.
Sale alguien
al balcón, y su olor, es Blas… mi Blas.
Blas: -se
pone a mi lado, mirando al frente como yo, sin decir nada-.
Nos tiramos
como 10 minutos mudos.
Ana: ¿no
piensas decirme nada? ¿Ni hola? ¿Ni mirarme?
Blas:
-mira hacia el suelo- hola.
Ana: -me
río irónicamente, esto parece una puta cámara oculta- ¿De verdad? mira, adiós. –me
dispongo a salir de ahí-.
Blas: -me
lo impide- no, no porfavor.
Ana: -lo
miro- ¿Qué?
Blas: no
te vayas. No. Quédate aquí, conmigo. He estado pensando en lo nuestro, y…
siempre llego a la misma conclusión Ana.
Ana: ¿Qué conclusión?
Blas: que
te quiero. Que… -me mira- estoy enamorado de ti.
Ana: ¿Qué?
Pero Blas…
Blas: no
hay remedio, no sé porque, nunca me había pasado y llegaste tú ¡Pam! ¿sabes? He
pensando toda la jodida noche que hacer, si decirte que “bien Ana, dejamos la
especie de relación que tenemos aquí” o si decirte “vamos a superar la
distancia” y luego te he imaginado en Barcelona, y te he visto pasándolo mal
por estar separados y viéndote bien al lado de otra persona, y me a dolido en
lo más profundo de mi corazón.
Ana: no
habrá otra persona.
Blas: he
pensando que he sido egoísta en forzarte a que te pusieras de mi lado, en el
lado de “la distancia la pisamos” y no quiero que lo pases mal y menos por mi
culpa.
Ana: Blas,
escuchame –me pongo en frente suyo- te quiero, y te aseguro que lo que tu sientes
por mí, lo siento yo por ti. Me has demostrado que no eres de ese tipo chicos
que una vez tienen a la chica, no lo valoran. Sé que no eres así. Y no has sido
egoísta para nada. Me has ayudado a ser más fuerte, que lo sepas. Y ¿otro
chico? Mira si se hubiese dado la opción de que no hubiésemos seguido con esto
adelante, tú ya estas aquí –me toco el pecho la parte del corazón- y ahí no
entra otro hasta que no salgas tú, y dudo que salgas.
Blas: -me
mira y me abraza- te amo.
Tu: y yo a
ti.
Blas: no
sé como he podio pensar el dejarlo todo y a la mierda…
Tu: son
malos momentos y quizá, es normal.
Blas: no
sabes lo que estoy pensando que te vas a ir, que mañana a las 6 de la madrugada
estarás cogiendo un AVE para Barcelona…
Tu: te
quiero –me separo de él y le doy un beso-.
Blas: y yo
a ti, muchísimo mi niña. Te amo –me da otro beso-.
Y nos
metemos para adentro con los chicos.
Beben,
comemos, nos reímos, bailamos. Nos hemos hecho diez mil quinientas fotos,
toooodos me pedían una foto y me sentía famosa jajaja. Paso una noche genial. Quiero
dormir con Blas, pero eh, sólo dormir. A lo largo de la noche se ha ido poniendo
raro otra vez y yo a no sé que pensar.
Llega el
momento de irnos a casa y de la despedida. Estoy llorando mientras me despido
porque mañana no podrán ir a despedirme porque es muy pronto y tienen un reunión
sobre su carrera musical. Me despido de cada uno llorando, y ellos me dicen que
no llore continuamente, y Carlos llorando también. Vaya dos jajaja.
Carlos: ay
Ana… -me abraza fuerte- hacemos skypes, nos agregamos al facebook, nos seguimos
en Twitter, todo eh. Whatsapp!!!! Ay te voy a echar de menos.
Ana:
-sonrío- y yo a ti “loquis”
Me da un
abrazo. Y llega el turno de Blas, aquí, delante de todo el mundo. Wtf.
Blas: yo
iré mañana al aeropuerto ¿vale? –me mira y sonríe-.
Ana: vale –sonrío-.
Blas: -me
da un beso-. Buenas noches mi niña.
Nos vamos
a casa, Blas no estaba igual. No lo estaba. Me a dicho que se a enamorado de mí
pero… llego a casa y me meto en la cama, y no duermo en toda la noche.
Me levanto
a las 5 am y me ducho, nos tenemos que ir ya. Salimos de casa con una pena que
llevo encima, y vamos para la estación de Atocha. Estoy aquí esperando a Blas.
Marta:
-quedan 10 minutos- Ana…
Ana: ¿Qué?
–le digo con fuerza, para no arrancar a llorar otra vez-.
Marta: deberías
entrar ya al tren.
Ana: no.
Marta: lo
perderás delante de tus narices cariño.
Y llega
Blas. Y se va Marta al baño.
Ana: -lo
miro- ¿Qué pasa?
Blas: -me
mira con los ojos llorosos- cariño, no quiero ser el que cause tu mal estar allí
en Barcelona. Lo siento de verdad, lo siento. Me vas a tener que perdonar esto,
pero sé que será mejor… dejar la especie de relación que tenemos. Estoy mirando
por ti, de verdad, aunque no me creas. Y todo lo que te dije ayer por la noche,
es verdad, te quiero, te amo, estoy enamorado de ti. Te lo juro. Pero no quiero
ser yo tu mal pensamiento. Me dijiste que serías feliz así, pero si lo hago, créeme
que es por ti, porque por mí para nada, porque o voy a pasar mal.
Ana: -casi
llorando- ¿Ah, y yo no? ¿No lo voy a pasar mal? Tú me dijiste que no me harías
daño, estabas dispuesto a saltar nada mas y nada menos que 620 km. Me convenciste
de que todo estaría bien ¿Qué pasa? Que ya ves que me voy y a la mierda todo
¿no? Eras a lo que yo tenia miedo. Eras ese tipo de chico ¿no? –río irónicamente
mientras me caen algunas lagrimas-.
Blas: Ana,
no llores porfavor, verás que va a ser mejor… -casi llorando él-.
Ana: adiós.
Blas: te
amo –me coge la cara con las dos manos con fuerza y me da un beso y separándose
un poquito de mi- y que sepas, que, hago esto porque te amo.
Ana:
-llorando del todo ya- suéltame porfavor.
Blas: -me
suelta y le cae una lagrima-.
Ana: -lo
miro y entro al tren-.
Y todo
acaba aquí. ¿De verdad? le amo y me hace esto… ¿Por qué? Le envío un whatsapp.
Ana:
estaba dispuesta por ti a saltar 620km. Por ti era capaz de dejarlos a un lado,
pero bueno de alguna forma es mejor así. Tu campanilla hubiese sido demasiado
fuerte ¿no crees? Una amiga para lo que quieras en Barcelona, y que aunque todo
haya salido así, me hiciste más fuerte, y por eso te doy las gracias. También te
doy las gracias por estas Navidades, una de las mejores de mi vida. Yo sé que
me quieres, no soy tonta, sé lo que sientes y gracias también por esta decisión
que cuanto daño me hubiese hecho si no la hubieses tomado. Te quiero. Nos vemos.
Cuídate.
Le doy a
enviar y apago e móvil.
Aquí otroooooo! De verdad comentarme que os parece, es importante porque lo creáis o no, ayuda a tener más ganas de escribir. ¿Qué pensáis de lo que ha hecho Blas? ¿Esta bien o mal? Me vais diciendo por Twitter o comentando por aquí! Un besazo a las que me leéis y 1000 para las que encima me comentáis que tal! jajaja os quieroo♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario