Temblando
acerco mi mano al pomo de la puerta y abro.
Ana: Blas…
-susurro y veo como mi mundo se le la presión-.
Blas: -me
abraza fuerte- ¿Estas bien?
Ana: -lo
abrazo llorando, pero llorando con ganas y no sé como me mantengo de pie-.
Hago que
entre y cierro la puerta con llave.
Blas:
¿Estás bien?
Ana:
-niego con la cabeza-.
Blas: ¿Qué
pasa?
Ana: te lo
ha contado Marta ¿verdad?
Blas:
-asiente con la cabeza- eso no me lo dijiste.
Ana: no lo
sabia nadie.
Blas:
pero… ¿Por qué?
Ana: esta
como una puta cabra Blas, no lo sé.
Blas: me
he cruzado con un chico alto y moreno en el portal.
Ana: -se
me vuelve a parar el corazón- ¿Cuántas veces has picado?
Blas: ¿Al
timbre?
Ana: sí.
Blas: dos.
Ana:
mierda, mierda. Antes ha venido él. Dios.
Entramos
al comedor y ahí ve Blas mi maleta, ya que yo estaba dispuesta a irme de
Madrid.
Blas:
¿Qué?
Ana: es lo
mejor.
Blas: no
mi niña. No lo es.
Ana: os
puedo poner en peligro a todos.
Blas: no
cariño, sólo tenemos que llamar a la policía y
Ana: NO,
no Blas, no.
Blas: ¿Por
qué?
Ana: es
una banda organizada.
Blas: -me
mira- no te vas a ir. No.
Ana: -me
hecho a llorar, no puedo más. Me siento en el sofá-.
Blas: -se
sienta a mi lado- Ana… no, no llores. No va a pasar nada.
Ana: no
sabes de lo que es capaz.
Blas:
tenemos que llamar a la policía ¿Vale?
Ana: pero
Blas esque no se puede.
Blas: sí
se puede, y ellos no se van a enterar y menos tu exnovio. No. Y que sepas que
no permitiría por nada en esta vida que te hiciesen daño. Nunca –me dice
mirándome a los ojos-.
Ana: Blas…
Suena en
la tele que están a punto de dar las campanadas.
Blas: ¿si?
Ana: te
quiero. Te quiero demasiado. Te quiero de la forma en la que quieres que te
quiera, y no poco. Sabes que… que siento cosas por ti y no son pequeñas que
digamos y aun sin entender porque te estoy diciendo esto, te quiero. No sé como
en poco tiempo he llegado a sentir esto y… todo me supera ¿sabes?
Blas:
-hace que ignora las palabras que le acabas de decir, que le quieres, y se
centra en lo que todo te supera- ¿Qué es lo que te supera? –me pone una mano en
la rodilla mientras me mira-.
Ana: todo.
Todo lo que siento por ti, lo del capullo que me quiere matar. Saber que me voy
a ir de aquí de aquí 4 días y no te voy a volver a ver hasta quien sabe cuando
–en realidad lo que mas te importa es alejarte de él, la distancia-.
Blas: todo
esto de vernos esta en tus manos, Ana. Yo ya te dije que estoy dispuesto a
saltar la distancia y que no sea un obstáculo. Me da igual tener que hablar
contigo cada día por teléfono si sé que te voy a ver en 3 semanas, a ver no me
da igual pero ¿me entiendes?
Ana:
-asiento con la cabeza- sí.
Blas: todo
esta en tus manos, la respuesta, es tuya. Sabes lo que siento y yo ya no sé que
hacer para demostrarte más.
Ana: ya te
dije que no eras tú. Eran mis inseguridades.
Blas: -se
va acerando poco a poco a mí- ¿Y porque no las dejas a un lado? Tus
inseguridades son el pasado.
Empiezan a
sonar las campanadas.
Ana: las
campanadas.
Blas:
-ton- te –se acerca mas a mi a medida que suena cada campanada- -ton- quiero
–ton- y –ton- aunque –ton- tenga –ton- que –ton- estar –ton- a –ton- 620km
–ton- el –ton- primer –ton beso del año quiero que sea para ti
Ana: -lo
tengo a centímetros de la boca, noto su respiración chocando en mi cara, sus
ojos tan cerca de mi, sus labios tan cerca de los míos, ya es un año nuevo ¿Por
qué no lanzarse al vacio? Mi cuerpo me pide a gritos que me de ese beso, así
que me limito a sonreír, sin apartarme, dándole paso a que me de el beso-.
Blas:
-sonríe y junta sus labios con los míos. Me besa-.
Me esta
besando. Blas me está besando y yo a él. ¿Por qué la vida es tan injusta? Él aquí,
yo allí. Pero ahora mismo todo me da igual, él me esta besando. Suena como
festejan el año nuevo en la tele y en la calle, petardos, pitos, alegría como
la que siento yo ahora de poderle tener aquí.
Nos separamos.
Ana:
-sonrío-.
Blas: -me
sonríe- te quiero, no lo olvides.
Ana: -subo
los pies al sofá y lo abrazo- y yo.
Blas: -me
abraza-.
Ana:
-apoyo mi cabeza en su pecho, escucho su corazón. Dios le va rápido- cálmate
Blas: -se
ríe-.
Ana: oye,
pues besas bien, eh –intento no reírme-.
Blas: ¿Cómo
que beso bien? ¬¬
Ana: yo pensaba
que besarías peor.
Blas: oye
bonita ¬¬
Ana: -me
río- es bromis.
Blas: -me
da un beso en la cabeza-
Narra Blas.
Aquí estoy
, con ella. ¿Por qué la quiero de esta forma? Sé que voy a sufrir lo sé, pero…
saber que ella va a estar conmigo cogiéndome la mano a pesar de esos 620 km… me
da igual. No tengo dinero para ir a verla cada semana pero recaudaré todo lo
que me haga falta para poder verla. Yo, al igual que ella tampoco entiendo
porque me ha venido esto tan fuerte, pero dicen que el amor llega y cuando toca
tu puerta no es poco a poco, si no a lo bestia. Y… me estoy dando cuenta.
Narra Ana.
Tocan el
timbre. Muchas veces seguidas. Se me para el corazón y miro a Blas con los ojos
como platos.
Blas:
tranquila. Voy a abrir yo y ya está.
Ana: no,
no, no.
Blas: que
no pasa nada –sonríe-.
Me da un
beso y se levanta del sofá. Va hacia la puerta, pero yo voy detrás. Mira por la
mirilla y abre sin problema.
X:
tíaaaaaa –se me tira a los brazos- que han detenido a Cristian y lo van a
llevar a la cárcel joder tia duvhruiefvh.
Ana:
Marta, Marta –la separo de mi- ¿Qué?
Marta: a
ver, pff que euforia.
Ana: ven
vamos a sentarnos.
Entra David
que también estaba ahí y vamos al sofá y Marta se calma.
Marta: a
ver, Cristian, íbamos por la calle y me ha venido con una navaja.
Ana: ¿y
vienes así de contenta? Venga, sí, me ha venido un psicópata con una navaja,
que guay.
Marta:
espera, espera. Que había un policía vestido normal pero policía al lado
nuestro, porque iba con David. Y el policía le ha ido a quitar la navaja y eso,
y le a pegado un navajazo y de repente han salido policías hasta de debajo de
las piedras y se lo han llevado detenido.
Ana:
Marta, casi te matan.
Marta:
Ana, se va a pudrir en la cárcel.
Ana: ¿hay
juicio?
Marta: sí,
pasado mañana, increíble pero cierto. Porque al herir a un policía va todo mas rápido
y más tiempo de cárcel.
Ana: ¿lo
van a meter en la cárcel?
Marta: que
sí! –sonríe-.
Ana: -no sabía
si reírme, llorar, saltar…- que se joda. Por joderme la vida, hijo de puta.
Blas: -me
abraza- ves, todo en su sitio.
Ana: -le
correspondo el abrazo-.
Marta:
pero… tienes que venir al juicio conmigo, porque con lo que te hizo y la
denuncia que tu pusiste y sabiendo que te perseguía y todo, son mas años.
Ana:
-suspiro- vale, claro. Iré.
Marta: -me
abraza- ya está todo hecho. Se pudrirá ahí cariño.
Ana:
-asiento con la cabeza-.
David:
Ana, hija mía, tú valías mucho más que ese chaval. Que feo.
Ana: -me
río- ha venido antes. Pero no le he abierto y al irse se a cruzado con Blas.
Marta:
-mira a Blas- gracias por venir –se lo dice moviendo los labios-.
Blas: -le
sonríe y niega con la cabeza como diciéndole “no hay de que”-.
David: -ve
las uvas ahí encima de la mesa- ¿No os habéis comido las uvas?
Blas: -me
mira y se ríe-.
Ana: -lo
miro- no –me río-.
David:
alaaa, vais a tener mala suerte.
Blas: nah
si cuando tienes a la buena suerte cogiéndote la mano –refriéndose a mi-.
Marta: si
Dani estuviese aquí diría “aquí hay tema, pero vamoooooos”.
Todos nos reímos.
Marta: ¿nos
vamos de fiesta?
Ana:
¡Vale!
Si… tengo
ganas de salir, Cristian lo tiene la policía y la banda organizada no lo sabe. Estoy
bien con Blas, y me quiero divertir.
David:
¿si?
Ana: sí. Voy
a tomarme la pastilla y nos vamos.
Blas: ¿Qué
pastilla?
Ana: el
primer día os dije me me estaba medicando por un tratamiendo te depresión –mentira,
no es depresión-.
Blas: ¿Ah,
sí?
David:
anda que no hacerle caso…
Ana: -me
río- sí. Bueno no sé si dije que era para la depresión.
Blas: yo
creo que no. Dijiste que te medicabas y ya.
Ana: bueno
pues eso. Llamar a Carlos y Álvaro y a Dani que se vengan. ¿o ya están de
fiesta?
David: nos
están esperando en la discoteca ya –sonríe-.
Ana: dios,
no tardo nada.
Me voy a
la habitación. Me había duchado antes y me arreglo el pelo, gracias a quien sea
porque me a quedado como si hubiese salido de la peluquria y me he pienado en
10 minutos. Me pongo unos pantalones y una camisa así de vestir, me maquillo un
poco y me tomo la pastilla. La pastilla que me tomo hace un año y hasta cuando…
hasta que mi cuerpo diga basta y ya me tenga que someter a lo que tanto temor
tengo.
Cojo el
bolso y salgo de la habitación.
Ana:
¿Vamos?
David: que
rápida.
Ana: -me
río-.
Marta:
vamos.
Se levantan
y vamos a salir por la puerta, Blas se acerca a mi.
Blas: vas
preciosa –me dice bajito a la oreja-.
Ana: -lo
miro y le sonrío-.
Blas: -me
da un beso-.
Ana: te
quiero.
Marta:
¡ANAAAAAAAAAAA! ¡VAAAAA!
Vamos caminando
hasta la discoteca que pilla lejitos de casa, pero bueno. Y cuando entramos
buscamos a los chicos. Bls y yo los saludamos ya que él no los había visto
antes tampoco.
Carlos:
holiiiiiiiiis mi niña –me abraza-.
Ana: holis
–le abrazo-.
Carlos:
¿Vamos a bailar? –sonríe-.
Ana: vamos
–sonríe-.
Pasamos por
al lado de Blas.
Carlos:
-le dice al oído a Blas- tranquilo, que no te la quito, eh.
Blas: -se
ríe negando con la cabeza-.
Después de
un rato estamos todos bailando de buen rollo en la pista y se acercan unas
chavalas, y se Blas mira a una en plan “¿Qué coño estáis haciendo?” y la
chavala se le acerca y le rodea el cuello con la manos.
Aquí lo tenéiiiiiiiiiiiiiiiis :D dije lunes pero me he puesto a escribirlo cuando he llegado y aquí lo tenéis!:D Decirme que tal por Twitter y esas cosis c: un beeeeesote enorme a todas las que leéis mi novela y manifestaros!!! JAAJAJ♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario