Después de
un rato estamos todos bailando de buen rollo en la pista y se acercan unas
chavalas, y se Blas mira a una en plan “¿Qué coño estáis haciendo?” y la
chavala se le acerca y le rodea el cuello con la manos.
Ana: -la
miro con cara de asesina, vaya que como no le quite las manos YA, nos van a
tener que sacar de la discoteca del pollo que monto. Sí, soy así de celosa-.
Blas: pero
¿Qué haces? –la aparta de él riéndose- que pena.
Dani: Blas
ligando. No puede estar pasando.
Álvaro y
Carlos me miran y me ven con la cara de asesinato.
Carlos:
que loquis ¿eh, Ana?
Ana: sí.
La chica
se va y Blas me mira.
Blas: -me
sonríe y me dice moviendo los labios- sólo tú –y se encoge de hombres como el
sabe-.
Ahora
mismo me tiraba encima suyo a darle un abrazo. Pero están los chicos y mi prima
y no tengo gana e escuchar y explicar. A parte Blas y yo no somos nada así que
me limito a sonreírle.
Estábamos
bailando y pasándolo bien y de repente, así ponen la canción de “No necesito
más” de Cali & el Dandee. Yo me quede muy “¿En serio? Es una discoteca”.
Álvaro:
-se acerca a mi- tu cara de desconcierto el más.
Ana: es
wtf?
Álvaro:
alguien la habrá pedido.
Ana: vaya
ganas de joderse la noche ¿no?
Álvaro:
sí… jajaja ¿Cómo te va con Blas?
Ana: -lo
miro y es inevitable que se me escape una sonrisa-.
Álvaro:
¿Eeeeeh? ¿Va bien? –sonríe-.
Ana: sí
–sonrío-.
Álvaro:
¿Quieres que vayamos a sentarnos?
Ana: sí
mejor, no escucho nada.
Os vais a
sentar.
Álvaro: ¿Y
la distancia?
Ana: -bajo
la mirada-.
Álvaro:
sigue ese problema ahí ¿no?
Ana: sí…
ya ni la tenia en mente.
Álvaro:
ay, lo siento si te he hecho que te acordaras…
Ana: no,
si tranquilo. La realidad es esta que hay distancia.
Álvaro:
saltala Ana, él lo esta haciendo.
Ana: pero
yo no puedo.
Álvaro:
¿Por qué?
Llega
Blas.
Blas: que
ya no necesito más, si de tu mano puedo caminar –te mira- es pegadiza.
Ana:
-sonrío como puedo, ya había vuelto a la realidad. Álvaro me había devuelto a
la realidad con solo 3 palabras-.
Blas:
¿Todo bien? –se sienta a mi lado y me pone una mano en la rodilla-.
Ana: sí.
Blas:
-levanta una ceja-.
Álvaro:
-se da cuenta de que sobra un poco- bueno yo me voy al baño –se levanta y se
va-.
Blas: ¿Qué
pasa?
Ana: nada
–sonrío-.
Blas: -me
abraza-.
Ana: -no
entiendo este abrazo repentino, pero lo abrazo-.
Blas:
siento muchas cosas por ti, demasiado fuertes. Pienso que en 4 días te vas a ir
y todo puede conmigo. Absolutamente todo, si vienen y mi soplan, me caigo. Te
necesito y aun no lo entiendo porque en tan poco tiempo siento esto. Pero te
vas a ir, te vas a ir –me abraza mas fuerte-.
Ana: -a mi
me entran ganas de llorar, pero él me ha animado antes, toca animarlo como sea-
pero Blas, ahora estoy aquí –le separo- ¿me ves? Estoy aquí –le acaricio la
cara-.
Blas: -me
coge la mano con la que le acaricio la cara-.
Ana: -le
doy un beso- te quiero. Y sigo aquí, no lo olvides –sonrío-.
Blas: yo
también te quiero mi Ana, mucho.
Ana:
¿Bailamos?
Blas: no bailo
bien…
Ana: ni yo
–sonrío levantándome y levantándolo a él-.
Nos
ponemos a bailar, y así nos tiramos horas, pasándolo bien.
Al día
siguiente, en casa de Blas esta Álvaro. Es por la tarde y están viendo la tele.
Álvaro:
-como no le decía nada sobre ti, decide decírselo él- ¿Y con Ana?
Blas:
-sonríe- bien... muy bien.
Álvaro: de
algo me he enterado yo ya, eh.
Blas:
-ríe- no sé donde me estoy metiendo, sólo sé que le quiero.
Álvaro:
¿Cómo, cómo?
Blas: pues
eso tío, se va en 3 días… y le quiero, le quiero mucho… y yo fui quien dio pie
para estar con ella pero…
Álvaro:
¿Ahora no quieres?
Blas: sí,
claro que quiero. Pero no sé, estoy alegre por una parte, porque el otro día
por ejemplo, el día de noche vieja la bese sabes pero esque se va a ir y no
estoy pensando en eso, estoy actuando como mi corazón dice.
Álvaro:
¿La besaste? –sonríe-.
Blas: sí
–ríe-.
Álvaro:
pues hacer lo que tu corazón dice es lo que tienes que hacer pero con cabeza,
ya lo sabes.
Blas: no lo estoy haciendo con cabeza.
Álvaro: ¿Qué
quieres decir?
Blas:
ahora lo veo todo bien, pero ella tiene razón, la distancia y toda la mierda
nos va a venir en nada.
Álvaro: a
ver tío, aclárate. O saltas la distancia o no la saltas. En medio no te quedes
que te caes.
Blas: la
voy a saltar, claro que la voy a saltar. Pero es difícil, joder.
Álvaro: si
ya lo sé, pero intento que no sufras.
Blas: que
buen amigo ¿no? –se ríe-.
Álvaro:
demasiado tss-
Se quedan ahí
hablando.
(…)
Estoy en
la puerta del juzgado, los chicos están aquí también. Y yo estoy que me tiembla
todo.
Blas: Ana,
tranquila –me abraza-.
Ana: -lo
abrazo- le voy a tener delante, otra vez –le digo susurrando-.
Blas: se
va a pudrir en la cárcel ¿Vale?
Ana:
-suspiro-.
Blas: -se
separa y me besa-.
Dani: aquí
hay tema, pero vamos.
Mierda.
Mierda. Mierda. Estoy yo como para explicar esto ahora mismo.
Carlos:
Ana creo que tu y yo tenemos una conversación pendiente ¿No?
Ana: ahora
no. Después de que yo declare toda la conversación que tu quieras.
Marta:
Ana, que fuerte.
Dani: Blas
con novia y guapa ¿Quién entiende al mundo?
Álvaro:
Dani que cabrón.
Blas: -se
reía-.
Marta:
estoy en shock, no sé si voy a poder declarar –dice bromeando-.
Ana: anda,
Blas me a dado un beso, ¡Andaaaaa! Corramos en círculos que nunca hemos visto a
nadie besarse.
Blas:
jajajajajaja
Marta: que
fuerte.
Carlos: yo
estoy mudo.
Ana: a
callarse que estoy muy nerviosa eh ya. Hostia –digo bromeando-.
Carlos:
que nos comeeee. –se hecha los brazo por la cabeza-.
Ana: -me
río- jajajaja que estas loquis.
Carlos: un
poquito.
Llega el
momento de entrar, de sentarse. Y yo estoy muy nerviosa, recuerdo todo lo que
he pasado por culpa de este tío y que ahora pague, o posiblemente vaya a pagar
por todo eso me alegra muchísimo la verdad. Miro a los chicos uno a uno, a mi
prima, a los policías, trago saliva y miro a la puerta que se abre, y entra él.
Marta:
hijo de puta, cabrón.
Juez:
porfavor silencio o sale de la sala y se le quita el derecho de declarar.
Cristian pasa
por mi lado, lo miro, no le voy a dar el gusto de que me vea mirando al suelo. Tengo
miedo, él me mira y se para, se me queda mirando y yo no le aparto la mirada. “soy
más fuerte que tu” susurro. Cristian se forcejea de los policías ero yo me
mantengo de pie, mirándole. Y él sigue su paso y se sienta, esta cerca de mi. Yo
miro a Blas él me sonríe. ¿Qué habrá pensando al verme junto a Cristian? Seguramente
nada. Me siento en la silla.
Empiezan a
tomar declaración a Cristian. Ahora habla mi prima y no para de insultarlo. La van
a echar de la sala al final. Es mi turno de hablar, es el turno de que todos se
enteren de lo que pase con Cristian. Ahora es mi turno.
Juez: Ana,
proceda a explicar todo y absolutamente todo lo que usted vivió con Cristian.
Ana: -miro
a Blas, él me sonríe, miro a mi prima y ella me mira con cara de “Ana va, suéltalo
todo y que les den” lo que ella no sabes es que no sabe nada en realidad- bueno
conocí a este chico a través de unos amigos en común que teníamos, con el
tiempo empecé a salir con él. Era una humillación constante, me ponía pegas a
todo, me gritaba delante de la gente. Llego el momento en el que me pegó, yo no
sabía que hacer, estaba amenazada de muerte y tenia 16 años y el 20, señor
juez, no era capaz de decírselo a nadie. Después de esos meses pegándome y teniéndome
amenazada, yo un día decidí que ya bastaba, y se lo dije de la mejor forma que
supe, él seguidamente me empezó a pegar una paliza –se me empiezan a saltar las
lagrimas- matando al bebé que estaba esperando. Pero lo dejé y sus palabras
fueron “ha muerto tu puto hijo, y tu vas a morir antes de que acabe este año
vas a estar bajo tierra”. Después me mude de barrio y nunca más supe algo de él
hasta el día que nos pidió la calle a mi y a mi prima.
Blas:
-tiene los puños cerrados, incluso los ojos, le corre rabia por todo el cuerpo,
quiere matar a ese cabrón, pero Álvaro lo controla-.
Juez: ¿Y
no volvió a saber nada más de él? ¿Ni por terceras personas?
Ana: no,
nada.
Juez: y el
bebé que esperaban… ¿No se hizo ninguna ecografía?
Ana: no.
Juez: ¿De cuánto
estaba?
Ana: de 7
meses.
Juez:
¿Entonces?
Ana: no me
dejaba ir al médico. No me dejaba apenas salir de casa.
Juez: ¿Y
no tenia gente con la que hablar?
Ana: a
parte de que todas mis amistades se fueron a su lado, no sé porque, mis padres están
muertos y mi familia no la tenía donde estaba viviendo. Y también me tenía
amenaza por esa banda.
De repente
Blas se levanta y sale de la sala. Yo miro hacia la puerta, ni si quiera me
mira, y miro a Álvaro quien me dice únicamente moviendo los labios “tranquila”.
Vuelvo a mirar al juez.
Juez: y
señorita Ana, una última pregunta.
Ana: -lo
miro atenta.,
Juez:
¿Llego a pegarte como para estar ingresada en el hospital por alguna lesión grave?
Ana:
-cierro los ojos y los abro- sí.
Marta:
¡HIJO DE PUTA!
Juez:
señorita Marta ¡Por favor!
Marta:
¿¡PERO USTED VE NORMAL QUE ESTE CABRÓN ESTE VIVITO Y COLEANDO!?
Ana: Marta
porfavor.
Juez:
Marta, la voy a tener que echar de la sala. Por favor.
Marta:
-intenta recuperar la compostura-.
Juez: me
retiro a deliberar. En unos minutos les digo.
El juez se
va. Yo pregunto si puedo ir al lavabo y me dicen que sí, así que voy al baño y
me tiro agua por el cuello y me miro al espejo. No me creo que haya podido
decir todo esto delante de los chicos. Pero Blas… ¿Dónde estás Blas? Salgo a
buscarlo porque tengo 10 minutos antes de que tenga que volver a la sala.
Salgo del
baño e incluso del juzgado y le doy la vuelta a los juzgados. Cojo el móvil y
le envío un whatsapp.
Ana: ¿Dónde
estas Blas? Te necesito en la sala porfavor, te necesito allí conmigo. Ven
porfavor.
“En línea” pero no contesta. Y mis 10
minutos se están acabando. Sigue en línea pero no contesta. Él sabe que
necesito un abrazo suyo ahora mismo, lo sabe. Sabe que necesito fuerza pero no
contesta.
Entro en
la sala de nuevo, y voy a mi sitio. Viene Carlos.
Carlos:
-hablando bajito- Ana ¿todo bien?
Ana: -hablando
bajito también- creo que sí.
Carlos: lo
estas haciendo muy bien.
Ana: ¿Y
Blas?
Carlos: no
lo sé.
Viene mi
abogado y Carlos se tiene que ir, me quedo hablando 2 minutos con mi abogado
cuando entra el juez y todos nos ponemos en pie. Estoy mareada, no sé porque,
necesito ver a Blas, necesito que por la boca del juez salga “estas condenado a
x años de cárcel” todo me da vueltas.
Juez: a
sido un caso difícil
Ana: -miro
si esta Blas, no está-.
Juez: pero
he llegado a la conclusión y Cristian estas
Ana:
-vuelvo a mirar a la puerta no se abre, miro al sitio de Blas y ahí está, me
sonríe, suspiro-.
Juez:
condenado a 30 años de cárcel. –y empieza a decir todos los delitos que a
cometido-.
Ana: -me
siento suspirando en la silla, menos mal joder-.
Cuando se
llevan a Cristian pasa por en frente mío, y me vuelve a mirar y lo vuelvo a
mirar.
Cristian:
-susurrando- te voy a matar, tarde o temprano, Ana.
Ana: -con
mas miedo que nunca- púdrete en la cárcel.
Y se
llevan a Cristian, y no lo voy a ver más.
Me siento,
me tiemblan mucho las piernas………….
Aquí tenéis!!!!!! Un capítulo lleno de revelaciones c: espero que os guste y me comentéis que tal por Twitter o dejando comentarios aquí abajo o a la derecha tenéis opción de chat, pero debéis saber que si me decís opiniones mis ganas de escribir son más porque sé de alguna forma que os gusta!! O si tenéis alguna queja, adelante eh!;D Beeeeesotes enormes a todas las que me leéis♥
Sube el siguiente q no puedo más jajajjajajaj PERFECTO cómo siempre!!
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