lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 20

Blas: -me abraza por la espalda- ¿Qué piensas?
Ana: nada –me giro- ¿Qué pasa con Álvaro y Miriam?
Blas: ah… -me suelta- me dijo Álvaro que sí sentía cosas por Miriam pero que no sabe que hacer porque al ver que yo lo pase tan mal… no sabe que hacer.
Ana: de eso quiero hablar yo.
Blas: ¿De qué?
Ana: de cómo lo pasaste, cuando… ya sabes, paso todo.
Blas: ¿Cuándo tú estabas en Barcelona?
Ana: sí…
Blas: -se ríe irónicamente y se va a sentar a la cama-.
Ana: -me siento a su lado-.
Blas: -clava su vista en algo, pero sé que esta recordando todos los momento que vivió- cuando te fui a decir aquello a la estación, me deje llevar por lo que pensaba, que lo pasarías mal porque a mi el echo de decir “no voy a estar con ella” me mataba y no quería que tu estuvieses igual. Y decidí, aquella misma noche, en ir a decirte aquello a la estación. Y me arrepentí en cuanto escuche que tu tren ya había salido para Barcelona y yo te dejaba escapar como un cobarde pero lo hacía por ti.
Ana: ¿Y en Madrid? ¿Cómo lo pasaste?
Blas: -suspira- creo que no he pasado momentos peores. Tú no estabas conmigo pero estabas constantemente en mi mente, Álvaro me obligó incluso a ir a un psicólogo, pero no fui. No comía, no dormía… no paraba de pensar en lo que hice, en como estarías tú. A veces hablaba con Carlos para saber como estabas, pero claro, que me iba a decir Carlos viéndome así… siempre me decía que estabas bien y que no me preocupara. Hasta que al final los chicos me juntaron y hablaron conmigo. Y por obligación de ellos empecé a volver a lo que era mi vida de antes, pero no lo logré… y luego vino la muerte de mi abuela… -se le llenan los ojos de lagrimas- eso ya me dejó tocado del todo, me hundió más. Tenía una presión en el pecho que era difícil de aguantar.  Y lo único que pedía cada noche era abrazarte, que estuvieses conmigo, que todo estuviese bien. No me dejaré de arrepentir jamás de lo que hice –le cae una lagrima-.
Ana: Blas… -le abrazo, no sé que decirle ¿Qué yo lo pase igual? ¿Para qué? ¿Para que se eche más culpa? No-.
Blas: -me corresponde el abrazo- pero ahora todo está bien. Tú estás conmigo.
Ana: y para siempre.
Blas: -me abraza más fuerte- te quiero.
Ana: yo a ti más.
Blas: ¿Cómo lo pasaste tú?
Ana: ¿De verdad lo quieres saber?
Blas: -se queda un rato callado y al fin contesta- sí.
Ana: -me separo y no sé porque le miro la camiseta, por no mirarle a la cara supongo- mira… yo… no entendía nada y me costó asimilarlo unos días. No comía, no lloraba… Miriam me llevó al medico y  este dijo que como no empezará a meter alimentos en mi cuerpo mi iban a ingresar, y que tenía que dormir… ya sabes lo típico. Hablar con Carlos creo que es lo único que me alegraba un poco… llegó Erik. Y él hizo que me “olvidara” un poquito de todo, pero se quedo en poquito, yo sabía que no sentía por Erik lo mismo que siento por ti, pero seguí con él aun sabiendo que no lo estaba haciendo bien, porque el supuestamente me quería. Cuando llegó el momento de irme a Madrid, no me dio ninguna pena, al revés. Estaba alegre. Al fin y al cabo tengo todo lo que amo aquí. Aunque bueno, allí están mis abuelos. Pero… sabía que te iba a ver.
Blas: ¿Querías verme?
Ana: sí. Era lo que más quería.
Blas: ¿Por qué? Después de lo que hice…
Ana: porque… tú eras la persona que me hacía seguir adelante.
Blas: -pone cara de no entender-.
Ana: ni Miriam, ni Erik en su entonces, ni nada hacia que yo tuviese razones para estar aquí, pero pensaba en ti y a pesar de lo que me hiciste yo te seguía queriendo… ya sabes el amor no tiene reglas.
Blas: -me abraza- perdóname… perdóname por lo que hice, mi niña –me da un beso en la cabeza-.
Ana: estas perdonado desde hace tiempo.

Después de esta conversación he averiguado que quiero más a Blas de lo que pensaba. Carlos tenía razón, maldito loquis.

*narra Blas*

Después de hablar con Ana, de todo lo que pasamos por mi culpa, me he dado cuenta que la quiero como a nada ni nadie en este mundo. La amo y nada lo va a cambiar. Lo ha pasado tan mal, y yo hice que lo pasara tan mal… pero no más sufrimiento para ella. No más, no se lo merece.

Bajamos abajo y están David, Dani y Marta preparados para irse a bañar a la playa.

Blas: ¿Ya?
David: ¡Claro!
Dani: si te parece esperamos a que se haga de noche, que no veamos donde pisamos.
Blas: ay Dani hijo, calla.
Carlos: bueno yo me voy a poner el bañador.
Miriam: y yo.
Álvaro: y yo.
Blas: pues yo también.
Ana: -se ríe y no dice nada, ay Ana… no seas así-.
Carlos: ¿Tú no loquis?
Ana: sí, sí. –responde con poco ánimo-.

Subimos arriba, yo me pongo el bañador mientras Ana va al baño. Sale y se sienta en la cama.

Ana: yo voy a dormir un rato ¿Vale?
Blas: -ni de coña, y menos por lo que es- ¿Qué? Vente con nosotros, Ana va, vamos a pasarlo bien.
Ana: no, no. Tengo sueño.
Blas: levántate.
Ana: ¿Para que?
Blas: ven. –le cojo la mano y hago que se levante, y la pongo frente al espejo y yo detrás-.
Ana: ¿Por qué me conoces tan bien?
Blas: ¿Qué pasa? ¿Qué ves?
Ana: doy asco.
Blas: Ana ¿Eres tonta?
Ana: no.
Blas: -nunca me ha explicado porque este odio a sí misma- no das asco, Ana joder, no estas gorda. ¿No te ves?
Ana: Blas, deja de decirme esto, no voy a ir y punto.
Blas: Ana, escúchame. ¿Por qué tanto odio? ¿Tanto asco?
Ana: él me inculco esto.
Blas: -sé que se refiere al hijo de puta de Cristian- pero tú sabes que no es así.
Ana: y si no es así ¿Por qué lo decía?
Blas: porque es un gilipollas, Ana. Venga ya, no estas tan mal como piensas. De verdad amor.
Ana: …
Blas: -no dice nada, no sé que decirle, la miro a los ojos y me esta mirando- cielo, valórate. Yo te digo todo de verdad.
Ana: -me mira otra vez- bueno, vale.
Blas: -sonrío y le doy un beso en la mejilla- yo sólo quiero que superes tus complejos y seas lo más feliz posible, mi niña.
Ana: -se gira y me abraza- te amo.
Blas: yo más. Yo más…

Después ella se va al baño a cambiar, entiendo que aunque ya la haya visto en más de una ocasión desnuda le de un poco de vergüenza. El hijo de puta de Cristian la hizo creer en cosas que no eran verdad.

*Narra Ana*

Me pongo frente al espejo del baño y me miro. No quiero ponerme esto pero tengo que superar la vergüenza idiota esta que tengo. Me miro las marcas que me dejo Cristian… hijo de puta. Incluso tengo una quemaduras al lado del ombligo, de cuando me quedé embarazada, el hijo de puta apagaba los cigarros en mi barriga.
Paro de recordar esos momentos del pasado, porque en el pasado se han quedado. Salgo del baño y Blas esta mirando su móvil.

Blas: -deja el móvil- ¿Vamos? –sonríe-.
Ana: vamos.

Bajamos y ya se habían ido todos a la playa así que vamos nosotros dos. Cuando llegamos Carlos esta en la orilla, David Dani y Marta en el agua y Álvaro y Miriam se están yendo por ahí andando. Dejamos las cosas y vamos para la orilla con Carlos.
Yo sigo muerta de vergüenza y me tapo como puedo, la verdad.

Blas: ¿Qué pasa Carlos?
Carlos: que esta fría tío –nos mira y me mira, se queda alucinado por las marcas pero no dice nada-.
Nos toca el agua los pies.
Ana: ¿Qué dices? Que va.
Blas: Carlos… con el calor que hace.
Ana: -le tiro agua con el pie-.
Carlos: ¡ANAAAAAAAAAAAAAAA!
Ana: -me empiezo a descojonar-.
Carlos: -me tira agua- maldita loquis. ¡Maldita!
Blas: -se ríe- Carlos que nenaza tío.
Carlos: eh, menos. Respétame. Un respeto a los mayores.
Blas: pero si tenemos la misma edad.
Carlos: ¡No! Yo soy unos meses mayor que tú.
Blas: ¡Uy! Cuidado.
Ana: bueno yo me voy a meter, eh.
Blas: y yo.
Carlos: …
Ana: y tú Carlos también.
Carlos: tú estas loquis.
Ana: anda  loquis, tira y metete.

Al final nos acabamos metiendo aunque a Carlos le cuesta lo suyo. Cuando llego Dani y David me miran los hombros (porque lo demás esta debajo del agua) y se quedan flipando también pero tampoco dicen nada.
 Estábamos pasándolo bien pero yo no me acabo de sentir del todo bien, así que decido irme a la toalla.

Ana: yo me salgo ya.
Blas: ¿por? –me mira?
Ana: no sé, no tengo más ganas de estar aquí. Voy a tomar el Sol…
Carlos: ¡Ay! Ahora que yo estoy a gusto te vas –pone cara triste-.
Ana: jaja pero voy ahí, luego venís.
Blas: -me mira-.
Ana: -lo miro y dejo de mirarlo y me salgo-.

Maldito pasado, no esta pisado. Nada esta superado. Hijo de puta Cristian, hijo de puta. Me he puesto los pantalones cortos y estoy tirada en la toalla con la camiseta en la cara. Y siento que alguien me moja la barriga.

Ana: -aparto la camiseta de mi cara y es Blas- esta fría –sonrío-.
Blas: -sonríe y se sienta detrás de mi me pasa cada pierna alrededor de mi cuerpo y hace que me apoye contra él-.
Ana: -esta mojado, pero me da igual. Necesito estar con él-.
Blas: ¿Qué pasa amor?
Ana: nada, no tenia más ganas de estar allí.
Blas: claro… un tiburón le ha mordido a Carlos –insinuando que no se lo creía-.
Ana: -suelto una risita-.
Blas: -me da un beso en la mejilla- no tienes de que avergonzarte.
Ana: cuando he llegado todos me han mirado horrorizados por esto Blas –señalo mis señales-.
Blas: -pone una mano encima de una quemadura- no estaban horrorizados cariño. Están como yo cuando te vi por primera vez.
Ana: ¿Cómo?
Blas: les sabe mal que tengas todo esto porque te quieren y piensan que lo debiste pasar mal y nos les gusta.
Ana: -sigo mirando a nada, tengo la vista calvada en algo y a la vez en nada-.
Blas: y no estas gorda.
Ana: -se me llenan los ojos de lagrimas. He tenido un pasado tan oscuro, ,me ha afectado tanto todo que hay cosas que siguen superándome-.
Blas: llora si tienes que llorar. No es malo.
Ana: -niego con la cabeza y los ojos llenos de lagrimas- no vale la pena.
Blas: -suspira- no me gusta verte así.
Ana: -me encojo de hombros- no te preocupes.
Blas: -iba a decir algo pero llegan Álvaro y Miriam-.
Álvaro: ¿Qué hacéis pareja?
Blas: nada aquí, pasando el rato.
Ana: ¿De dónde venís?
Miriam: nos fuimos a dar una vuelta por ahí jaja.
Ana: -la miro y me río-.
Álvaro: hay unas cuevas super bonitas por allí.
Blas: ¿Ah sí?
Miriam: sí… vamos si queréis.

Nos levantamos y Blas me da la mano y caminamos con ellos hasta las cuevas. Era como una cueva dentro de una roca y las olas rompían debajo. Súper bonito y ya se estaba poniendo el Sol y se veía precioso.

Ana: ¡Ala que bonito!
Miriam: ¿A qué sí?
Blas: la verdad es que sí, es bonito.

Nos quedamos allí viendo la puesta de Sol y volvemos a recoger nuestras cosas de la playa y David y Dani seguían en el agua y Marta y Carlos ya estaban recogiendo para irse a la casa.

Llevamos dos días aquí en la casa  y se esta supera gusto, una lastima que en dos días tengamos que irnos. Con Blas va genial, creo que ni si quiera merezco esto. Estamos todos en el salón de la casa porque a fuera se había puesto a llover y nos ponemos a ver una película y suena mi móvil.

Ana: -me levanto y me aparto de los chicos, miro y es mi tía que vive en Barcelona- .

*conexión telefónica*

Ana: dime Montse –así se llama mi tía-.
Montse: Ana cielo… -le noto la voz temblorosa-.
Ana: ¿Qué pasa?
Montse: acaba de morir el abuelo.

Ana: ¿qué? –se me paraliza todo por completo, no sé donde estoy ahora mismo, mi abuelo. Pero si el estaba bien joder ¿Qué le ha pasado? Creo que las lagrimas empiezan a caer por mis mejillas- ………..



Perdón por tardar tanto amores! Espero que os guste y me lo comentéis como siempre! Un besote enormeeeeee♥

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capitulo 19

Me suena el móvil y es Carlos.

*conexión telefónica*

Ana: ¿Si?
Carlos: ¿Cómo que si? Eres una maldita y no me cuentas nada.
Ana: ¿De qué? Estas loquis.
Carlos: ¡Tú sí que estas loquis! Esque ya me estas contando lo que ha pasado con Blas –se ríe-.
Ana: nada –me río-.
Carlos: quedamos hoy,  vamos a cenar y me cuentas
Ana: vale ¿A qué hora?
Carlos: a las 20:00h acabo el ensayo, ¿A las 20:45h te paso a buscar? ¿O más tarde?
Ana: como quieras, lo que te vaya mejor.
Carlos: a las 21:00hrs mejor ¿Vale loquis?
Ana: vale jajaja
Carlos: bueno, te dejo… de algo me enteraré esta tarde, que lo sepas.
Ana: jajaja ya luego me dices que sabes y me ahorro partes.
Carlos: sí, sí. Un besazo mi niña!!
Ana: un besito, hasta la noche!

*fin conexión telefónica*

Nos quedamos un rato más ahí. ¿Cómo sabe Carlos esto? Si se supone que sólo lo sabia Álvaro. Pero bueno, me da igual, es Carlos.
Pasan las horas y nosotras nos hemos ido a dar una vuelta por ahí, pero ya estamos de vuelta en casa y yo ya me he arreglado para ir a cenar con Carlos.
Pican al telefonillo, lo cojo y es Carlos.

Ana: -al telefonillo- ya bajo.
Carlos: no tardes.
Ana: -cuelgo el telefonillo- nenis me voy.
Marta: vale amor.
Miriam: yo me voy en nada también, he quedado con Álvaro.
Ana: -la miro, Álvaro… aish, que pensará este muchacho- bueno, nos vemos luego.

Yo me voy para abajo y ahí esta Carlos. Me dice que soy una tardona, bueno una loquis tardona, él y su palabra loquis. Nos vamos a cenar a la Gran Vía, un restaurante Italiano creo, pero comemos pizza.

Carlos: ¿Bueno qué? ¿Qué pasa con Blas? –le pega un bocado a la pizza-.
Ana: ¿No te has enterado de nada?
Carlos: que va, no ha soltado nada.
Ana: ¿Por?
Carlos: decía que teníais que estar los dos, si eso.
Ana: seguro que Álvaro lo sabe.
Carlos: ¿¡Pero el qué!?
Ana: que ayer me pidió que hiciéramos lo nuestro formal…
Carlos: ¿Sí?
Ana: sí –le enseño el anillo- y me regalo esto.
Carlos: ay mi niña, que estas con Blasito.
Ana: sí –me río, vaya formas de hablar tiene-.
Carlos: no ha soltado palabra ¿Eh?
Ana: me lo imagino…
Carlos: no eliges mal, de verdad –sonríe- él cuando no estuviste aquí lo paso de mal… bueno yo también lo pase mal sabes pero yo hablaba contigo, pero a él… nunca lo había visto así, de verdad.
Ana: -me pongo un poco tristona, pobrecito joder. Como debió sentirse él… nunca le he preguntado-.
Carlos: él a veces me preguntaba indirectamente por ti.
Ana: ¿Cómo indirectamente?
Carlos: me decía “¿Y qué sabes de Barcelona?” refiriéndose a ti. Sólo quería saber si estabas bien. Yo siempre le decía que estabas bien, que no se preocupara. Había noches que me abría a las 3 de la madrugada por whatsapp, no podía dormir. O a veces incluso me llamaba, llorando.
Ana: ¿llorando? ¿y qué te decía?
Carlo: textualmente “¿Por qué lo hice Carlos? ¿Cómo esta?” siempre me decía lo mismo. Aunque el que más sabe del tema es Álvaro, yo sé muchas cosas porque era el único que hablaba contigo y el que sabia como estabas.
Ana: nunca he hablado con él de esto. Nunca hemos hablado seriamente de lo que pasamos los dos…
Carlos: yo creo que deberíais sentaros y hablarlo. Y descubrir que, seguramente, os queréis más de lo que os imagináis.
Ana: ¿Más? ¿Querer más a Blas? ¿Es posible?
Carlos: -se ríe- sí. Créeme que sí.
Ana: tengo que hablarlo, sí…
Carlos: -sonríe- ¿Quieres postre?
Ana: no, no tengo más hambre. Tío mira que pedazo de pizza.
Carlos: ¿Esto? Esto es poquísimo.
Ana: ¿Qué?
Carlos: sí jaja yo quiero un gofre.
Ana: ¿Un grofe ahora Carlos? Bueno yo también, va.
Carlos: -se ríe- es tentador. Chocolateeeee.
Ana: cuando seáis famosos anuncia por todos sitios que te gusta el chocolate y así tendrás chocolate gratis por parte de tus fans.
Carlos: -se pone serio- tengo que ser famoso ya.
Ana: -me empiezo a reír- jajajajajaja ay Carlos, tu cara.
Carlos: no en serio, tiene que ser la hostia ¿Te imaginas? 30 tabletas de chocolate.
Ana: jajaja sí, alguna fan bañada en chocolate “cómeme”.
Carlos: jajajajajajaja –se para de reír y se pone serio- ¿Y si lo envenenan? 
Ana: anda ya, si son tus fans te quieren tonto.
Carlos: cierto. Que loquis estoy jaja.
Ana: oye ¿Lo de la casa rural?
Carlos: ah sí, mira. Como yo suponía que tú ibas a dormir con Blas, soy así de listo, y Marta con David pues cogí una que tenia 6 habitaciones, esta en el sur justo al lado de una cala, es preciosa.
Ana: que listo eres, ay. ¿Cuánto por persona?
Carlos: 150€ si es caro se puede cambiar
Ana: ah no, a mi me parece bien teniendo lo que tiene. Enséñame fotos ¿no?
Carlos: ¡Ah, claro!

Carlos se pone a enseñarme fotos mientras nos comemos el gofre. ¿Cómo ha conseguido esto por 150€ “sólo”? maldito Carlos… lo que no consiga él.


(…)

Quedan 2 días para irnos a la casa rural y hemos quedado en casa de David para hacer la lista de la compra y eso. Con Blas todo va genial. Cuando llegamos subimos arriba y ahí estaban los chicos.  Los saludamos y nos ponemos a hacer la lista de la compra.

Carlos: ¡CHOCOLATE!  Álvaro como no pongas chocolate te corto la mano.
Álvaro: ¿Pero cuanto chocolate quieres tú?
Carlos: ¡Mucho!
Ana: jajajaja loquis del chocolate.
Carlos: jajajajaja que tonti.
Ana: como tú.
Carlos: -mira si Álvaro a apuntado chocolate en la lista- bien hecho hermano.
Álvaro: -lo mira- no sé si preocuparme por tu tontura o dejarlo correr.
Carlos: déjalo correr. Es la mejor opción.
Blas: apunta aceite, que como vamos a cocinar sin aceite.
Dani: y tomate.
Todos miramos a Dani.
Dani: ¿Qué? ¿Qué es un bocadillo sin tomate? Es como comer pan con pan. Comida de tontos.
David: tú comida.
Dani: eh, respeto.

Total que hacemos la lista y después vamos a comprar Carlos, Blas Álvaro y yo. Imaginaros la estampa. Carlos cogiendo cosas con chocolate a mansalva, Blas partiéndose el culo conmigo y Álvaro diciéndole cada dos por tres a Carlos “Pero Carlos, eso no tío”. Blas me abraza muchísimas veces durante la compra. Le amo.

(…)

Llega la hora de irnos para el sur. Ya tenemos los coches cargados y todo listo. Con Dani van David, Marta y Miriam. Con Álvaro vamos Carlos de copiloto y Blas y yo sentados atrás.
En el camino paramos varias veces, nos hemos perdido 2 veces y salido por salidas que no eran como 5 veces y cuando nos queda 1h para llegar (más o menos según Carlos) la policía para a Dani.

Álvaro: ¿En serio? Esto es una broma… -se para un poco más para adelante del coche de Dani y el de la guardia civil-.
Blas: yo me bajo, no aguanto más aquí. Que agobio. ¿bajas? –me mira-.
Ana: sí, sí. Porfavor.

Bajamos del coche y yo me estiro. Nada, viene Carlos y se pone a mi lado mirando a Dani.

Carlos: mira que es gilipollas –dice negando con la cabeza-.
Ana: ¡Ala! jaja es especial
Blas: es tonto –me abraza por la espalda-.
Álvaro: es idiota.
Ana: ala tío, que lastima.
Álvaro: estoy hasta el espermatozoide más escondido de conducir, eh.
Blas: ¿Conduzco yo?
Álvaro: sí tío, porfavor.
Ana: voy a ver que ha pasado.

Blas y yo nos acercamos a ver que ha pasado, yo me acerco a Miriam Marta y David que están apoyados en el coche.

Ana: ¿Qué pasa?
David: realmente nada. Sólo lo han parado.
Blas: ¿Así porque sí?
David: sí…
Ana: joder… que cansancio de coche.
Miriam: ¿Cómo va Álvaro?
Blas: harto ya, ahora me pongo yo.
David: Dani creo que va bien.

Viene Dani.

Dani: ale, seguimos chavales.
Blas: ¿Qué te han dicho?
Dani: nada, me han pedido los papeles y ya esta.
Blas: que toca huevos tío…
Ana: mira que llegan a ser inútiles.
Dani: vamos anda, que queda poco ¿no?
Blas: según Carlos sí. Pero según Carlos…
Ana: que sí, queda poco.

Volvemos al coche, Blas conduce ahora y Carlos se sienta conmigo atrás y Álvaro de copiloto. Yo me quedo dormida y me despierto por Carlos.

Carlos: ¡Loooooquis! Hemos llegado.
Ana: -despertandome poco a poco- Carlos, cuanto entusiasmo.
Blas: -se desabrocha el cinturón y se gira para mirare, me sonríe-.
Ana: - que sonrisa tan perfecta, que labios tan bien perfilados… Le sonrío-.
Álvaro: pues como ha gritado poco Carlos cantando…
Ana: ¿Ah sí?
Álvaro: sí hija sí.

Nos bajamos del coche. En la puerta de la casa esta la dueña, una mujer de mediana edad que nos explica toda la historia de su vida y yo creo que no me duermo por respeto, porque entre que Blas me esta acariciando la espalda y la vida de esta señora, vamos a ser sinceros, no me interesa… después de casi 30 minutos hablando con ella se va y nos dice que volverá en 4 días a por las llaves. Que cualquier cosa la llamemos. Nos dice donde hay hospitales cerca y como llegar al pueblo más cercano, que esta a unos 30km, no muy lejos.
Entramos a la casa. Pero… ¿Dónde estamos? ¿En Ibiza? Es una casa preciosa con unos ventanales enormes que ocupan toda la pared y se ve toda la cala, que es privada. Las paredes son blancas y los muebles negros. Somos pobres y parecemos ricos… la señora tuvo que bajar el precio de la casa muchísimo para poder alquilarla y fue cuando justo Carlos la encontró.

Álvaro: ¿Carlos esto sólo ha costado 150€?
Carlos: sí ¿A qué mola?
Ana: esta super chula!
Carlos: esque pofavor, estas hablando conmigo, eh. Carlos Perez Marco. Él mejor loquis y persona busca casas del mundo.
Ana: -lo miro- ya pasó, eh.
Blas: por una vez en la vida te felicito amigo –se ríe-.
Carlos: eh, menooooos.
Blas: sí, sí. ¿Miramos como dormimos y todo eso? Para ir dejando las maletas y eso…
David: sí, porque yo quiero ir YA a meterme a esa playa.
Dani: y yo.

Miramos las habitaciones que hay y Blas y yo nos quedamos la mejor. No ha sido fácil pero bueno, Marta y David nos la han “concedido”.

Empezamos a llevar las maletas a las habitaciones, y como están en la segunda planta Marta, Miriam y yo nos quedaos en plan ¿En serio?

Viene David.

David: -coge la maleta de Marta- ya os las subo yo, anda –se ríe-.
Aparece Blas.
Blas: -coge mi maleta- ya te la subo yo amor.
Ana: -sonrío, se lo agradezco- gracias.
Subo detrás de Blas, y cuando llegamos arriba y Blas va a bajar a por la maleta de Miriam nos damos cuenta que esta hablando con Álvaro.

Ana: para –cojo a Blas del brazo para que no baje-.
Blas: tengo que hablar contigo.
Ana: ¿Sobre qué?
Blas: sobre esos dos.
Ana: ¿Qué pasa?
Blas: ven, vamos para la habitación.

Blas y yo vamos a la habitación. Cuando entro me quedo en frente del ventanal mirando la línea interminable del mar. ¿Cómo llegué a ser tan infeliz y estas personas están consiguiendo que sea la más feliz del mundo? Son mi mejor regalo, todos.

Blas: -me abraza por la espalda- ¿Qué piensas?

Ana: …..


Holiiii! Espero que os guste el capítulo y que me lo comentéis por Twitter, Ask... Ya sabéis, lo de siempre jaja. Un besazooooooo enorme para los que me leéis!♥ 

martes, 17 de diciembre de 2013

Capitulo 18

Ana: -yo, boquiabierta por todo lo que ha dicho abro la cajita y veo un anillo, precioso con todas sus letras, dentro de la cajita. Tiene brillantitos y es de plata. Lo miro, me esta mirando con una de las mejores sonrisas que he visto jamás. Me esta pidiendo que sea su novia. Que hagamos esto una relación seria, aunque de seria tiene poca porque es todo muy surrealista, pero… ¿Qué coño? Yo le amo. Le amo más que a nada- Blas… claro que sí –le abrazo-.
Blas: -sonríe mientras me corresponde el abrazo- te amo, te amo, te amo muchísimo.
Ana: yo más, mucho más –le doy un beso en el cuello para no separarme de él, y me doy cuenta que nunca le había dado un beso en el cuello-.
Blas: ahí no… -se separa- ahí no Ana. –saca el anillo de la cajita y me lo pone- pensé que te quedaría pequeñito.
Ana: no… me queda bien –sonrío-.
Blas: -sonríe y me besa-.
Ana: -le sigo el beso y cada vez el calor por mi cuerpo sube más, le beso el cuello-.

Le beso el cuello y noto como él se aparta un poco, su punto débil. Yo le vuelvo a besar el cuello. Quiero esto… ¿no? Él ahora no hace nada y va subiendo las manos de mi cintura hacia arriba. Me mira a los ojos en todo momento y me besa. Le doy un mordisquito en el cuello y noto como suelta aire por su boca, suspirando. Dios. Él ya tiene las manos casi en mis pechos y me coge y me sienta encima suyo, joder Blas peso demasiado. Sigue besándome y yo a él. Me coge las manos y hace que le quite la camiseta y se la quito. Vale. Tengo a Blas delante de mi sin camiseta y yo ardo, me coge la manos y hace que toque su abdomen el pone las manos en mi camiseta para quitármela y no sabe si hacer y le digo susurrando “hazlo” y lo hace. Me quita la camiseta y para. Y se me queda mirando todas las marcas que tengo en el cuerpo por culpa del gilipollas de Cristian, son muchas.

Blas: Ana…
Ana: es pasado.
Blas: no… no puedo.
Ana: -lo miro-.
Blas: -me aparta de encima suyo y se va a la cocina-.
Pero que… ¿Qué cojones? Son marcas. Es pasado. Blas… yo me quedo sentada en el sofá, vendrá.

*Narra Blas*

Salgo de ahí. No sé por qué tengo los ojos de lagrimas. Voy a la cocina y apoyo mis dos manos en la encimera. No puedo ver eso en su cuerpo. Estaba tan bien con ella… estábamos acariciándonos, besándonos, sintiéndonos. Pero… cuando le he visto esas marcas no he podido evitarlo, se me ha parado todo, se me ha quedado la mente en blanco. Mi Ana, mi niña… que mal debió pasarlo. Y de repente entra ella. La miro de reojo. Sin la camiseta y… sus marcas a la luz de la cocina son más fuertes. No puedo con esto, no puedo.
Se acerca a mi y me coge del antebrazo.

*Narra Ana*

Voy a la cocina, esta de espaldas apoyado en la encimera con sus brazos. Le cojo el antebrazo  hago que se gire.

Ana: Blas, no es más que pasado.
Blas: es un mal pasado que me duele a mí.
Ana: ¿Por qué? Olvídalo cielo, olvida que tengo esto.
Blas: no puedo. Debiste pasarlo tan mal por culpa de ese gilipollas. No sabes la impotencia que tengo, no lo sabes bien.
Ana: -le cojo la cara con las dos manos, veo la rabia y la tristeza reflejada en sus ojos- Blas, escúchame. Esto es pasado. Lo pasé mal, antes. Ahora estoy feliz, contigo. Tú me cuidas, me quieres. Ahora estoy feliz. Estas marcas hay que olvidarlas ¿Vale?
Blas: -me abraza- lo siento… no quería parar pero…
Ana: -le beso el cuello- no hay porque parar.
Blas: -me coge y me lleva a su habitación. Una cama de matrimonio. Tiene su casa muy bien decorada, pero no estoy como para ponerme a mirar decoraciones ahora-.

Me deja en la cama con la mayor delicadeza y se tumba encima de mí. Nos acariciamos, nos besamos, el me quita el sostén, aunque le cuesta un poco lo consigue y me acaricia los pechos yo gimoteo un poco. Dios, la verdad es que tener a Blas delante de mí así, es … lo mejor. Entre caricias, besos, mordisquitos nos quitamos los pantalones, y la ropa interior. Y seguimos jugando con nuestros cuerpos. Cuando me quiero dar cuenta Blas esta encima de mí mirándome sin hacer nada.

Ana: ¿Qué pasa? –susurro-.
Blas: ¿estás segura? –susurra-.
Ana: más que nunca.
Blas: -sonríe- saca un preservativo y me lo da-.
Ana: -le pongo el preservativo el sonríe-.
Blas: -se tumba encima de mi, me sonríe y penetra, gime-.
Ana: -gimo, lo noto dentro de mí, a él. A mi Blas-.

Empieza lento y va aumentando a medida que pasan los segundos. Gemimos, sudamos, tenemos las mantas pegadas a nuestros cuerpos, hace mucho calor pero nada importa. A mí solo me importa él y yo sólo le importo yo. En un rato me pierdo en un cumulo de sensaciones rompiendo en un orgasmo y creo que ha sido el mejor que he tenido en la vida.

*Narra Blas*

Estoy a punto de llegar al clímax. Gracias a mi pequeña, a mi niña. Exploto en un millón de sensaciones distintas, nunca había sentido esto antes. Esto… esto es el amor de verdad. La miro y ella me sonríe. Mi Ana. La beso. La amo. Amo a Ana más que a nada. La he notado dentro de mí y ha sido una de las mejores sensaciones.

*Narra Ana*

Me  besa y yo le beso. Sale de dentro de mi con cuidado y va al baño a tirar el preservativo. Yo me pongo la ropa interior, sigue dándome vergüenza mi cuerpo. Después vuelve lleva unos bóxers puestos, no viene con el tema el aire. Y se tumba conmigo, me abraza.

Blas: ha sido…
Ana: lo mejor.
Blas: -se ríe y me da un beso en la cabeza- nunca había sentido esto haciendo esto.
Ana: ni yo… ha sido… ¿Especial? –lo tengo abrazado mientras le acaricio el pecho-.
Blas: -sonríe- muy especial. Supongo que… tú eres a quien más quiero, a quien más amo y estas cosas si se hacen con amor de verdad pasa esto.
Ana: -sonrío- eres lo mejor que me ha pasado nunca.
Blas: …pero te hice daño. –deja de acariciarme el pelo.
Ana: Blas –levanto la mirada- calla. No quiero que digas eso más ¿Vale? Tú también lo pasaste mal. Pasado, pasado es.
Blas: tampoco quiero que pienses que sólo te utilizo para eso y que como lo dejaste con Erik estoy aprovechando…
Ana: -noto en su tono de voz, en su mirada que se siente mal. ¿Por qué?- deja de echarte culpas, no tienes culpa ninguna. De verdad. Te lo he dicho mil veces y te lo diré mil veces más. No tienes culpa de nada.
Blas: -me aprieta fuerte contra el- te quiero, te quiero, te quiero.
Ana: -le doy un beso en el pecho- y yo a ti, cielo.

Blas me sigue acariciando el pelo y yo me duermo.
Al día siguiente me despierto, estoy de la misma manera que me quede ayer dormida y levanto la vista. Blas esta durmiendo. Me quedo mirándolo durante unos quince minutos, pensando todo lo feliz que me ha hecho cuando nadie lo conseguía, a pesar de lo que he pasado este tiempo desde Navidad, sé que él también lo ha pasado mal y que lo hizo por mí. Le quiero un mundo, dos, tres, cuatro… le quiero infinitos mundos.
¡Hostia! Mi prima, Miriam… ¿Y mi móvil? En el salón. No me quiero levantar, pero… deben estar preocupadas. Me levanto con mucho cuidado para no despertar a Blas, duerme como un ángel. Lo que es. Mi ángel. Busco mis pantalones me los pongo y voy al salón, ahí esta mi camiseta. Me la pongo y miro el móvil.

-5 llamadas perdidas de Marta prima
-7 llamadas perdidas de Miriam
-105 whatsapps de “Somos unos pros” *grupo que tenemos los chicos y nosotras cinco*

¿¡105 whatsapps!? Flipan… llamo a Marta.

*conexión telefónica*

Ana: Marta
Marta: tía ¿Dónde estabas?
Ana: con Blas.
Marta: era de suponer. Sí estaba con Blas. Dice Miriam que eres una maldita –pone el altavoz-.
Miriam: MALDITAAAAAA. Me tenias muy preocupada. Pero suponía donde estabas.
Ana: ¿Entonces? ¿A que se debe tu graaaan preocupación? –me río-.
Miriam: maldita loquis, calla.
Ana: ya estas como Carlos jaja.
Marta: tía ¿Qué ha pasado?
Ana: -me río- nada.
Miriam: sí, claaaaro. –dice irónicamente-.
Marta: no somos idiotas.
Ana: ¿No?
Veo que entra Blas al salón.
Ana: os dejo mis niñas, voy para la hora de comer ¿Sí?
Marta: nos lo cuentas todo, pero todo –hace énfasis en el segundo todo y lo dice despacito-.
Ana: que sí, no te preocupes –me río- un besito.
Marta y Miriam: te queremos fea.

*Fin de conexión telefónica*

Blas: -se acerca a mi, viene sólo con un pantalón corto y me abraza- buenos días mi niña.
Ana: holi –lo abrazo-.
Blas: ¿Quién eran? Las locas de turno ¿no?
Ana: -me río- sí…
Blas: no te quedas atrás, eh –se va a la cocina-.
Ana: oye… -lo sigo- no te pases –le digo bromeando- me has ofendido.
Blas: -me mira y se ríe- ¿Qué quieres desayunar?
Ana: me da igual.
Blas: ¿A mi? –levanta las cejas-.
Ana: -me río- no estaría mal. Pero quiero tostadas.
Blas: -me mira- ¿Ahora yo soy igual que las tostadas?
Ana: ni punto de comparación, cielo.
Blas: -se ríe-.

Preparamos el desayuno y la mesa. Desayunamos, creo que nunca he estado tan feliz y nunca me he sentido tan bien como me siento y me hace sentir Blas. Cuando terminamos de desayunar ayudo a Blas a recoger todas las velas que había por el salón.

Ana: Blas, me voy a ir que son las 13:15hrs ya…
Blas: noooo –me hace morritos-.
Ana: -sonrío- me tengo que ir.
Blas: -pone cara de L- bueno, nos hablamos por whatsapp o te llamo, o te quedas aquí.
Ana: -río- venga… -cojo mi bolso y me acerco a él- te amo –le doy un beso-.
Blas: y yo a ti, pequeña. Gracias.
Ana: ¿Gracias?
Blas: por todo. Te quiero muchísimo. Más que a mi vida.
Ana: no digas eso, cielo.
Blas: es la verdad. ¿Te acompaño?
Ana: nah, no te preocupes. Hace mucho calor –sonrío-.
Blas: si es por eso no hay problema.
Ana: no, no hace falta, de verdad.
Blas: ¿Qué cojones? ¿Por qué pregunto? Si te voy a acompañar de todas formas.
Ana: -me río-.

Blas y yo salimos de su bloque y vamos caminando, con todo el calor, hacia el piso de mi prima.  Cuando llegamos nos paramos en el portal.

Ana: sube y come arriba –sonríe-.
Blas: no puedo… tengo que ir a ensayar hoy.
Ana: bueno –le abrazo- te quiero.
Blas: -me corresponde el abrazo- y yo a ti, pequeña.
Ana: -le doy un beso- adiós amor –entro al portal-.

Blas se va a su a casa, creo que ahora con el tema de los ensayos le voy a ver menos… Cuando entro dejo mis cosas en una especie de perchero que tenemos en la entradita y voy al comedor y ahí están Marta y Miriam preparando la comida (nuestro piso tiene la cocina  y el comedor juntos)

Marta: ¡hola Ana!
Ana: holis –sonrío-.
Miriam: cuenta. Todo. Pero todo.
Ana: pero podemos comer antes ¿no?
Marta: no. Aquí antes se cuentan las cosas.
Miriam: -me coge la mano- ¡Ala tía! ¿Y esto?
Marta: se lo ha encontrado en la calla. Miriam por dios.
Miriam: ¿Ha sido Blas? –me mira-.
Ana: -me río- sí –asiento con la cabeza-.
Marta: es super bonito.
Ana: sí…
Miriam: amor ¿Qué pasó?
Ana: me pidió que hiciéramos lo nuestro formal, es decir oficial, vaya.
Marta: ¡Que puto amor!
Ana: -me río- sí.
Miriam: ves, si esque ay no lo tengo ni rintintin. Si esque es muy amable, joder.
Ana: ¿Y tú con Álvaro? ¿Has hablado?
Miriam: no…
Ana: bueno..

Nos sentamos a comer y le explico TODO, incluso la escena que no debería explicarles comiendo, pero ellas insisten en que se la cuente por encima. Terminamos de comer, recogemos y nos sentamos en el sofá.

Ana: oye ¿Y esos ciento y pico mensajes de whatsapp?
Miriam: Carlos y la casa rural. Pero dice que ha encontrado una por el sur que esta muy bien, al lado de una cala.
Ana: ¿Es rico?
Marta: yo que sé. Yo al final creo que sí  jajaja no, pero es barata ¿Eh?
Ana: ¿Cuánto es barato para ti?
Marta: 150€ por persona 4 días
Ana: en realidad, no esta tan mal.
Miriam: tu duermes con Blas. Marta con David y ale.
Marta: tú con Álvaro y ale.
Ana: -la miro, tengo que hablar con Álvaro…-.

Nos pasamos ahí toda la tarde hablando. Blas no me  habla por whatsapp ni nada, supongo que ahora al tener un primer concierto todo van a pasar mucho mas tiempo ensayando.
Me suena el móvil y es Carlos.

*conexión telefónica*

Ana: ¿Si?

Carlos: ¿Cómo que si? Eres una maldita y…




Y aquí tenéis otro, subidito de tono. No se me da bien escribir estas cosas pero lo intento hacer lo mejor que puedo JAJAJA ya he dicho por Twitter que en Navidad subiré quizá más, pero después de Navidad fijaré un día de la semana y subiré uno por semana porque si no, no llego jaja. También es super importante que me coménteis que tal! Hay quien lo hace y os doy muchisimas graciaaaaaaas♥  pero de +150 personas que la leen me la comentan 10, gente polfavoh. Si os da vergüenza esta el Ask! JAJAJA un besote enorme y gracias por leerme♥

domingo, 15 de diciembre de 2013

Capitulo 17

Dejo el móvil en la mesita y me salgo fuera.
Ya son las dos del mediodía así que comemos algo y después nos tiramos en el sofá con el aire acondicionado, que ahora nos viene de lujo porque en Madrid hace demasiada calor.

Ana: ¿Y tú le gustas a Álvaro? Bueno sí, vaya pregunta.
Miriam: sí hija sí. Vaya preguntita jajaja.
Ana: hoy le intentaré sonsacar información a Blas.
Miriam: que vergüenza, Ana.
Marta: y yo a David, ¡Ja!
Miriam: que putas. Que vergüenza.
Ana: ¿Pero te gusta mucho?
Miriam: ay… sí –dice con un poco de vergüenza-.
Ana: ala, que no te de vergüenza hija mía.
Marta: eso… aquí todas empezamos igual. Y Ana que no se aclaraba por la distancia y todo…
Miriam: ya…
Ana: superado, sí. Tema superado.
Marta: mas te vale que tenga el temita superado.
Ana: no sé vivir sin Blas, más que comprobado…
Miriam: doy fe, ¿Eh?
Marta: aish –me abraza- me sabia muy mal tenerte lejos.
Ana: pero ya esta. Superado. Mi corazón es de Blas.
Marta: el mío de David.
Miriam: el mío…
Ana y Marta: ¡De Álvaro!
Miriam: bueno, bueno… no se sabe –se ríe-.
Ana: yo creo que sí, esta tarde lo aclaro. Es más hablo con él.
Miriam: ¿¡Qué dices!? ¡No!
Ana: sí amiga mía, sí.
Miriam: te lo impediré.
Marta: yo impediré que le impidas que hables con él.
Miriam: que malditas –pone cara de penita-.
Ana: imagínate que dice que sí. Que yo creo que sí, porque Álvaro no se lía ahí sin ton ni son
Marta: eso es verdad.
Miriam: pues me da un algo.
Ana: -me río- te vas corriendo.
Marta: y le da una insolación que esta calor.
Ana: corre por un centro comercial  y ya está.

Nos quedamos un rato más ahí hasta que nos empezamos a arreglar para ir al ensayo de los chicos. Tengo ganas de ver a Blas, de abrazarle y eso que le vi ayer.
Cuando terminamos de arreglarnos nos vamos en metro donde ensayan los chicos, que realmente no parece un estudio la verdad porque esta en un callejón escondido por Madrid y da miedo, pero bueno.
Cuando llegamos picamos y nos abre David, le saludamos y entramos.

Blas: -nos mira y viene hacia nosotras, me da un abrazo fuerte y un beso y me mira a los ojos- ¿Cómo estas preciosa?
Ana: -no puedo con esta mirada, no puedo. Me impone mucho y me pone muy nerviosa, intento sonreír como puedo- bien ¿y tu?
Blas: ahora mucho mejor –me pone sus morritos adorables encoge las cejas y yo ya estoy que me pueden matar, no sé que me pasa hoy pero me pone muy nerviosa-.
Blas: ¿Estas bien?
Ana: sí, sí. Genial –sonrío-.
Blas: -me sonríe-.

Dejamos las cosas en los percheros que tienen ahí y nos sentamos en los sofás. Esta Magi también hoy. Nunca esta así que no sé que hace aquí, pero bueno. Después ellos se ponen a cantar y me encantan. Miro a Blas, su voz y su sentimiento al cantar me produce un sentimiento muy fuerte. Él siente la música, sabe hacerla y sabe disfrutarla. Se da cuenta que le estoy mirando y me mira, se me queda mirando mientras canta. ¿Por qué hoy estoy así de nerviosa con él? No entiendo nada. Hacen un descansito y Álvaro se va a fuera a hablar con el móvil. Los chicos están sentados con nosotras en el sofá y Blas me tiene abrazada pasándome un brazo por la nuca.

Ana: ahora vengo, voy a tomar el aire estoy un poco agobiada.
Blas: ¿te acompaño? –dice y noto que se ha preocupado-.
Ana: no, no. No te preocupes. Sólo es agobio.
Blas: vamos va.
Ana: -miro a Miriam-.
Miriam: -se pone tensa y encoge los hombros diciendo “da igual, ves”-.
Ana: bueno, vamos.

Blas y yo salimos y estaba Álvaro entrando.

Ana: Álvaro, Álvaro ven, que tenemos que hablar.
Álvaro: ¿Conmigo? –me mira y mira a Blas-.
Blas: -se encoge de hombros- ni idea.
Ana: no estaba agobiada Blas…
Blas: ya decía yo, no te notaba mal.
Ana: -sonrío y le doy un beso-.
Blas: ¿me voy?
Ana: como quieras, pero si te quedas la boquita cerrada ¿Eh?
Blas: mutis.
Álvaro: ¿Qué pasa?
Ana: Miriam.
Álvaro: -se ríe- ¿Qué pasa?
Ana: no, no. Dime tú que pasa.
Álvaro: ¿Qué le has dicho Blas?
Blas: nada.
Ana: ah ¿pero que tú sabes algo?
Blas: -se ríe-.
Álvaro: bueno, es guapa y eso…
Blas: ¿Sólo?
Álvaro: cállate cabrón –se ríe-.
Blas: ¿Qué? Dile la verdad.
Ana: -miro a Álvaro-.
Álvaro: -me mira-.
Ana: Álvaro, pero habla hijo mío.
Álvaro: me gusta y eso, y quizá hice mal en liarme con ella porque no quiero nada serio…
Blas: menos mal, hijo mío. Te ha costado.
Ana: ¿no quieres nada serio?
Álvaro: ahora mismo no. Y sé que hice mal en liarme con ella porque… no sabía lo que ella sentía.
Ana: Álvaro… ¿En serio?
Álvaro: sí.
Ana: que cabrón.
Álvaro: oye…
Blas: es verdad.
Álvaro: complot, eso no vale.
Blas: jajaja Álvaro, di la verdad, no sabes si quieres algo serio o no.
Álvaro: pero siempre ante la duda hay que negar.
Ana: si niegas pierdes.
Álvaro: vive lejos, tiene 19 años, no sé…
Blas: -se calla-.
Ana: pensaba que no eras así, eh.
Álvaro: ya…
Ana: vuelvo allí con los demás.
Blas: yo ahora voy que voy al baño y Álvaro me acompaña.
Ana: vale –sonrío y me voy-.

¿Álvaro? ¿Hola? ¿Qué haces con tu vida? Yo sé que no es así, no es así. No lo es y punto, esque no me lo creo. Vuelvo con los chicos y me siento en el sofá.

Blas y Álvaro están en el mismo sitio de antes.

Álvaro: ¿Qué quieres Blas?
Blas: ¿Por qué no le dices la verdad?
Álvaro: porque no quiero pasarlo mal. Ya te he visto a ti, no dormir, no comer, mirando el fondo de tu móvil durante horas. No quiero pasar eso.
Blas: pero yo me sentía así porque sabía que no estaba conmigo.
Álvaro: no sé que hacer.
Blas: ¿Te acuerdas de las palabras “lánzate, ¿Qué mas da? Si la quieres, hazlo.”?
Álvaro: sí…
Blas: pues aplícatelo.
Álvaro: tengo que pensar.
Blas: no seas tonto Álvaro. No hagas lo mismo que yo. Yo por gilipollas casi pierdo lo que mas quiero. No quiero que lo pases igual que yo.
Álvaro: lo pensaré. Hablando… ¿Cómo te va con Ana?
Blas: -sonríe- genial, hoy dormimos juntos.
Álvaro: ¿¡Qué!? ¿Y no me dices nada? Que bonito.
Blas: -se ríe- pero que no paso nada, eh.
Álvaro: ¿Pero lo vuestro es oficial?
Blas: no.
Álvaro: ¿A qué esperas?
Blas: unos días mas…
Álvaro: -se ríe- aish…
Blas: y tú piensa lo de Miriam, de verdad. No hagas como yo que fui gilipollas, con todas las letras.
Álvaro: cierto.
Blas: -no le dice nada porque sabe que es cierto- vamos, anda.

Álvaro y Blas vuelven a donde estamos nosotros. Y nos sentamos a hablar.

Dani: pues ayer tuvimos una reunión con una productora y nos ofrecieron hacer un concierto –sonríe-.
Ana: ¿Ah sí? –digo feliz-.
David: ¡Sí!
Miriam: ¿Cuándo?
David: de aquí 3 semanas.
Ana: que bien –sonrío-.
Blas: -no decía nada-.
Álvaro: sí, será genial. Y por supuesto tenéis que venir.
Ana: ¡Claro! Yo ya soy vuestra fan. Luego me firmáis… ¿La camiseta?
Dani: jajajaja
Ana: no te rías, cuando seáis conocidos ¿Qué? Seré la primera persona que tenga algo firmado por vosotros.
David: no lo seremos.
Carlos: y si lo somos y lo pones en subasta en ebay “primera camiseta firmada por…” ¿Cómo coños nos vamos a llamar? –se empieza a descojonar-.
Ana: -me empiezo a reír-.
Blas: ahora vengo, tengo que irme un momento.
Ana: vale –sonrío-.
Blas: -me da un beso y se va-.
Ana: -no sé donde va, pero dice que vuelve pronto, me vale-.
Dani: por un abrazo mío, pagan ts! Jajaja
Marta: por un abrazo tuyo no paga ni el tato.
Dani: ¿Quién es el tato?
Marta: no sé, no existe. Por eso. Nadie paga por un abrazo tuyo.
Dani: ¡Que simpática es la niña!
Marta: sí, mucho. Pero contigo no.
Álvaro: ay pero ¿Vendréis no?
Ana: que sí, que sí.
Carlos: que guay, joder. Le dedicaré el concierto a mi loquis –me mira-.
Ana: ayyy que amor.
Carlos: -sonríe-.
Miriam: ¿Os imagináis que algún día os lleváis un premio de los grandes?
Álvaro: es imposible de imaginar.
Ana: yo estaré ahí apoyando, eh.
Álvaro: jajaja eres nuestra primera mayor fan.
Ana: ¿Yo? Pues claro. Desde el primer día que os escuche. ¿Qué te crees? –me río-.
Álvaro: me alegro de que tú seas mi primera fan, pues.
Ana: siéntete orgulloso –me río-.
Álvaro: orgulloso me siento –sonríe-.
Carlos: oye así una cosa así cambiando de tema… ¿Por qué no vamos a una casa rural?
Miriam: ¡Sííí!
Ana: a mi me parece bien.
Carlos: ¿Qué decís? –mira a los chicos-.
Todos dicen que sí que estaría genial.
Carlos: vale, yo me encargo de buscarla. ¿Para cuándo?
David: ¿De aquí dos semanas?
Carlos: sí, me parece bien.

Llega Blas y todos nos vamos a casa, y yo esta vez me voy con Blas. Él me ha dicho que me vaya con él hoy a cenar. Cuando entramos a su piso esta todo lleno de velas, y hay una cena en la mesa y pétalos. ¿WTF? Esto solo pasa en las películas.

Ana: -me paro quita, no me lo creo. No podía ser otro que mi Blas-.
Blas: -me abraza por la espalda- ¿Te gusta? –me dice susurrando al oído-.
Ana: me encanta –le digo girándome para darle un beso-.
Blas: -me responde al beso- me alegro –sonríe-.
Ana: -me giro y lo abrazo- te amo.
Blas: yo te amo más –me apreta fuerte contra él-.
Nos sentamos en la mesa. Él no enciende ninguna luz ya que las velas hacen de lámpara.  Y él va a la cocina  trae la cena, la deja en la mesa y se sienta.

Blas: -me mira sonriendo- ¿Te gusta?
Ana: sí –sonrío, no paro de sonreír-.
Blas: -sonríe y pone comida en la plato y luego en el suyo- que aproveche mi niña.
Ana: -sonrío- ¿Lo has hecho tú?
Blas: sí.
Ana: ¿Todo? –miro a mi alrededor refiriéndome a las velas, pétalos etc…-.
Blas: sí –sonríe-.
Ana: te amo, te amo.
Blas: -sonriendo- y yo a ti –me coge una mano que tengo puesta en la mesa y me la acaricia- te mereces esto y mucho más, mi niña.
Ana: -sonrío- eres lo mejor que me ha pasado nunca.
Blas: y tú a mi.

Empezamos a comer, lo estamos pasando muy bien, y la comida esta muy buena. Blas es un buen cocinero, cosa que no sabía.
Cuando terminamos de cenar nos sentamos en el sofá.

Blas: ahora vengo –sonríe y se levanta-.
Ana: claro.
Él se va a no sé donde, no he visto este piso entero nunca, y después viene y se sienta a mi lado.
Blas: -me coge una mano- Ana… he estado pensando esto muy… muy detenidamente, le he dado vueltas. Quizá sea muy apresurado por todo lo que ha pasado, quizá me este equivocando, pero tengo claro lo que quiero y lo que siento. Y lo que quiero es verte despertar cada mañana a mi lado, verte sonreír cada día, poder abrazarte y besarte cada vez que quiera, quiero que seas mía. Eres mi felicidad, eres mi luz. ¿quieres… quieres hacer lo nuestro oficial? –me da una cajita-.

Ana: -yo, boquiabierta por todo lo que ha dicho abro la cajita y veo un anillo, precioso con todas sus letras, dentro de la cajita. Tiene brillantitos y es de plata. Lo miro, me esta mirando con una de las mejores sonrisas que he visto jamás. Me esta pidiendo que sea su novia. Que hagamos esto una relación seria, aunque de seria tiene poca porque es todo muy surrealista, pero… ¿Qué coño? Yo le amo. Le amo más que a nada- Blas…




Holiiiiiii y mil perdones por tardar tanto en subir este capítulo. Ha sido una semana muy muuuuuuuy especial para mí (algunas sabréis de lo que hablo) y no tenía ni inspiración para escribir de los asdfghjkk que estaba, pero LO SIENTO. De corazón! Espero que os guste este capitulo ahora vienen cosas muy OMG EN SERIO. JAJAJ comentarme que tal por Twitter o Ask (los links debajo de la foto de arriba del todo) UN BESOTE ENORME Y GRAAAAAAACIAS POR LEERME! Much loveeeee♥