Blas:
-me abraza por la espalda- ¿Qué piensas?
Ana:
nada –me giro- ¿Qué pasa con Álvaro y Miriam?
Blas:
ah… -me suelta- me dijo Álvaro que sí sentía cosas por Miriam pero que no sabe
que hacer porque al ver que yo lo pase tan mal… no sabe que hacer.
Ana:
de eso quiero hablar yo.
Blas:
¿De qué?
Ana:
de cómo lo pasaste, cuando… ya sabes, paso todo.
Blas:
¿Cuándo tú estabas en Barcelona?
Ana:
sí…
Blas:
-se ríe irónicamente y se va a sentar a la cama-.
Ana:
-me siento a su lado-.
Blas:
-clava su vista en algo, pero sé que esta recordando todos los momento que
vivió- cuando te fui a decir aquello a la estación, me deje llevar por lo que
pensaba, que lo pasarías mal porque a mi el echo de decir “no voy a estar con
ella” me mataba y no quería que tu estuvieses igual. Y decidí, aquella misma
noche, en ir a decirte aquello a la estación. Y me arrepentí en cuanto escuche
que tu tren ya había salido para Barcelona y yo te dejaba escapar como un
cobarde pero lo hacía por ti.
Ana:
¿Y en Madrid? ¿Cómo lo pasaste?
Blas:
-suspira- creo que no he pasado momentos peores. Tú no estabas conmigo pero
estabas constantemente en mi mente, Álvaro me obligó incluso a ir a un
psicólogo, pero no fui. No comía, no dormía… no paraba de pensar en lo que hice,
en como estarías tú. A veces hablaba con Carlos para saber como estabas, pero
claro, que me iba a decir Carlos viéndome así… siempre me decía que estabas
bien y que no me preocupara. Hasta que al final los chicos me juntaron y
hablaron conmigo. Y por obligación de ellos empecé a volver a lo que era mi
vida de antes, pero no lo logré… y luego vino la muerte de mi abuela… -se le
llenan los ojos de lagrimas- eso ya me dejó tocado del todo, me hundió más.
Tenía una presión en el pecho que era difícil de aguantar. Y lo único que pedía cada noche era
abrazarte, que estuvieses conmigo, que todo estuviese bien. No me dejaré de
arrepentir jamás de lo que hice –le cae una lagrima-.
Ana:
Blas… -le abrazo, no sé que decirle ¿Qué yo lo pase igual? ¿Para qué? ¿Para que
se eche más culpa? No-.
Blas:
-me corresponde el abrazo- pero ahora todo está bien. Tú estás conmigo.
Ana:
y para siempre.
Blas:
-me abraza más fuerte- te quiero.
Ana:
yo a ti más.
Blas:
¿Cómo lo pasaste tú?
Ana:
¿De verdad lo quieres saber?
Blas:
-se queda un rato callado y al fin contesta- sí.
Ana:
-me separo y no sé porque le miro la camiseta, por no mirarle a la cara
supongo- mira… yo… no entendía nada y me costó asimilarlo unos días. No comía,
no lloraba… Miriam me llevó al medico y
este dijo que como no empezará a meter alimentos en mi cuerpo mi iban a
ingresar, y que tenía que dormir… ya sabes lo típico. Hablar con Carlos creo
que es lo único que me alegraba un poco… llegó Erik. Y él hizo que me
“olvidara” un poquito de todo, pero se quedo en poquito, yo sabía que no sentía
por Erik lo mismo que siento por ti, pero seguí con él aun sabiendo que no lo
estaba haciendo bien, porque el supuestamente me quería. Cuando llegó el
momento de irme a Madrid, no me dio ninguna pena, al revés. Estaba alegre. Al
fin y al cabo tengo todo lo que amo aquí. Aunque bueno, allí están mis abuelos.
Pero… sabía que te iba a ver.
Blas:
¿Querías verme?
Ana:
sí. Era lo que más quería.
Blas:
¿Por qué? Después de lo que hice…
Ana:
porque… tú eras la persona que me hacía seguir adelante.
Blas:
-pone cara de no entender-.
Ana:
ni Miriam, ni Erik en su entonces, ni nada hacia que yo tuviese razones para
estar aquí, pero pensaba en ti y a pesar de lo que me hiciste yo te seguía
queriendo… ya sabes el amor no tiene reglas.
Blas:
-me abraza- perdóname… perdóname por lo que hice, mi niña –me da un beso en la
cabeza-.
Ana:
estas perdonado desde hace tiempo.
Después
de esta conversación he averiguado que quiero más a Blas de lo que pensaba.
Carlos tenía razón, maldito loquis.
*narra
Blas*
Después
de hablar con Ana, de todo lo que pasamos por mi culpa, me he dado cuenta que
la quiero como a nada ni nadie en este mundo. La amo y nada lo va a cambiar. Lo
ha pasado tan mal, y yo hice que lo pasara tan mal… pero no más sufrimiento
para ella. No más, no se lo merece.
Bajamos
abajo y están David, Dani y Marta preparados para irse a bañar a la playa.
Blas:
¿Ya?
David:
¡Claro!
Dani:
si te parece esperamos a que se haga de noche, que no veamos donde pisamos.
Blas:
ay Dani hijo, calla.
Carlos:
bueno yo me voy a poner el bañador.
Miriam:
y yo.
Álvaro:
y yo.
Blas:
pues yo también.
Ana:
-se ríe y no dice nada, ay Ana… no seas así-.
Carlos:
¿Tú no loquis?
Ana:
sí, sí. –responde con poco ánimo-.
Subimos
arriba, yo me pongo el bañador mientras Ana va al baño. Sale y se sienta en la
cama.
Ana:
yo voy a dormir un rato ¿Vale?
Blas:
-ni de coña, y menos por lo que es- ¿Qué? Vente con nosotros, Ana va, vamos a
pasarlo bien.
Ana:
no, no. Tengo sueño.
Blas:
levántate.
Ana:
¿Para que?
Blas:
ven. –le cojo la mano y hago que se levante, y la pongo frente al espejo y yo
detrás-.
Ana:
¿Por qué me conoces tan bien?
Blas:
¿Qué pasa? ¿Qué ves?
Ana:
doy asco.
Blas:
Ana ¿Eres tonta?
Ana:
no.
Blas:
-nunca me ha explicado porque este odio a sí misma- no das asco, Ana joder, no
estas gorda. ¿No te ves?
Ana:
Blas, deja de decirme esto, no voy a ir y punto.
Blas:
Ana, escúchame. ¿Por qué tanto odio? ¿Tanto asco?
Ana:
él me inculco esto.
Blas:
-sé que se refiere al hijo de puta de Cristian- pero tú sabes que no es así.
Ana:
y si no es así ¿Por qué lo decía?
Blas:
porque es un gilipollas, Ana. Venga ya, no estas tan mal como piensas. De
verdad amor.
Ana:
…
Blas:
-no dice nada, no sé que decirle, la miro a los ojos y me esta mirando- cielo,
valórate. Yo te digo todo de verdad.
Ana:
-me mira otra vez- bueno, vale.
Blas:
-sonrío y le doy un beso en la mejilla- yo sólo quiero que superes tus
complejos y seas lo más feliz posible, mi niña.
Ana:
-se gira y me abraza- te amo.
Blas:
yo más. Yo más…
Después
ella se va al baño a cambiar, entiendo que aunque ya la haya visto en más de
una ocasión desnuda le de un poco de vergüenza. El hijo de puta de Cristian la
hizo creer en cosas que no eran verdad.
*Narra
Ana*
Me
pongo frente al espejo del baño y me miro. No quiero ponerme esto pero tengo
que superar la vergüenza idiota esta que tengo. Me miro las marcas que me dejo
Cristian… hijo de puta. Incluso tengo una quemaduras al lado del ombligo, de
cuando me quedé embarazada, el hijo de puta apagaba los cigarros en mi barriga.
Paro
de recordar esos momentos del pasado, porque en el pasado se han quedado. Salgo
del baño y Blas esta mirando su móvil.
Blas:
-deja el móvil- ¿Vamos? –sonríe-.
Ana:
vamos.
Bajamos
y ya se habían ido todos a la playa así que vamos nosotros dos. Cuando llegamos
Carlos esta en la orilla, David Dani y Marta en el agua y Álvaro y Miriam se
están yendo por ahí andando. Dejamos las cosas y vamos para la orilla con
Carlos.
Yo
sigo muerta de vergüenza y me tapo como puedo, la verdad.
Blas:
¿Qué pasa Carlos?
Carlos:
que esta fría tío –nos mira y me mira, se queda alucinado por las marcas pero
no dice nada-.
Nos
toca el agua los pies.
Ana:
¿Qué dices? Que va.
Blas:
Carlos… con el calor que hace.
Ana:
-le tiro agua con el pie-.
Carlos:
¡ANAAAAAAAAAAAAAAA!
Ana:
-me empiezo a descojonar-.
Carlos:
-me tira agua- maldita loquis. ¡Maldita!
Blas:
-se ríe- Carlos que nenaza tío.
Carlos:
eh, menos. Respétame. Un respeto a los mayores.
Blas:
pero si tenemos la misma edad.
Carlos:
¡No! Yo soy unos meses mayor que tú.
Blas:
¡Uy! Cuidado.
Ana:
bueno yo me voy a meter, eh.
Blas:
y yo.
Carlos:
…
Ana:
y tú Carlos también.
Carlos:
tú estas loquis.
Ana:
anda loquis, tira y metete.
Al
final nos acabamos metiendo aunque a Carlos le cuesta lo suyo. Cuando llego
Dani y David me miran los hombros (porque lo demás esta debajo del agua) y se
quedan flipando también pero tampoco dicen nada.
Estábamos pasándolo bien pero yo no me acabo
de sentir del todo bien, así que decido irme a la toalla.
Ana:
yo me salgo ya.
Blas:
¿por? –me mira?
Ana:
no sé, no tengo más ganas de estar aquí. Voy a tomar el Sol…
Carlos:
¡Ay! Ahora que yo estoy a gusto te vas –pone cara triste-.
Ana:
jaja pero voy ahí, luego venís.
Blas:
-me mira-.
Ana:
-lo miro y dejo de mirarlo y me salgo-.
Maldito
pasado, no esta pisado. Nada esta superado. Hijo de puta Cristian, hijo de
puta. Me he puesto los pantalones cortos y estoy tirada en la toalla con la
camiseta en la cara. Y siento que alguien me moja la barriga.
Ana:
-aparto la camiseta de mi cara y es Blas- esta fría –sonrío-.
Blas:
-sonríe y se sienta detrás de mi me pasa cada pierna alrededor de mi cuerpo y
hace que me apoye contra él-.
Ana:
-esta mojado, pero me da igual. Necesito estar con él-.
Blas:
¿Qué pasa amor?
Ana:
nada, no tenia más ganas de estar allí.
Blas:
claro… un tiburón le ha mordido a Carlos –insinuando que no se lo creía-.
Ana:
-suelto una risita-.
Blas:
-me da un beso en la mejilla- no tienes de que avergonzarte.
Ana:
cuando he llegado todos me han mirado horrorizados por esto Blas –señalo mis
señales-.
Blas:
-pone una mano encima de una quemadura- no estaban horrorizados cariño. Están como
yo cuando te vi por primera vez.
Ana:
¿Cómo?
Blas:
les sabe mal que tengas todo esto porque te quieren y piensan que lo debiste
pasar mal y nos les gusta.
Ana:
-sigo mirando a nada, tengo la vista calvada en algo y a la vez en nada-.
Blas:
y no estas gorda.
Ana:
-se me llenan los ojos de lagrimas. He tenido un pasado tan oscuro, ,me ha afectado
tanto todo que hay cosas que siguen superándome-.
Blas:
llora si tienes que llorar. No es malo.
Ana:
-niego con la cabeza y los ojos llenos de lagrimas- no vale la pena.
Blas:
-suspira- no me gusta verte así.
Ana:
-me encojo de hombros- no te preocupes.
Blas:
-iba a decir algo pero llegan Álvaro y Miriam-.
Álvaro:
¿Qué hacéis pareja?
Blas:
nada aquí, pasando el rato.
Ana:
¿De dónde venís?
Miriam:
nos fuimos a dar una vuelta por ahí jaja.
Ana:
-la miro y me río-.
Álvaro:
hay unas cuevas super bonitas por allí.
Blas:
¿Ah sí?
Miriam:
sí… vamos si queréis.
Nos
levantamos y Blas me da la mano y caminamos con ellos hasta las cuevas. Era
como una cueva dentro de una roca y las olas rompían debajo. Súper bonito y ya
se estaba poniendo el Sol y se veía precioso.
Ana:
¡Ala que bonito!
Miriam:
¿A qué sí?
Blas:
la verdad es que sí, es bonito.
Nos
quedamos allí viendo la puesta de Sol y volvemos a recoger nuestras cosas de la
playa y David y Dani seguían en el agua y Marta y Carlos ya estaban recogiendo
para irse a la casa.
Llevamos
dos días aquí en la casa y se esta supera
gusto, una lastima que en dos días tengamos que irnos. Con Blas va genial, creo
que ni si quiera merezco esto. Estamos todos en el salón de la casa porque a
fuera se había puesto a llover y nos ponemos a ver una película y suena mi móvil.
Ana:
-me levanto y me aparto de los chicos, miro y es mi tía que vive en Barcelona-
.
*conexión
telefónica*
Ana:
dime Montse –así se llama mi tía-.
Montse:
Ana cielo… -le noto la voz temblorosa-.
Ana:
¿Qué pasa?
Montse:
acaba de morir el abuelo.
Ana:
¿qué? –se me paraliza todo por completo, no sé donde estoy ahora mismo, mi
abuelo. Pero si el estaba bien joder ¿Qué le ha pasado? Creo que las lagrimas
empiezan a caer por mis mejillas- ………..
Perdón por tardar tanto amores! Espero que os guste y me lo comentéis como siempre! Un besote enormeeeeee♥
me encanta tu nove.. me avisas por twitter cuando subas capi?? Graias :3 @AurynerYEndlier
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