martes, 17 de diciembre de 2013

Capitulo 18

Ana: -yo, boquiabierta por todo lo que ha dicho abro la cajita y veo un anillo, precioso con todas sus letras, dentro de la cajita. Tiene brillantitos y es de plata. Lo miro, me esta mirando con una de las mejores sonrisas que he visto jamás. Me esta pidiendo que sea su novia. Que hagamos esto una relación seria, aunque de seria tiene poca porque es todo muy surrealista, pero… ¿Qué coño? Yo le amo. Le amo más que a nada- Blas… claro que sí –le abrazo-.
Blas: -sonríe mientras me corresponde el abrazo- te amo, te amo, te amo muchísimo.
Ana: yo más, mucho más –le doy un beso en el cuello para no separarme de él, y me doy cuenta que nunca le había dado un beso en el cuello-.
Blas: ahí no… -se separa- ahí no Ana. –saca el anillo de la cajita y me lo pone- pensé que te quedaría pequeñito.
Ana: no… me queda bien –sonrío-.
Blas: -sonríe y me besa-.
Ana: -le sigo el beso y cada vez el calor por mi cuerpo sube más, le beso el cuello-.

Le beso el cuello y noto como él se aparta un poco, su punto débil. Yo le vuelvo a besar el cuello. Quiero esto… ¿no? Él ahora no hace nada y va subiendo las manos de mi cintura hacia arriba. Me mira a los ojos en todo momento y me besa. Le doy un mordisquito en el cuello y noto como suelta aire por su boca, suspirando. Dios. Él ya tiene las manos casi en mis pechos y me coge y me sienta encima suyo, joder Blas peso demasiado. Sigue besándome y yo a él. Me coge las manos y hace que le quite la camiseta y se la quito. Vale. Tengo a Blas delante de mi sin camiseta y yo ardo, me coge la manos y hace que toque su abdomen el pone las manos en mi camiseta para quitármela y no sabe si hacer y le digo susurrando “hazlo” y lo hace. Me quita la camiseta y para. Y se me queda mirando todas las marcas que tengo en el cuerpo por culpa del gilipollas de Cristian, son muchas.

Blas: Ana…
Ana: es pasado.
Blas: no… no puedo.
Ana: -lo miro-.
Blas: -me aparta de encima suyo y se va a la cocina-.
Pero que… ¿Qué cojones? Son marcas. Es pasado. Blas… yo me quedo sentada en el sofá, vendrá.

*Narra Blas*

Salgo de ahí. No sé por qué tengo los ojos de lagrimas. Voy a la cocina y apoyo mis dos manos en la encimera. No puedo ver eso en su cuerpo. Estaba tan bien con ella… estábamos acariciándonos, besándonos, sintiéndonos. Pero… cuando le he visto esas marcas no he podido evitarlo, se me ha parado todo, se me ha quedado la mente en blanco. Mi Ana, mi niña… que mal debió pasarlo. Y de repente entra ella. La miro de reojo. Sin la camiseta y… sus marcas a la luz de la cocina son más fuertes. No puedo con esto, no puedo.
Se acerca a mi y me coge del antebrazo.

*Narra Ana*

Voy a la cocina, esta de espaldas apoyado en la encimera con sus brazos. Le cojo el antebrazo  hago que se gire.

Ana: Blas, no es más que pasado.
Blas: es un mal pasado que me duele a mí.
Ana: ¿Por qué? Olvídalo cielo, olvida que tengo esto.
Blas: no puedo. Debiste pasarlo tan mal por culpa de ese gilipollas. No sabes la impotencia que tengo, no lo sabes bien.
Ana: -le cojo la cara con las dos manos, veo la rabia y la tristeza reflejada en sus ojos- Blas, escúchame. Esto es pasado. Lo pasé mal, antes. Ahora estoy feliz, contigo. Tú me cuidas, me quieres. Ahora estoy feliz. Estas marcas hay que olvidarlas ¿Vale?
Blas: -me abraza- lo siento… no quería parar pero…
Ana: -le beso el cuello- no hay porque parar.
Blas: -me coge y me lleva a su habitación. Una cama de matrimonio. Tiene su casa muy bien decorada, pero no estoy como para ponerme a mirar decoraciones ahora-.

Me deja en la cama con la mayor delicadeza y se tumba encima de mí. Nos acariciamos, nos besamos, el me quita el sostén, aunque le cuesta un poco lo consigue y me acaricia los pechos yo gimoteo un poco. Dios, la verdad es que tener a Blas delante de mí así, es … lo mejor. Entre caricias, besos, mordisquitos nos quitamos los pantalones, y la ropa interior. Y seguimos jugando con nuestros cuerpos. Cuando me quiero dar cuenta Blas esta encima de mí mirándome sin hacer nada.

Ana: ¿Qué pasa? –susurro-.
Blas: ¿estás segura? –susurra-.
Ana: más que nunca.
Blas: -sonríe- saca un preservativo y me lo da-.
Ana: -le pongo el preservativo el sonríe-.
Blas: -se tumba encima de mi, me sonríe y penetra, gime-.
Ana: -gimo, lo noto dentro de mí, a él. A mi Blas-.

Empieza lento y va aumentando a medida que pasan los segundos. Gemimos, sudamos, tenemos las mantas pegadas a nuestros cuerpos, hace mucho calor pero nada importa. A mí solo me importa él y yo sólo le importo yo. En un rato me pierdo en un cumulo de sensaciones rompiendo en un orgasmo y creo que ha sido el mejor que he tenido en la vida.

*Narra Blas*

Estoy a punto de llegar al clímax. Gracias a mi pequeña, a mi niña. Exploto en un millón de sensaciones distintas, nunca había sentido esto antes. Esto… esto es el amor de verdad. La miro y ella me sonríe. Mi Ana. La beso. La amo. Amo a Ana más que a nada. La he notado dentro de mí y ha sido una de las mejores sensaciones.

*Narra Ana*

Me  besa y yo le beso. Sale de dentro de mi con cuidado y va al baño a tirar el preservativo. Yo me pongo la ropa interior, sigue dándome vergüenza mi cuerpo. Después vuelve lleva unos bóxers puestos, no viene con el tema el aire. Y se tumba conmigo, me abraza.

Blas: ha sido…
Ana: lo mejor.
Blas: -se ríe y me da un beso en la cabeza- nunca había sentido esto haciendo esto.
Ana: ni yo… ha sido… ¿Especial? –lo tengo abrazado mientras le acaricio el pecho-.
Blas: -sonríe- muy especial. Supongo que… tú eres a quien más quiero, a quien más amo y estas cosas si se hacen con amor de verdad pasa esto.
Ana: -sonrío- eres lo mejor que me ha pasado nunca.
Blas: …pero te hice daño. –deja de acariciarme el pelo.
Ana: Blas –levanto la mirada- calla. No quiero que digas eso más ¿Vale? Tú también lo pasaste mal. Pasado, pasado es.
Blas: tampoco quiero que pienses que sólo te utilizo para eso y que como lo dejaste con Erik estoy aprovechando…
Ana: -noto en su tono de voz, en su mirada que se siente mal. ¿Por qué?- deja de echarte culpas, no tienes culpa ninguna. De verdad. Te lo he dicho mil veces y te lo diré mil veces más. No tienes culpa de nada.
Blas: -me aprieta fuerte contra el- te quiero, te quiero, te quiero.
Ana: -le doy un beso en el pecho- y yo a ti, cielo.

Blas me sigue acariciando el pelo y yo me duermo.
Al día siguiente me despierto, estoy de la misma manera que me quede ayer dormida y levanto la vista. Blas esta durmiendo. Me quedo mirándolo durante unos quince minutos, pensando todo lo feliz que me ha hecho cuando nadie lo conseguía, a pesar de lo que he pasado este tiempo desde Navidad, sé que él también lo ha pasado mal y que lo hizo por mí. Le quiero un mundo, dos, tres, cuatro… le quiero infinitos mundos.
¡Hostia! Mi prima, Miriam… ¿Y mi móvil? En el salón. No me quiero levantar, pero… deben estar preocupadas. Me levanto con mucho cuidado para no despertar a Blas, duerme como un ángel. Lo que es. Mi ángel. Busco mis pantalones me los pongo y voy al salón, ahí esta mi camiseta. Me la pongo y miro el móvil.

-5 llamadas perdidas de Marta prima
-7 llamadas perdidas de Miriam
-105 whatsapps de “Somos unos pros” *grupo que tenemos los chicos y nosotras cinco*

¿¡105 whatsapps!? Flipan… llamo a Marta.

*conexión telefónica*

Ana: Marta
Marta: tía ¿Dónde estabas?
Ana: con Blas.
Marta: era de suponer. Sí estaba con Blas. Dice Miriam que eres una maldita –pone el altavoz-.
Miriam: MALDITAAAAAA. Me tenias muy preocupada. Pero suponía donde estabas.
Ana: ¿Entonces? ¿A que se debe tu graaaan preocupación? –me río-.
Miriam: maldita loquis, calla.
Ana: ya estas como Carlos jaja.
Marta: tía ¿Qué ha pasado?
Ana: -me río- nada.
Miriam: sí, claaaaro. –dice irónicamente-.
Marta: no somos idiotas.
Ana: ¿No?
Veo que entra Blas al salón.
Ana: os dejo mis niñas, voy para la hora de comer ¿Sí?
Marta: nos lo cuentas todo, pero todo –hace énfasis en el segundo todo y lo dice despacito-.
Ana: que sí, no te preocupes –me río- un besito.
Marta y Miriam: te queremos fea.

*Fin de conexión telefónica*

Blas: -se acerca a mi, viene sólo con un pantalón corto y me abraza- buenos días mi niña.
Ana: holi –lo abrazo-.
Blas: ¿Quién eran? Las locas de turno ¿no?
Ana: -me río- sí…
Blas: no te quedas atrás, eh –se va a la cocina-.
Ana: oye… -lo sigo- no te pases –le digo bromeando- me has ofendido.
Blas: -me mira y se ríe- ¿Qué quieres desayunar?
Ana: me da igual.
Blas: ¿A mi? –levanta las cejas-.
Ana: -me río- no estaría mal. Pero quiero tostadas.
Blas: -me mira- ¿Ahora yo soy igual que las tostadas?
Ana: ni punto de comparación, cielo.
Blas: -se ríe-.

Preparamos el desayuno y la mesa. Desayunamos, creo que nunca he estado tan feliz y nunca me he sentido tan bien como me siento y me hace sentir Blas. Cuando terminamos de desayunar ayudo a Blas a recoger todas las velas que había por el salón.

Ana: Blas, me voy a ir que son las 13:15hrs ya…
Blas: noooo –me hace morritos-.
Ana: -sonrío- me tengo que ir.
Blas: -pone cara de L- bueno, nos hablamos por whatsapp o te llamo, o te quedas aquí.
Ana: -río- venga… -cojo mi bolso y me acerco a él- te amo –le doy un beso-.
Blas: y yo a ti, pequeña. Gracias.
Ana: ¿Gracias?
Blas: por todo. Te quiero muchísimo. Más que a mi vida.
Ana: no digas eso, cielo.
Blas: es la verdad. ¿Te acompaño?
Ana: nah, no te preocupes. Hace mucho calor –sonrío-.
Blas: si es por eso no hay problema.
Ana: no, no hace falta, de verdad.
Blas: ¿Qué cojones? ¿Por qué pregunto? Si te voy a acompañar de todas formas.
Ana: -me río-.

Blas y yo salimos de su bloque y vamos caminando, con todo el calor, hacia el piso de mi prima.  Cuando llegamos nos paramos en el portal.

Ana: sube y come arriba –sonríe-.
Blas: no puedo… tengo que ir a ensayar hoy.
Ana: bueno –le abrazo- te quiero.
Blas: -me corresponde el abrazo- y yo a ti, pequeña.
Ana: -le doy un beso- adiós amor –entro al portal-.

Blas se va a su a casa, creo que ahora con el tema de los ensayos le voy a ver menos… Cuando entro dejo mis cosas en una especie de perchero que tenemos en la entradita y voy al comedor y ahí están Marta y Miriam preparando la comida (nuestro piso tiene la cocina  y el comedor juntos)

Marta: ¡hola Ana!
Ana: holis –sonrío-.
Miriam: cuenta. Todo. Pero todo.
Ana: pero podemos comer antes ¿no?
Marta: no. Aquí antes se cuentan las cosas.
Miriam: -me coge la mano- ¡Ala tía! ¿Y esto?
Marta: se lo ha encontrado en la calla. Miriam por dios.
Miriam: ¿Ha sido Blas? –me mira-.
Ana: -me río- sí –asiento con la cabeza-.
Marta: es super bonito.
Ana: sí…
Miriam: amor ¿Qué pasó?
Ana: me pidió que hiciéramos lo nuestro formal, es decir oficial, vaya.
Marta: ¡Que puto amor!
Ana: -me río- sí.
Miriam: ves, si esque ay no lo tengo ni rintintin. Si esque es muy amable, joder.
Ana: ¿Y tú con Álvaro? ¿Has hablado?
Miriam: no…
Ana: bueno..

Nos sentamos a comer y le explico TODO, incluso la escena que no debería explicarles comiendo, pero ellas insisten en que se la cuente por encima. Terminamos de comer, recogemos y nos sentamos en el sofá.

Ana: oye ¿Y esos ciento y pico mensajes de whatsapp?
Miriam: Carlos y la casa rural. Pero dice que ha encontrado una por el sur que esta muy bien, al lado de una cala.
Ana: ¿Es rico?
Marta: yo que sé. Yo al final creo que sí  jajaja no, pero es barata ¿Eh?
Ana: ¿Cuánto es barato para ti?
Marta: 150€ por persona 4 días
Ana: en realidad, no esta tan mal.
Miriam: tu duermes con Blas. Marta con David y ale.
Marta: tú con Álvaro y ale.
Ana: -la miro, tengo que hablar con Álvaro…-.

Nos pasamos ahí toda la tarde hablando. Blas no me  habla por whatsapp ni nada, supongo que ahora al tener un primer concierto todo van a pasar mucho mas tiempo ensayando.
Me suena el móvil y es Carlos.

*conexión telefónica*

Ana: ¿Si?

Carlos: ¿Cómo que si? Eres una maldita y…




Y aquí tenéis otro, subidito de tono. No se me da bien escribir estas cosas pero lo intento hacer lo mejor que puedo JAJAJA ya he dicho por Twitter que en Navidad subiré quizá más, pero después de Navidad fijaré un día de la semana y subiré uno por semana porque si no, no llego jaja. También es super importante que me coménteis que tal! Hay quien lo hace y os doy muchisimas graciaaaaaaas♥  pero de +150 personas que la leen me la comentan 10, gente polfavoh. Si os da vergüenza esta el Ask! JAJAJA un besote enorme y gracias por leerme♥

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