sábado, 9 de noviembre de 2013

Capitulo 10.

 Y se llevan a Cristian, y no lo voy a ver más.
Me siento, me tiemblan mucho las piernas. Viene mi abogado junto con mi prima.

Marta: ¿Por qué no me contaste todo eso?
Ana: no era capaz.
Marta: pero Ana, por Dios, es muy fuerte… ¿Cómo aguantaste con todo dentro?
Ana: no lo sé.
Hector: -mi abogado- bueno Ana, caso ganado –sonríe- tengo que volver a Barcelona porque tengo un caso allí –me da un abrazo- nos vemos –sonríe y se va-.
Marta: ¿Cómo que no lo sabes? Ana necesitas un psicólogo.
Ana: ¿Qué dices? Que va. He sido fuerte.
Marta: el ser fuerte, muchas veces, te hace débil. ¿Y lo del bebé?
Ana: Marta basta porfavor. Necesito irme a casa, a descansar. Todo lo que has escuchado es lo que hay, no más explicaciones.
Marta: -me mira- vámonos anda.

Salimos y ahí estaban los chicos esperándonos. Antes de llegar a ellos veo que Blas viene hacia nosotras y me abraza.

Blas: -me abraza y me habla susurrando- no podía aguantar estar ahí. Lo siento.
Ana: -lo abrazo- no te preocupes –le digo casi llorando. Mañana me voy-.
Blas: no llores mi niña. Ya pasó todo.
Ana: sí…
Blas: -se separa y me da un beso- no hace falta que expliques nada sobre lo nuestro, lo he explicado yo ¿vale?
Ana: -asiento-.

Vamos con los chicos y después vamos a casa de David. Estábamos pasando un buen rato. Y yo me agobio y decido irme.

Ana: oye chicos, me voy a ir ¿vale?
Marta: pero es pronto! Y hay que celebrar que ese hijo de  puta se pudrirá en la cárcel.
Ana: a sido un día muy duro y prefiero irme –sonrío- gracias a todos por estar allí conmigo –sonrío-.
Ellos me dicen que no pasa nada y que me quieren mucho, jajaja que graciosos, les voy a echar mucho de menos.
Blas: yo te acompaño ¿si?
Ana: vale –sonrío. Necesito estar con él-.

Nos despedimos y nos vamos de casa de David, y no nos vamos a casa, vamos a dar una vuelta y acabamos en un banco de un parque desierto.

Blas: había cosas que no me habías contado.
Ana: lo sé. Nadie las sabía.
Blas: lo siento por irme de la sala y eso, pero no aguantaba escuchar más.
Ana: no te preocupes –sonrío-.
Blas: ¿te han hecho mas preguntas?
Ana: sí, una más.
Blas: ¿Cuál?
Ana: te hubieses quedado –le digo bromeando-.
Blas: - me mira todo ofenido-.
Ana: -me río- jajaja que es broma tonto, me han preguntado si por una paliza de Cristian había estado en el hospital alguna vez.
Blas: ¿Y tu respuesta?
Ana: sí.
Blas: que hijo de puta.
Ana: bah, ya esta en la cárcel –sonrío-.
Blas: sí –sonríe y me mira-.
Ana: -lo miro- ¿Qué?
Blas: que te quiero –me besa-.
Ana: -sonrío mientras le devuelvo el beso- y yo a ti Blasin jajajajajajaja –me río del nombre que me a salido-.
Blas: ¿Blasin?
Ana: pujajajaja.
Blas: jajajaja
Y nos descojonamos los dos.
Blas: ¿Qué harás cuando vuelvas a Barcelona?
Ana: estudiar.
Blas: ¿tienes amistades allí?
Ana: sí, tengo a Miriam y me sobra lo demás –sonríe-.
Blas: te la vas a tener que traer en verano, eh.
Ana: sí jajaja
Blas: ¿Vendrás?
Ana: no, mira. Me quedaré allí, que hay playa. –bromeo-.
Blas: -se ríe- no quiero que te vayas.
Ana: no quiero irme.
Blas: ¿Y si te rapto?
Ana: vale –sonrío-.
Blas: ¿Una campanilla raptada en Madrid?
Ana: -recuerdo lo de la proposición de si quería ser su campanilla o Wendy- no sabes si soy tu campanilla o tu Wendy. Oh.
Blas: cierto, pero yo pensaba que… al estar así…
Ana: pues… ni soy tu Campanilla ni soy tu Wendy.
Blas: ¿No has pensado aun?
Ana: no…
Blas: pues te vas pasado mañana.
Ana: lo sé, por eso no sé la respuesta aun.
Blas: con que seas mi Ana, a mi, me basta –me sonríe-.
Ana: -lo beso- te quiero.
Blas: y yo a ti, mi Ana.

Nos levantamos y damos una vuelta por el parque hasta que llegamos a los columpios y el tobogán.

Ana: yeee, yo me quiero subir al tobogán jajajaja
Blas: ¿En serio?
Ana: sí jajajaja –me voy y me subo al tobogán y me tiro-.
Blas: jajajajajajajajajaja
Ana: ¿Qué? No te rías
Blas: ¿Qué no me ría? Ajajajajajja
Ana: que malo.
Blas: pues ahora me subo aquí –una cosa redonda que da vueltas-.
Ana: ala, ¡Y yo! –me subo-.
Blas: -le da impulso con el pie y se sube-.

Nos reíamos, nos lo estábamos pasando muy bien, como dos niños y nunca mejor dicho. Uno con 22 y una con 18 subidos en un juego del parque, así como quien no quiere la cosa. Pero estoy con él, pasando un buen rato y riéndome.
Nos bajamos del columpio ese redondo descojonándonos los dos y Blas me pasa un brazo por la espalda y nos ponemos a caminar.

Blas: -saca el móvil- vamos a hacernos una foto –sonríe-.

Sonrío para la foto y él pone unos morritos muy adorables.

Blas: me la voy a poner de fondo de pantalla –sonríe y se la pone de fondo-.
Ana: ala, en cuanto me vaya la quitas. Maldito.
Blas: no… jajajaja
Ana: -sonrío-.
Nos vamos a casa, bueno el se viene a casa de mi prima, y ahí, como es normal no hay nadie. Nos sentamos en el sofá.

Ana: ¿quieres algo?
Blas: una cocacola porfavor, señora camarera.
Ana: de acuerdo señor.

Me voy a la cocina y cojo dos cocacolas y una bolsa de patatas, y vuelvo al salón. Teníamos todas las luces apagadas menos una lamparita y la tele. Dejo la bolsa de patatas encima de la mesa y  me siento. Estábamos medio tirados en el sofá.

Ana: -le doy la cocacola a Blas-.
Blas: gracias –sonríe y me va a besar-.
Ana: -me aparto- en horas de trabajo nada de amor, ts.
Blas: -me mira con cara de “wtf?”- ¿Qué?
Ana: “señora camarera” –lo miro-.
Blas: -me mira y se ríe-.
Ana: -le doy un beso-.
Blas: -hace fuerza para que no me aparte de él, y pone mi frente contra la suya- no quiero que te vayas.
Ana: -miro hacia abajo y suspira- Blas…
Blas: estos días han sido los mejores en mucho tiempo, y eso que solo los he pasado contigo. Te quiero y no quiero que estés lejos.
Ana: -me separo- Blas yo tampoco quiero estar lejos, pero tengo que volver a Barcelona pasado mañana. Lo sabes desde que llegué y aun así quisiste seguir, yo te advertí… no quería pillarme por ti, no quería quererte, pero hacer una cosa que ya esta hecha es como un poco inútil ¿no? Salte al vacío sólo y únicamente por ti, y aunque yo este allí y tu aquí… -¿Qué? Es un puto problema y eso es así- es un problema.
Blas: pero que yo quiera que no te vayas no significa que no tenga en cuenta que vas a irte. Lo sé. Y sé que vas a estar lejos pero te dije desde un primer momento que no importa.
Ana: no importa… -repito-.
Blas: no, no importa. Lo que hay aquí adentro –se toca el pecho- puede con la distancia.
Ana: espero que lo que haya aquí –me toco el pecho- también.
Blas: ¿No estás segura?
Ana: yo sí, mi pasado no.
Blas: ya lo hemos hablado.
Ana: pero… soy así Blas. Soy así de cabezona, me encierro mucho en lo que he vivido porque lo he pasado mal. Y aunque yo sé que contigo no sería así, mis sentimientos no lo saben.
Blas: -sonríe y me abraza, nos quedamos abrazados en el sofá- sentimientos de mi niña, hacer el favor de quererme como yo os quiero a vosotros y no atormentéis a mi pequeña, eh, porfavor.
Ana: -me separó y lo miro- jajajajaj te quiero –le doy un beso-.
Blas: -me responde al beso- ¿Cuándo llegues a Barcelona que harás?
Ana: llamarte –lo miro a ver que dice-.
Blas: -se ríe- ¿Y después?
Ana: pues le contaré la Navidad más rara y bonita de todas a Miriam.
Blas: ¿Miriam?
Ana: mi amiga en Barcelona. La que lo sabe todo, bueno casi todo, sabia lo mismo que mi prima. Ella estaba conmigo cuando Cristian estaba conmigo y vivo con ella, y nos mudamos cuando pasó lo de Cristian.
Blas: ¿Qué decía sobre Cristian?
Ana: le daba asco.
Blas: vaya…
Ana: gracias a ella, de alguna forma, me di cuenta de todo lo que estaba pasando. Pero aun así… con una amenaza de un psicópata cualquiera hace algo.
Blas: bah, se esta pudriendo en la cárcel –sonríe-.
Ana: cierto –me como una patata-.
Blas: -se me queda mirando-.
Ana: ¿Qué? –sonrío-.
Blas: -sonríe- prométeme algo –me susurra-.
Ana: dime.
Blas: prométeme que pase lo que pase, en verano volverás a Madrid, conmigo y estaremos juntos.
Ana: -lo miro- ¿Prometerte sobre el futuro?
Blas: sí.
Ana: volveré –sonrío-.
Blas: -sonríe-.

Nos quedamos un rato más ahí, hablando sobre todo en general. Y ese rato se convierte en horas. Estoy convencida de que cada vez quiero y siento más por Blas.

*Narra Blas*

Estoy aquí con ella, cuanto he esperado por esto. Cuanto la quiero y cuanto la voy a echar de menos. Pero sé que la volveré a ver pronto, algo me lo dice. Ella no merece pasarlo mal y yo no voy a ser quien le va a hacer daño, ni mucho menos. Me atrevo a decir que la quiero y que estoy enamorado de ella… pero aun no se lo voy a decir, es de locos ¿no? Enamorado de una persona que conocí hace 2 semanas prácticamente. Que puta locura Blas ¿Qué te ha pasado? Lo único que sé es que la quiero siempre a mi lado, y no hay más.

La miro y la veo mirando la televisión, apoyada en mi hombro.

Blas: ¿Qué hora es?
Ana: las 10 de la noche. Dios que rápido ¿no? Hace nada eran las 5 de la tarde.
Blas: cierto. Se pasa el tiempo volando cuando estoy contigo.
Ana: -me mira- y a mi…
Blas: ¿Es bueno o malo? Jajajaj
Ana: no lo sé, supongo que ¿bueno y malo?
Blas: -mi niña, siempre sacando las cosas buenas de las cosas aun habiéndolo pasado como lo a pasado. Menos en el amor. Todo lo saco bueno menos en el amor. –pienso- que mas da si lo pasamos juntos ¿no?
Ana: sí –sonríe-.

*Narra Ana*

Nos quedamos un buen rato aquí, hasta que llega mi prima.

Marta: -entra por la puerta- alaaaa ¿Qué hacéis aquí?
Ana: una fiesta ¡BIENVENIDA! ¿Qué te apetece tomar? ¿Ron con cocacola? ¿A palo seco? ¿Chupito de tequila?
Blas: jajajajajajaja
Marta: idiota jajajaja ¿lleváis aquí toda la tarde?
Ana: sí –sonrío-.
Blas: bueno yo me voy a ir yendo ya…
Marta: ¡Quédate a cenar!
Blas: no… es igual… nos vemos mañana –sonríe-.
Ana: quédate –le pongo carita de pena-.
Blas: bueno vale –se ríe-.
Marta: no seas tonto, así pasas mas tiempo con mi prima hombre –sonríe-.
Blas: -sonríe con un poco de vergüenza-.
Ana: Marta…

Total que preparamos la cena y cenamos, hablamos, nos reímos. Que pena que esto se acabe prácticamente mañana, porque ya son las doce de la noche pasadas…

Blas: bueno ya sí que sí me voy ¿vale?
Marta: vale –sonríe-. Yo me voy a ir a dormir –se despide de Blas con dos besos- hasta mañana –se va a su habitación-.
Ana: ¡di que sí! ¡Que tu prima recoja la mesa solita!
Marta: -desde la habitación-. ¡SIIIIIII! –se escucha su risa-.
Ana: menuda cabeza… pobrecita de verdad…
Blas: -se ríe- jajaja sí. Pero yo creo que era hereditario esto de la locura, eh.
Ana: eh ¬¬
Blas: -se ríe y me abraza- te ayudo a recoger.
Ana: no, no hace falta –sonrío-.
Blas: ¿Te ha sonado a pregunta?
Ana: jajajajaja que tonti.

Blas me ayuda a recoger la mesa y yo le acompaño a la puerta.

Blas: bueno mi niña, te veo mañana.
Ana: sí –sonrío un poco triste, mañana es el ultimo día aquí ya que mi vuelo sale por la mañana el Domingo (estamos a Viernes noche)-.
Blas: hey… ¿Qué pasa?
Ana: nada –niego con la cabeza y le voy a abrazar-.
Blas: -me lo impide- no ¿Qué te pasa?
Ana: nada Blas –sonrío-.
Blas: mira cariño, piénsate bien esto de estar cada uno en un sitio ¿Vale? Yo estoy dispuesto a hacerlo. Pero sé que para ti va a ser difícil y no quiero que estés mal allí en Barcelona pensando que tienes la llave de un candado que pesa mucho aquí ¿vale? Sé que he insistido mucho en que no sería nada lo de la distancia, pero, bueno para ti es difícil y eso, que lo pienses y mañana me dices ¿vale? –me acaricia la cara-.
Ana: ¿a que te refieres?
Blas: que si quieres cortar aquí la especie de relación que tenemos, que me lo digas y como amigos.
Ana: ¿Blas hablas en serio? –se me llenan los ojos de lagrimas-.
Blas: pero no llores, no lo digo a malas Ana, de verdad. Lo digo por ti.
Ana: ¿Después de lo que me a costado aceptar que habría 620 km de por medio me dices esto?
Blas: ay, quizá me he explicado mal.
Ana: adiós.
Blas: pero no te enfades, no ahora no. Porfavor. Quizá no me hayas entendido bien.
Ana: adiós Blas.


Blas me mira con cara de no entender nada y de tristeza, y se va.



Aquí otro :D espero que os guste y me comentéis que tal por donde sea, comentarios en el chat de la derecha, comentario del post o por Twitter c: Un besote enorme a todas las que me leéis y esperáis por los capítulos! Os quierooo:D

No hay comentarios:

Publicar un comentario