martes, 28 de enero de 2014

Capitulo 25

Veo como Blas se va, raro. No sé por qué se va con esa cara. Vuelvo al salón y me quedo ahí con Marta y Miriam. Les explico todo lo que ha pasado en el pueblo y ellas me explican que aquí en Madrid no han hecho mucho más que ir a casa de David todos a hacerles de ocupas.

(…)

Ya es Miércoles. Esta noche es el concierto de los chicos y no nos han dicho que nombre se han puesto aún. Con Blas… creo que todo va bien, pero no he hablado con él desde el Domingo, no me ha hablado por whatsapp, ni me ha llamado, yo sí lo hago pero no contesta. Tampoco he insistido mucho porque supongo que estará demasiado estresado con esto del concierto, cuando lo vea hoy intentaré hablar con él.
Estamos en el coche de Marta yendo a una sala de conciertos donde actuaran. Cuando llegamos hay alguna gente allí, son fans. Creo. ¡Pero si no tienen ni nombre! ¿Esto qué es? En fin. Marta dice nuestro nombre en la puerta y pasamos las tres directamente a la zona de camerinos y entramos en el que están ellos. Nada más entrar les miro por segundos las caras que tienen, madre mía, nerviosos creo que no es adecuado para su estado de ánimo ¿Hay algo que supere a nervioso?

Dani: ¡Estoy como una moto! ¡Que nervios!

Sí, según Dani “Estar como una moto” es estar nervioso. Él y sus formas de hablar.
David se levanta y abraza a Marta, Álvaro hace lo mismo con Miriam y… ¿Blas? Esta sentando y ni si quiera nos ha mirado cuando hemos entrado. ¿Qué pasa? Veo que Carlos se acerca a mi.

Carlos: loquis, necesito chocolate. Tengo unos nervios…
Ana: ¡Tranquilo! Seguro que todo sale bien –le sonrío intentando calmar sus nervios-.
Carlos: ay, eso espero. Porque si no… Magi nos ha dicho que este concierto puede ser clave para lanzarnos a la música o quedarnos en el intento y estoy que no puedo con mi vida.
Ana: pero… -lanzarse a la música, madre mía- no te preocupes. Si lo hacéis muy bien, no sé de que te preocupas –lo cojo de los hombros y lo zarandeo un poco para que se tranquilice, miro a Blas y vuelvo a mirar a Carlos- tranquilízate.
Carlos: -mira a Blas y me mira a mí, me abraza para hablarme al oído- está muy nervioso, mucho.
Ana: -hago lo mismo que hace él, lo abrazo- no me ha llamado, ni hablado por whatsapp, ni contestado estos días.
Carlos: -se separa un poco de mí y me mira con una cara de ¿Sorprendido?- ¿Ah, no?
Ana: -niego con la cabeza- y ahora parece que ni si quiera haya entrado por la puerta, ¿Ana? ¿Quién es esa?
Carlos: -se ríe- pero, yo no sabía nada de esto, loquis.
Ana: -me encojo de hombros porque no sé que decirle-.
Carlos: ves a hablar con él, pero esta muy nervioso ¿Eh? –me dice como advirtiéndome de que no espere obtener grandes respuestas-.

Y sin decirle nada a Carlos me separo de él, y voy hacía el sofá donde esta Blas sentado y me pongo en frente suyo, pero ni si quiera sube la mirada para mirarme. ¿En serio? Me siento a su lado. No sé que esta pasando.

Ana: Blas…
Blas: -levanta la mirada y me mira e intenta sonreírme-.
Por fin le veo la cara, pero ¿Qué veo? Creo que lleva más maquillaje que yo. ¿Qué sonrisa es esa? La más forzada nunca vista.
Ana: ¿Qué pasa?
Blas: -niega con la cabeza al mismo tiempo que cierra los ojos y lo abre- nada.
Ana: ¿Te acuerdas de mí? Me llamo Ana y creo que tengo como pareja a un chico que se llama Blas –pregunto y digo irónicamente-.
Blas: -baja la mirada-.
Ana: ¿Qué pasa cielo? –le toco el brazo, está nervioso pero también triste ¿Por qué? Me pregunto una y otra vez-.
Blas: ven.

Me coge de la mano y salimos de lo que es el camerino, vamos por los pasillos y veo a  Magí, gente de sonido. Son pocas personas que trabajan allí pero en este momento es como si no hubiese nadie para mí, sólo quiero saber que pasa. Después de recorrer unos cuatro pasillo salimos a la puerta que da a la calle, donde hay dos personas acabando de fumar y saludan a Blas, supongo que serán alguien de sonido o algo, ni idea.

Blas: -se para en seco y me pone en frente suyo, me mira y no dice nada-.
Ana: ¿Qué te pasa? Me lo dices ya o esperamos a… no sé ¿Qué caiga un meteorito?
Blas: Ana…no, no estés irónica. Esta siendo difícil para mí.
Ana: ¿El qué? ¿Qué es difícil? -¿Difícil? No entiendo que quiere decir y estoy respondiendo de mala manera-.
Le observo y veo que no sabe bien para donde mirar, me mira a mí, luego pasa la vista al suelo, luego a su derecha y finalmente clava su mirada en mis ojos, suspira.
Ana: ¿Y?
Blas: que tengo miedo, Ana. Bueno no es eso propiamente dicho “miedo”, pero es algo así.
Ana: ¿Miedo? –suelto yo medio irónicamente, aunque no quiero que sea así-.
Blas: -suspira largo y tendido- mira, sé que tenemos posibilidades de hacer de Auryn algo grande –
Ana: ¿Auryn? –le pregunto interrumpiéndole la frase-.
Blas: es el nombre que nos hemos puesto como grupo. Ya te explicaré por qué. Pero sé que podemos llegar lejos, Magí nos lo ha dicho, y ahí hay productores a quienes le interesamos mucho. Y… no quiero convertirme en el típico ídolo adolescente que le acosan diez mil fans porque quiero una vida normal ¿Sabes? Y lo que más me preocupa es poner nuestra relación en peligro.
Ana: -lo miro y realmente no sé que decir, sigo mirándolo unos segundos más y él me mira muy atento sin decir palabra, yo también le tengo miedo a eso…- pero es tu sueño, triunfar en la música ¿No?
Blas: sí…
Ana: ¿Pues? Nada más importa –sonrío-.
Blas: ah, ¿No importa nuestra relación?
Ana: sí, pero no tiene porque influir.
Blas: -vuelve a mirar hacía el suelo-.
Ana: -le levanto la mirada- ¿Por eso no me has hablado estos días? ¿Tenías esa preocupación?
Blas: …sí.
Ana: sal ahí y canta como tú sabes, no te preocupes por lo nuestro, porque es nuestro y de nadie más.
Blas: de nadie más… -repite y me abraza-.
Le abrazo, noto como me abraza fuerte incluso tanto que creo que me salen los pulmones por la boca pero no le digo nada. Esta preocupado por esto, si él supiera que a lo que más le temo yo es que se lancen bien fuerte a la música y por eso tener que alejarme o cambiar nuestra relación. Pero es su sueño, esto. Y le voy a apoyar, tampoco tiene porque influir en nuestra vida privada.
Viene Magí.

Magí: Blas, ahí que prepararse ya.
Blas: -me da un beso en la cabeza  y se separa de mí, mira a Magí- vamos.
Camino tras ellos hacía el camerino, entramos.
Magí: chicas, tenéis que salir fuera ahora vais con él –nos señala un hombre del staff- y os pone delante del todo.
Antes de salir del camerino veo sus caras y son un cuadro, están muy nerviosos. Salimos del camerino deseándoles suerte a los chicos, aunque yo sé que les va a salir perfecto. Tienen mucho talento y dónde se ponga esto que se quite lo demás.
El chico del Staff que se llama Jorge nos lleva hacía la sala, dónde esta la gente, son como unas 100 personas. Nos pone al lado del escenario delante de una pequeña valla que no separa ni un metro del escenario al público. Aun me sigo preguntando por qué “Auryn” y repitiendo en mi cabeza “No tiene porque influir”. Estoy feliz, feliz por ellos porque sé que es lo que más quieren aunque tengan miedo.

Marta: ¡Esta lleno!
Ana: sí –sonrío-.
Miriam: es demasiado genial que tanta gente vaya a escucharlos ¿No?
Marta: sí, lo es.
Noto que a Marta tampoco le gusta mucho esto.
Ana: -la miro- ¿Tampoco?
Marta: para nada.
Ana: -me río-.
Miriam: vaya dos –se ríe-.

Una chica de primera fila nos llama.

Chica: ¡Perdonad!
Nos giramos.
Marta: dime.
Chica: ¿Por qué estáis ahí?
Ana: -miro a Marta-.
Marta: -me mira-.
Miriam: -me mira-.
Ana: pues… porque mi hermano es dueño de la sala.
Chica: ¡Ah! Yo pensaba que eráis amigas de ellos.
Marta: les conoces poco –sonríe-.

Nos volvemos a girar.

Ana: ¿Cómo tienen así fans de repente?
Marta: cuando tú te fuiste, todo empezó a funcionar como un motor a toda prisa. Se hicieron Twitter y subieron algunos vídeos a youtube, y de ahí…
Ana: -la que no se entera de nada soy yo- ¿Ah sí?
Marta: sí… y luego ya empezaron a buscar nombre que lo aclararon el otro día ¿Sabes?
Ana: ¿Y por qué Auryn? Si tiene el mismo nombre que algo de una película.

Se apagan las luces. Ahora entiendo porque Blas tiene tanto “miedo” a que se lancen a lo grande. Anda que me explica cosas así. Nadie grita y cuando vuelven a encenderse las luces ellos están ahí, cantando. Sonríen y a la vez les noto el pánico en sus caras pero lo están haciendo muy bien y a medida que pasa el concierto se van soltando y disfrutan. Blas me mira en más de una ocasión y me sonríe, estoy muy feliz por él aunque en mi cabeza no para de repetirse ese “No, no tiene que influir” en bastantes ocasiones. La gente disfruta de su música.
Al acabar el concierto nos vamos hacía los camerinos. Y al ratito entran los chicos con Magí.
Como no, Carlos entra eufórico y creo que no salta por controlarse un poco pero ganas no le faltan.

Carlos: ¡Subidon loquiiiiis! ¡Que genial!
Blas entra con una sonrisa de oreja a oreja y viene directo a mí y me abraza. Me abraza fuerte y yo sólo sonrío.
Blas: he disfrutado muchísimo.
Ana: lo has hecho muy bien –sonrío-.
Blas: ¿Te ha gustado?
Ana: ¡Claro! Siempre me gusta tu voz, cielo.
Carlos: -se acerca a nosotros- mi loquis ¿¡Cómo me ha salido!? Que tú eres sincera –me dice un tanto eufórico-.
Ana: genial, os ha salido genial a todos.
Carlos: ¡Me encanta todo!
Álvaro: ahora esta en plan hippie.
Carlos: eh –lo mira con cara de “¿Te mato?”-.
Dani: nos ha salido bastante bien ¿No?
Miriam: ¡Muy bien! A mi me ha gustado mucho –sonríe-.
David: y ver las sonrisas en la cara de la gente ha sido lo mejor…
Carlos: ¡Siiiiii! –seguía eufórico-.
Marta: Carlos, porfavor –se ríe-.
Carlos: ¿Qué? ¡Estoy eufórico! –dice riendo-.
Ana: no lo jures hijo mío… oye… y ¿Por qué yo no sabía que ya teníais fans y todo?
Todos se miran entre todos y acaban mirando a Blas.
Blas: -se encoje de hombres- nunca salió el tema…
Ana: ¿Y Auryn por qué? Esque creo que soy la única que no lo sabe.
Álvaro: porque buscamos y buscamos nombres y al final nos salió Auryn por “La historia interminable” que es el amuleto, y así ya llevamos el amuleto que nos da suerte.
Ana: ah, buena idea en realidad –me río-.
Entra Magí.
Magí: chicos ¿Queréis algo de comer?
Carlos: ¡Sí! –sigue eufórico, madre mía-.
Magí: os invito a cenar.

Total, que cada uno se va para su casa a ducharse y arreglarse y quedamos en casa de David, que es donde nos pilla a todos cerca y de ahí vamos a cenar. Lo pasamos bien, reímos y reímos durante toda la noche, estar con ellos es la alegría.

(…)

Estamos en casa Miriam, Marta y yo, son las seis de la tarde y estamos viendo una película cutre pero esque en la calle hace demasiada calor. Ya han pasado tres días desde que los chicos hicieron el concierto concierto y ahora Blas no ha estado raro. Están en una reunión con Magí, de repente me suena el móvil.

*conexión telefónica*

Ana: ¿Quién?
X: ¡Amor!
Ana: hola, cielo. ¿Qué pasa?
Blas: veniros a mi casa, estamos todos aquí.
Ana: claro, ahora vamos.
Blas: vale mi niña.
Ana: ¿Todo bien en la reunión?
Blas: sí, sí. Pero venir ya, va.
Ana: ¿A qué se deben tantas prisas? –le pregunto yo toda extrañada-.
Blas: que te quiero ver.
Ana: -¿Por qué este hombre es tan amor? ¿Por qué? Sonrío- ahora vamos. Te amo.
Blas: yo más.

*Fin de conexión telefónica*

Marta y Miriam me miran muy atentas esperando a que les explique que me ha dicho Blas.

Ana: sólo quieren que vayamos para casa de Blas ¿Eh? –me río-.
Cambian la cara de golpe.
Marta: yo pensaba que te había dicho algo de reunión.
Ana: que va.
Miriam: bueno, pues vamos ¿No?
Ana: sí, sí.

En casa de Blas.

Blas: escuchar una cosa.
Todos le miran.
Dani: ¿Qué pasa?
Blas: que Ana no se entere de nada de lo que hemos hablado hoy en la reunión.
Carlos: ¿Por qué?
Blas: porque no.
David: yo tampoco quiero que Marta se entere aún.
Álvaro: ni yo que lo haga Miriam.
Blas: ¿Me entendéis?
David: yo sí. Marta en más de una ocasión me ha dicho que le da cosita esto de que lancemos.
Blas: por eso mismo, no lo asumimos nosotros así que yo creo que lo mejor es esperar un tiempo.
Carlos: pues yo no lo veo así ¿Eh? Se van a cabrear, veréis.
Álvaro: no, mejor nos callamos un tiempo.
Dani: yo estoy con Carlos, eh.
Blas: no hay nada cerrado, y hasta que no tengamos nada seguro mejor no decir nada.
David: yo estoy totalmente de acuerdo.
Carlos: bueno, bueno. Vosotros veréis que hacéis.

Tocan al timbre.

Blas: -mira a Carlos-.
Carlos: soy una tumba.


Blas va abrir la puerta.


Aquí tenéis otro, espero que os guste!! Y comentar que tal por Twitter o Ask :) un besote a todas las que me leéis :)))))))♥

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