domingo, 27 de octubre de 2013

Capitulo 6

Álvaro: ¿Cómo si solo te gustase?
Carlos: ¿Eres tonto? Pues que no sólo le gusta.
Álvaro: sí, seré tonto, pero no lo entiendo –me mira-.
Ana: pues que… creo que no sólo me gusta si no que es algo más fuerte.
Álvaro: ¿Sientes cosas más fuertes por Blas?
Ana: creo que sí.
Álvaro: pero eso se sabe…
Carlos: sí Álvaro, lo que pasa que la distancia no la deja avanzar.
Álvaro: ¿La distancia? –me mira a mi otra vez-.
Ana: -giro la cabeza y miro por la ventana-.
Álvaro: Ana, pero si te gusta e incluso sientes algo más fuerte la distancia te la comes.
Ana: no es fácil.
Álvaro: pero… esque no os entiendo, a ninguno de los dos.
Ana: ¿Qué?
Álvaro: déjalo. Es igual –sonríe-.
Ana: -me empezarón a entrar ganas de llorar, sentía presión por todos sitios, no sé por qué- bueno, me voy a ir a casa ya ¿Vale?
Carlos: ¿Ya? –me pone cara de pena-.
Ana: sí…
Álvaro: vente esta tarde a vernos ensayar!
Ana: claro –sonrío- ¿A dónde?
Álvaro: -me apunta la dirección en un papelito- aquí –me da el papel-.
Ana: ¿A qué hora?
Carlos: a las 5 –sonríe-.
Ana: vale, allí estaré –me despide de ellos con dos besos y un abrazo- nos vemos de aquí un ratito.
Álvaro y Carlos: adiós guapa –sonríen-.

Salgo del Starbucks deprisa, y me voy por ahí a dar una vuelta por un parque. Esta nublado y parece que se vaya a hacer de noche y sólo son la 1 del medio día. Noto que una lagrima me cae por la mejilla, ¿Qué cojones me pasa? Sé que es Blas, lo sé pero que llevo aquí 6 días y… pff. ¿Quiero a Blas? Le estoy empezando a querer. ¿Y si dejo lo de la distancia a un lado y me lanzo al vacío dejando otra vez mis sentimientos en el aire y dejándolos expuestos a que Blas los destroce si quiere? Es muy difícil para mí. Lo he pasado mal, pero Blas me transmite confianza. Pff no sé.
Me voy a casa, pensando en el tema, y cuando llego empiezo a hacer la comida con Marta.

Mientras Álvaro ya se ha ido del Starbucks, va a comer a casa de Blas.

Álvaro: -pica al timbre-.
Blas: ¿Quién?
Álvaro: ¡Yo!
Blas le abre la puerta y el sube hasta el piso. Se sientan a comer y Álvaro le va a explicar que a estado contigo y que…

Álvaro: vengo de estar con Ana y Carlos.
Blas: -lo mira-.
Álvaro: ¿No vas a decir nada?
Blas: ¿A Carlos le gusta Ana?
Álvaro: no. Se pensaba que sí, pero le pasó lo mismo que con la chica aquella de hace unos meses, que se pensaba que le gustaba y luego era que le caía súper bien.
Blas: -suspira de un alivio- menos mal, por dios.
Álvaro: si te sinceras y me dices que sientes realmente por ella, te cuento todo lo que hemos hablado. No soy un topo normalmente pero esta ocasión si digo algo, no os va a hacer daño a ninguno de los dos.
Blas: cabrón, si ya lo sabes.
Álvaro: ¿Yo? No sé nada –haciéndose el loco, para que Blas admitiera de una vez por todas que sentía algo más por ti-.
Blas: la quiero. Sí, la quiero. Le he dado más de diez mil vueltas al tema y he llegado a esa conclusión.
Álvaro: -aplaudo y silba- por fin hijo mío, por fin.
 Blas: -se ríe- que idiota.
Álvaro: pues el idiota te dice que Ana siente algo más que un “me gusta” por ti.
Blas: ¿Qué? –deja el tenedor caer haciendo ruido en el plato y mira a Álvaro-.
Álvaro: eso, nos lo a contado a mi y a Carlos, me a dicho que no te digamos nada, me siento un hijo de puta ahora mismo, pero sé que lo estoy haciendo bien.
Blas: ¿Un hijo de puta? Tú lo que eres es un amigo que no me debe faltar nunca, y punto.
Álvaro: oh, que bonito! Pero… no quiere que te enteres, tiene miedo en la distancia, por algo que le paso en el pasado y es super insegura y  -
Blas: lo sé, lo sé todo y sé el por que. Tengo que hablar con ella.
Álvaro: ahora me vas a meter a mi en un lío.
Blas: no, no va a salir tu nombre. No estaba seguro de que le gustase, pero ahora que lo sé…
Álvaro: no me eches mierda y esta, porfavor.
Blas: tranquilo.
Álvaro: sé que estas tristón, per anímate y ves a por todas, tu puedes hacerlo.
Blas: -suspira- me voy a dar una vuelta a aclarar ideas ¿Vale?
Álvaro: pero si no has comido apenas…
Blas: no quiero más… bueno me quedaré y luego vamos al ensayo juntos.
Álvaro: sí mejor, y come.

Blas y Álvaro se quedan ahí.
Mientras donde yo y Marta estamos comiendo pero yo apenas pruebo la comida.

Marta: Ana, come…
Ana: no tengo hambre.
Marta: pero no has comido.
Ana: esque no tengo hambre, Marta.
Marta: arregla lo de Blas YA o os meto en una habitación y no salís de ahí hasta que habléis.
Ana: -miro hacia el plato que esta lleno de macarrones aun-.
Marta: ¿Qué pasa Ana? ¿Qué sientes?
Ana: que ha roto todos mis esquemas.
Marta: ¿Por qué?
Ana: porque sí Marta. Tu sabes lo que paso con Cristian –así se llamaba tu exnovio, el que te pegaba y humillaba, aunque ella no lo sabía, sólo sabia que tu habías cogido mucha desconfianza porque no era bueno- no me valoro, no quiero un novio, no quiero querer a nadie porque no quiero que nadie tenga el poder de destrozarme.
Marta: Blas no te destrozaría.
Ana: no quiero ni si quiera exponerme a ese riesgo.
Marta: ¿Sabes? El pasado es el pasado, aunque te cruzaste con un cabrón hijo de puta y muchos sean igual que ese desgraciado, muchos otros no lo son. Y Blas no lo es. Conozco a Blas muy bien, y sé que no te haría daño, te digo que le gustas, no me lo a dicho porque no habla conmigo de estos temas, pero sé como es, y como te mira y como sonríe cuando esta contigo, pero esque a ti te pasa lo mismo, aunque no te des cuenta.
Ana: -se me cae una lágrima- no quiero  quererle Marta, y en 6 días mírame. Venia dispuesta a pasármelo bien y mírame. Mañana se acaba el año y estoy hecha una mierda.
Marta: porque tu quieres.
Ana: mi inseguridad, mis vivencias no quieren.
Marta: eso lo manejas tú, cariño.
Ana: me voy a ir a dormir la siesta un rato, llámame para ir al ensayo de los chicos que me invitaron Carlos y Álvaro.
Marta: vale –sonríe- ya recojo yo la mesa.
Ana: vale –sonrío-.

Me levanto y me voy a mi habitación, ahí me quedo dormida un rato.

Tocan a mi puerta.
Ana: adelante.
X: -entra- hola cosa guapa –sonríe se sienta a mi lado en la cama y me acaricia la cara-.
Ana: Blas –sonrío-.
Blas: menos mal que supimos vencer a la distancia… se me estaba haciendo muy difícil el quererte tanto y no poder verte.
Ana: sí… tonta fui en no darme cuenta antes de que podíamos vencerla –sonrío-.
Blas: -se acerca a mi y me besa-.

De repente noto que alguien me mueve. No hay nadie más en la habitación y me despierto por un vaso de agua. Un puto vaso de agua.

Ana: Marta ¿Qué coño haces?
Marta: llevo media hora intentándote despertar-.
Ana: …ya.
Marta: ¿Qué pasa?
Ana: ¿Qué me has despertado con un puto vaso de agua congelada?
Marta: no, eso no.
Ana: -sabia por donde iba- ¿Pues?
Marta: -me mira y levanta las cejas-.
Ana: he soñado con Blas, pesada. Me voy a duchar y nos vamos ¿No?
Marta: sí.

Me ducho y nos vamos como a un local que tenían los chicos y ahí cantaban. Joder si tenían batería y todo, bueno normal.

Carlos: mis niñas loquis! ¿Cómo estáis?
Ana: -yo sonrío sin más-.
Marta: bieeen.
Carlos: ¿Y tú Ana?
Ana: yo bien, como siempre –sonrío-.
Saludo a cada uno de los chicos hasta que me toca Blas… ay Blas. Le doy dos besos y me siento en un sofá que tienen ahí y ellos empiezan a cantar.

Marta: yo vengo aquí casi todos los días.
Ana: cantan muy, muy bien.
Marta: yo ya se lo digo, pero ni caso.
Ana: pues poca risa porque pueden llegar lejos.

Dejo de hablar con Marta y me pongo a escuchar a los chicos cantar. Pero en especial me concentro en Blas. Su voz es PRECIOSA con todas las letras. Parece un jodido ángel, me encanta. Lo miro, lo miro durante muchas canciones sin tomar en cuanta el tema de la canción y solo sonrío y de repente empiezan a cantar una canción y Blas desde que empieza hasta cuando acaba me clava la mirada y no la aparta de mi, me sonríe “Me gusta llegar y verte concentrada entre tus cosas…” madre mía, no puedo con esto. Ahora tengo ganas de llorar otra vez por esos 620km que me van a separar de él, de ellos.
Me levanto.

Ana: -me acerco a Marta y le digo bajito- me voy ¿Vale? Estoy agobiada.
Marta: pero fuera parece que va a llover.
Ana: no te preocupes, si llueve vengo –sonrío-.
Marta: ¿Estas bien?
Ana: sí, sí.

Cojo mi chaqueta y mi bufanda y me voy
Estoy llorando como una gilipollas andando por un parque de Madrid… madre mía parece una película de mierda, pero no, es real.
Siento que alguien me pone las manos en los hombros por atrás. Huele a él, huele a Blas. Mierda.

Ana: -me seco las lagrimas y con la esperanza de que no se me note en la cara que he llorado, y me giro, es Blas- hola –digo mirando hacia abajo-.
Blas: -obviamente se da cuenta- hey ¿Qué pasa? –me levanta la cara cogiéndome de la barbilla.
Ana: nada –intento sonreír y lo consigo-.
Blas: -me mira con cara de “no, enserio”- no soy tonto.
Ana: no he dicho que lo seas.
Blas: tienes los ojos rojos ¿Qué pasa?
Ana: nada –sonrío-.
Blas: Ana… no me gusta verte así.
Ana: ni a mi estarlo.
Blas: ¿Pero el qué? ¿Qué te pasa?
Ana: que nada, Blas. Nada. Me voy a casa y ya esta. No me pasa nada.
Blas: -suspira- No me lo vas a decir ¿no?               
Ana: no tengo nada que decirte –“sí, que te quiero. Te quiero Blas, te estoy empezando a querer y no poco” eso tengo que decirle, pero no, me quedo callada-.
Blas: sabes que me gustas, lo sabes, y yo sé que algo tienes que sentir por mí.
Ana: ¿Qué? –lo miro con la cara más asombrada que he puesto nunca-.
Blas: eso, Ana. Que me gustas y te gusto aunque sea un poquito, o eso me das a entender.
Ana: ….
Blas: ahora si ni si quiera sientes nada por mí, es que o yo soy tonto y no he sabido verlo, o esque…
Ana: no, tú sabes que yo no soy una guarra.
Blas: ………………….




Holiiii holi holi gente maja que lee mi novela!:D Espero que os haya gustado el capítulo y me comentéis que tal!!!! El otro día más gente me comentó por Twitter y tal y feifhedifhr me encanta que os encante :D Un besazo y nos leemos por tuitah♥ PD: como ayer no subí capitulo deSde aquí vuelvo a felicitar a Blas. FELICIDADES CHIQUIIIIIIIIIIIII♥ 

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